La revolución tecnológica que comenzó en el siglo XX y que en el XXI evoluciona a un ritmo imparable, trajo consigo, además de grandes avances que facilitan la vida en el mundo moderno, el miedo de los humanos a ser cambiados por un robot en sus empleos.
De acuerdo con el World Economic Forum (WEF), el sector de fabricación tan solo en Estados Unidos declinó del 16% de la fuerza laboral estadounidense en 1996 al 8 % en 2016.
El WEF expone que en las economías que tienen más que ganar, los seres humanos podrían tener más que perder en el ámbito laboral, pues la tecnología ha tenido dos impactos en nuestro trabajo: mejorar y reemplazar. “La era de la inteligencia artificial y la automatización en el lugar de trabajo se acerca cada vez más. El aumento de la productividad a través de la transformación digital debería ser un motor para el crecimiento económico”.
De acuerdo con The Digital CIO, los C-suites -grupo de gerentes más importantes de una compañía- de todos los sectores están reconociendo los beneficios de la digitalización. “La digitalización permite a las empresas hacer más de lo que desean sus clientes: mejor, más rápido y más barato”, según WEF.
Tres de cada cuatro directores ejecutivos describen la transformación digital como una prioridad, mientras que el 86 % de las grandes empresas han nombrado directores ejecutivos digitales y el 72 % de las organizaciones creen que el puesto de director de información se ha convertido en el centro de la sala de juntas en los últimos dos años.
La solución: desarrollar una economía de innovación amigable con el hombre que aborde ambas dinámicas. ” Se necesita una visión reflexiva y compasiva para asegurar que los trabajadores del mañana tengan las habilidades para competir en el mundo digital y más allá de sustitución se complementen”.
El WEF dice que para alcanzar el equilibrio entre el trabajo automatizado y la participación de los empleados se necesita una estrategia que incluya a todas las partes interesadas, en la que tanto los gobiernos como las empresas tengan un interés en particular.
¿Qué habilidades y atributos necesitará las personas para competir en este entorno de trabajo digital e impulsar la inclusión económica?
La respuesta comienza con una palabra: Educación.
El WEF sugiere que las compañías, en especial las tecnológicas, deben pasar del método STEM -disciplina para la formación actual que contiene: ciencias, la tecnología, la ingeniería, el arte y las matemáticas- al STREAMD -por sus siglas en inglés: ciencia, tecnología, robótica, ingeniería, artes, matemáticas y diseño-.
“La transformación digital creará todo tipo de oportunidades para impulsar el crecimiento económico y es necesario que se implementen iniciativas educativas para que nuestras futuras fuerzas laborales tengan las habilidades adecuadas”.