El fin de semana el PRI, en sus convenciones de delegados, ungió a quienes irán en la boleta como candidatos a alcaldes el 1 de julio y aunque se intentó dar una señal de fiesta, de poder y unidad, la realidad del tricolor cuerudo los alcanzó.
Así es mis queridos boes, reuniones casi en privado, con pocos medios, con acarreados bajo condicionamiento, por no llamarle amenaza y las porras de siempre, pero sin la enjundia de otros tiempos.
Estaba cantado que los alcaldes de las alcaldías más grandes que mantiene en poder el PRI se inscribirían en busca de la reelección, por eso que el sábado Óscar Almaraz Smer, Magdalena Peraza Guerra y Jesús de la Garza Díaz del Guante hicieran lo propio no causó ninguna sorpresa.
Los priistas de esos tres municipios están dispuestos a dar la batalla, tendrían que ser tratados al interior del tricolor como temerarios electorales, porque en los tres casos saben que van a una contienda donde la derrota sería lo natural y una victoria los convertiría en héroes ante la adversidad que les pinta el panorama.
No exagero, en Tampico por ejemplo, Magdalena Peraza Guerra le ganó a Germán Pacheco por poco más de 8 mil votos, ella encabezaba una coalición entre el PRI-Verde y Panal, el panista sólo con el blanquiazul.
A la batalla por su reelección Peraza Guerra llega sólo con el PRI, que dicho por todos los analistas serios, es un lastre para cualquier candidato.
Pero además, del PRI se han ido entre otros cuadros importantes: Lalo Hernández, Fernando Azcárraga, Miguel Manzur, Olga Sosa, Rosa Muela, Alejandro Acevedo, Emilio Pozo y otros más.
Si cada uno de los nombrados le significará mil votos menos al tricolor, la ventaja que tuvo la alcaldesa contra el candidato del PAN se reduce a nada, pero si a ese saldo negativo sumamos lo que por su cuenta puedan llevarse los del Verde, que presumen hasta un 5 por ciento de la votación y los del Panal que alegan lo mismo, entonces la resta es mucho mayor.
Ahora que si a Chucho Nader, que es el que ahora va por el PAN contra la maestra le sumamos lo que el PRD y Movimiento Ciudadano le acarrearán, la cosa pinta peor para la candidata del PRI.
Ojo, no estoy pronosticando triunfos o derrotas, estoy planteando la realidad a la que se enfrenta la actual alcaldesa, situación que estoy seguro no desconoce Peraza Guerra, porque tiene el colmillo bien retorcido y dicen que habría dicho al interior de su grupo que prefiere perder peleando que ser calificada como alguien que se rajó en la última batalla.
Para Victoria el panorama de Óscar Almaraz es parecido, porque el tricolor en la capital igual está poco menos que desarticulado, muchos de sus operadores fueron convencidos por las huestes del PAN de sumarse a sus filas y en una ciudad como esta, donde o eres burócrata, maestro o periodista, muchos optaron por seguir a donde soplan los vientos del cambio.
Almaraz en sus cuentas habrá de restar los votos que tipos como Lalo Gattas le pudiese haber llevado al tricolor y que junto con él se fueron a Morena, en esa misma cuenta negativa tiene que agregar los que simpatizan con Mario Arizpe que va por el Verde a disputarle la alcaldía y desde luego los que acarreen personajes como Felipe Garza o Ricardo Rodríguez, que nomás vieron sin carne el hueso y se fueron a otra carnicería a buscar de comer.
Obviamente la disputa de Óscar Almaraz en contra Xico González Uresti, un doctor que solo y su alma en el 2016 sacó 30 mil votos como independiente y hoy está abanderado por el PAN y sus aliados.
Si juntamos los votos de Xico, los de Arturo Soto y los del MC en Victoria son por mucho más de los que el alcalde obtuvo en su victoria del 2016. Eso si nada garantiza que la gente vote igual que en ese año.
El caso es que con sumas y restas, Victoria está complicada para el PRI, como lo está Tampico y como lo está también Matamoros, donde Jesús De la Garza Díaz del Guante es todo menos el líder que un partido necesita para ganar.
Chuchín tiene que restarle por ejemplo algunos miles de votos, sobre todo de la raza joven que mueve el ex diputado Daniel Sampayo y que seguramente al final se van a sumar a la causa panista de Carlos García, al que ya hartos tricolores le han dicho que van con él.
El alcalde matamorense trae correteándolo a decenas de proveedores de todo tipo, a los que les debe millones de pesos, no encuentra la salida y eso le pinta aún más débil todavía de cara a la elección.
Reitero, no estoy haciendo pronósticos, es el panorama que tienen enfrente Almaraz, Magda y Chuchín, si logran ganar pese a todas las barreras que tienen por delante, en el PRI les tendrían que hacer mínimo un monumento.
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