* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
Este viernes santo comienza el viacrucis para quienes tendrán que soportar noventa días de ruido electoral que incluye unos 27 millones de spots y un número indeterminado de discursos, promesas, ataques, provocaciones, ofensas, amenazas y el despilfarro de cuando menos 11 mil millones de pesos a la vista del portador. (Es de creer que el dinero oculto será mucho más según los usos y costumbres de la “grilla” nacional).
Sea que el verdadero martirio para los mexicanos se alargará por noventa días después de los cuales es de suponer que el voto estará definido. Este tiempo habremos de conocer el nivel más bajo de la condición humana concretado en la ambición por alcanzar objetivos de dominio y poder.
En el fondo ya sabemos que se trata del juego maligno que somete a los muchos bajo la voluntad de pocos. Será la historia de siempre sin descartar que la esperanza se filtre por la rendija menos vigilada por el enemigo.
Entonces algo podrá cambiar. Por lo pronto, serenidad y paciencia que nada es para siempre.
¿SIRVE DE ALGO LA CNDH?
El titular de la Comisión Nacional de Derechos Humanos rindió el informe correspondiente a 2017 ante el presidente Peña Nieto en Los Pinos. Ahí Luis Raúl González Pérez dijo que el saldo es negativo “porque prevalecieron los binomios de inseguridad y violencia, impunidad y corrupción y desigualdad y pobreza”.
Exhortó asimismo para que en los ocho meses que restan, el régimen cumpla las recomendaciones donde destacan las emitidas al IMSS, Comisión Nacional de Seguridad Pública, PGR, Instituto Nacional de Migración, ISSSTE y Marina.
“Es un saldo de dolor e impunidad” dijo González Pérez y puso como ejemplos la violencia contra mujeres, defensores de causas civiles y periodistas. Sobre esto último mencionó la muerte y desaparición de 104 comunicadores.
Hasta aquí la síntesis de dicho informe.
Cabe reflexionar si tiene sentido que la CNDH exista. Es un aparato burocrático que cuesta muchísimo a los contribuyentes y sin embargo no cuenta con la fuerza moral que obligue a las autoridades a cumplir al menos, con las recomendaciones a que están obligados.
Por lo general las denuncias derivadas de la actuación equivocada del poder son archivadas salvo casos excepcionales motivados por el escándalo o presión extrema de la sociedad civil.
De manera que el organismo en cuestión no es tomado en serio por las autoridades y es de suponer que su creación se debió solo para estar a tono con la demanda internacional de respeto a las garantías individuales, sobre todo en el primer mundo.
Inerme entonces, aparece la sociedad civil a lo largo y ancho del país. Sea expuesta a toda clase de arbitrariedades e impunidad oficial. Y no es invento del escribidor porque la afirmación se deriva del informe del presidente de la CNDH, ni más ni menos.
Imagine que dicho funcionario asegura un saldo de dolor siendo como es, parte del aparato burocrático. Usted preguntará, “¿por qué hasta ahora?”. Tal vez González Pérez crea que criticando al gobierno tricolor podrá reacomodarse en la próxima administración.
AMLO IMPONE AGENDA
Los adversarios de López Obrador están pendientes de cualquier acción, guiño o declaración para atacarlo. Ya sabéis que “la armó” con el aeropuerto de la CDMX, tema con el que los puso a girar y así siguen. Por cierto, según la revista Proceso, entre los contratistas de dicha obra se encuentran Hipólito Gerard (cuñado de Carlos Salinas de Gortari), Olegario Vázquez Raña, Armando Hinojosa Cantú y Carlos Hank Rhon).
Y que, de acuerdo a la misma publicación, algunos de los socios con extranjeros en el ramo energético se cuentan a: Carlos Salinas de Gortari, Carlos Slim, Pedro Aspe, Ernesto Zedillo (Plis corrector este apellido inicia con Z y no con C como sueles “arreglarlo”), Felipe Calderón, Luis Tellez, Jesús Reyes-Heroles González y Carlos Ruiz Sacristán. “Pos por ello la dolencia”, diría el ranchero.
SUCEDE QUE
A Óscar Martín Ramos Salinas ya lo conocen como “el mal agradecido” porque de ninguna manera acepta que mucho de lo que ha sido, fue y será, se lo debe a Noé Rodríguez el compadre que generosamente le tendió la mano sacándolo de la mediocridad.
Y hasta la próxima.




