Ante la cercanía de la Semana Santa algunos lectores, principalmente damas, nos solicitan demos a conocer una que otra leyenda, sobre todo de aparecidos, razón por la cual hoy les vamos a platicar el siguiente relato, en la inteligencia que todos los pueblos del mundo tienen historias que contar y se fueron heredando de generación a generación hasta hoy día ser solamente pocas personas las que creen en ellas.
Llera, el pueblo de mis mayores no fue la excepción y para botón de muestra ahí les va la siguiente historia que data de la primera mitad del siglo pasado cuando la gente se alumbraba con quinqués usando el petróleo como combustible.
Desde luego si la quieren creer pues bien y sino, pues también.
Pues bien……
Hace años platicaba la gente que El Diablo acostumbraba pasearse por el pueblo de mis mayores y para hacerlo montaba un brioso corcel negro y de larga cola del mismo color, bajaba desde la Loma de la Santa Cruz y transitaba por toda la calle Hidalgo hasta llegar al panteón donde permanecía un buen rato y cuando se retiraba llevaba sobre el caballo el cuerpo de un difunto, que según la gente de esa fecha aseguraba tenía cuentas pendientes con el señor de las tinieblas.
Por supuesto que los perros no dejaban de ladrar y la gente cuando ocurría esto prefería encerrarse en su casa y no salir hasta el otro día solo para comentar el suceso del que aquí hablamos.
Esto no sucedía muy seguido solo cuando se acercaban las fiestas religiosas de la Semana Santa, Día de Los Muertos o navidad.
Con el tiempo todo esto acabó cuando el pueblo le pidió al sacerdote de esas fechas que regara agua bendita por toda la calle.
Desde entonces El Diablo dejó de salir, los perros ya no ladraron, el sacerdote falleció en Ciudad Victoria y de todo eso solo quedaron los recuerdos y la cruz.
Historia, leyenda o realidad, vaya usted a saber, pero ahora según algunas personas aseguran que hoy se pasea por la calle Hidalgo una mujer vestido de blanco.
A propósito hoy es sábado, por lo tanto día de salir con la familia a divertirse fuera de casa y que mejor para hacerlo que a La Peñita, Zaragoza, Real del Guadalupe y El Nacimiento del Río Sabinas.
Por supuesto que todo esto queda dentro del municipio de Llera que gobierna mi compadre Héctor de la Torre Valenzuela y para mayor disfrute ahí lo esperan Las Trajineras, pequeñas embarcaciones propias para navegar en las cristalinas y tranquilas aguas del Guayalejo.
Siéntase un Cristóbal Colon y descubra el mejor lugar para pasar un espléndido y divertido fin de semana.
Palabra que no se van a arrepentir, con decirles que hasta mi compadre Donald Trump quiere venir a bañarse al Guayalejo. ¿Cómo la ven?.
A caray, pues que pasa, sucede o acontece en La Torre Gubernamental de Ciudad Victoria donde un sujeto cuyo nombre no dan a conocer está impidiendo el acceso a las damas que trabajan en ese lugar simple y sencillamente porque llevan zapatilla de tacón alto por lo que las regresa a su casa para que cambien de calzado, razón por la cual dicha orden está levantando no solo enojo, sino también burlas de la gente que ahí labora.
Que ¿no habrá manera de que alguna autoridad superior meta al orden a dicho sujeto?.
Al rato va a querer que los varones no usen botas o botines con tacón alto.
HASTA MAÑANA Y BUENA SUERTE
