Justo en el último tramo de la actual Presidencia de la República, es meritorio hacer una reflexión que es un ejercicio que poco realizará el ciudadano común. Con todos los problemas que no se solucionaron, incluyendo las malas decisiones, sin olvidar hasta los escándalos de corrupción que bordearon al gobierno de Enrique Peña Nieto, con todo eso, México ahora tiene un tinglado que ya ofrece un mejor panorama. En mis recorridos durante estos seis años por casi la mitad de las entidades percibo que es urgente crear otra visión de nosotros mismos, quizás un claro ejemplo es el caso de Oaxaca.
¿Qué está pasando en Oaxaca? Tras un sexenio que dejó la entidad convulsionada, Alejandro Murat Hinojosa como gobernador en un poco más de un año está tratando de impulsar nuevas formas de hacer política, pero difícilmente lo logrará, no porque el oaxaqueño sea tan complicado como ellos mismos dicen, sino porque en los mexicanos no se está construyendo otra visión de nosotros mismos frente a los escenarios que se siguen moviéndose gracias a un nuevo orden mundial. Esto ya escapa más allá de gobiernos y gobernantes, es la sociedad la que debe tomar las riendas de su propio destino para insertarse en el actual contexto.
Esta semana comuneros del Istmo bloquearon oootra vez la carretera, manifestándose en contra de la empresa francesa Energies Nouvelles, que pretende instalar el parque eólico Gunaa’ Sicaaru’ (del zapoteca que quiere decir mujer hermosa), a través de su filial Eólica de Oaxaca. Un pleito que lleva postergando la instalación de este desarrollo casi dos años, con ello además de las pérdidas económicas que ocasiona para la industria verde, también los mismos tenedores de la tierra no están recibiendo dinero por su proporcional en la generación de electricidad.
Así como éste caso de Oaxaca, se presenta la misma realidad con diferentes caretas en el sector energético de todo México; en Tabasco con la careta de extorsión ciudadana haciendo toma de instalaciones petroleras, en Puebla con la careta del robo de hidrocarburos (huachicoleo), en Tamaulipas con la careta del secuestro a trabajadores de campos de exploración, en el Estado de México con la careta de robo de electricidad (diablitos) domiciliaria, en Veracruz con la careta de robo de tanques pipa, y así pudiera seguir la lista, que sí bien existe un Estado de Derecho vulnerado, lo cierto es que también los mexicanos no estamos teniendo un alcance de miras hacia horizontes al que ya está preparado el país.
Dentro de cinco días arrancaran las campañas presidenciales, sea quien sea el que gane este 1 de julio, mientras la sociedad mexicana no cambie su forma de ver las oportunidades que ya están presentes, ni podrá cortar el binomio de la corrupción, ni capitalizar las ventajas que tenemos como país. Urge crear la visión correcta, quizás promovida desde el sector educativo, el núcleo familiar y sobretodo en cada uno de nosotros, para entender, responder, viendo el potencial que desde el extranjero están observando los inversionistas. ¿Usted qué opina?
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