En la nominación de los candidatos del PRI, su presidente estatal SERGIO GUAJARDO MALDONADO entregó una lista de nacidos para perder, no avanzarán más allá del tercer lugar, dejando el camino libre para que se despedacen Morena y PAN.
En varios municipios hay ejemplos, las potenciales victorias del PRI por las alcaldías se dan por manchones, pero son más por el liderazgo de los acaldes, que por el apoyo de la dirigencia estatal.
Las quejas son demasiadas, saben que con GUAJARDO el PRI está vendido, reconocen que seleccionaron mal a su dirigente y pagan las consecuencias. Hasta sus patrocinadores están arrepentidos, al grado de bloquearlo en el Whatsapp.
GUAJARDO MALDONADO no bajó los recursos que envía el CEN del PRI para apoyar a sus candidatos a diputados federales.
Los aspirantes no presumen, tienen la seguridad, de que CHECO se queda con alrededor de 200 mil pesos mensuales que mandarían para apoyo de sus candidaturas. En los Estados donde el PRI es oposición, la instrucción de la dirigencia nacional es mandar ayuda a sus abanderados.
No fue así, CHECO se queda con el recurso, las discrepancias financieras son tantas que llevaron a la renuncia de su Secretario de Finanzas, EUGENIO BENAVIDES, quien no quiere tener problemas por un posible fraude financiero que se cuaja.
En el PRI ya se dan cuenta de los líos, por eso nombraron al diputado federal EDGAR MELHEM SALINAS como promotor estatal del voto de JOSÉ ANTONIO MEADE, con el agregado de la llegada del nuevo delegado del CEN, JESÚS HERNÁNDEZ PEÑA para vigilar sus movimientos.
Sin embargo es grave el daño provocado por las decisiones de CHECO GUAJARDO, quien llevado por su ambición coloca aspirantes a modo en muchos municipios.
Un ejemplo de ello, es el caso de González, un municipio que el PRI pudo recuperar, pero que CHECO decidió entregar la derrota por adelantado.
Desde hace un año, cinco ex alcaldes se pusieron de acuerdo con el objetivo de rescatarlo a favor del PRI. Es complicado que haya unidad, pero lo hicieron y garantizaban el triunfo con cualquiera de los tres aspirantes.
El favorito era ANDRÉS NÚÑEZ RAMOS, apoyado por tres ex alcaldes, pero también trabajaban ÓSCAR BERNAL MAYORGA y ALEJANDRO PÉREZ GUTIÉRREZ. Cualquiera que resultará elegido tendría el apoyo de los ex alcaldes.
Sin embargo, CHECO GUAJARDO sacó a todos de la jugada y se decidió por la candidatura de GRISELDA ORDAZ ESQUEDA, quien no tiene el apoyo de ningún grupo representativo en el municipio que es el número 9 en importancia en Tamaulipas.
El ex alcalde MANUEL GONZÁLEZ PARREÑO anunció la renuncia de cuatro expresidentes municipales, por la decisión que tomó CHECO GUAJARDO que vendió barata la derrota.
La mesa está puesta para la reelección del alcalde GUILLERMO BERLAGE BERRY o bien se registre el triunfo del candidato de Morena, el exalcalde priísta JUAN RAFAEL OSORIO GARZA.
El PRI ya denlo por derrotado en González, CHECO regaló la alcaldía, con una candidata que lo único seguro con lo que cuenta es la derrota.
Es sólo una muestra, pero ahí está Madero, donde ÓSCAR GENARO HERNÁNDEZ, MONSERRAT ARCOS y donde se presume que se rajó ROBERTO RAZO, el dueño del restaurante El Mirador eran los que realmente darían la pelea.
Seleccionaron a JULIO CÉSAR BARRIENTOS CISNEROS, quien presume el apoyo de los hermanos ROBERTO y RAFAEL PICHARDO, convertido en un trío de perdedores con la anuencia de GUAJARDO, que los metió en su caos de destrucción tricolor.
Bueno, por hoy es todo.
Adiós y aguas con los patinazos…
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