25 marzo, 2025

25 marzo, 2025

Crónica urbana

Obras Murales y Patrimonio Cultural

Crónica Urbana

Somos un estado que poco protege la obra de sus artistas. Ya por descuido, apatía total y la ignorancia como madre de todas las equivocaciones.

En nuestra ciudad hemos vivido el paso de “Los Atilas” donde no hemos visto crecer la yerba del saber y el arte.

A finales de 1958, el gran pintor Art Deco, Xavier Peña, terminó la decoración de las dos enormes secciones laterales del Teatro Juárez, dos obras compatibles; “La Comedia y la Tragedia”, realizada en los muros del viejo teatro durante el gobierno del Lic. Horacio Terán Zozaya. El artista de esta ciudad, también pintó el lobby del teatro, obra que aún permanece y que requiere de urgente restauración.

Las dos obras murales en el interior del teatro fueron cubiertas por los Atilas en turno de la propia UAT.  Y hasta ahora, a 60 años de su decoración por X. Peña, permanecen copados a la vista de público.

En 1960, el pintor Ramón García Zurita inició sus dos grandes desplazamientos murales realizados al acrílico en las escalinatas oriente y poniente de Palacio de Gobierno. El connotado artista muere en el año de 1965, dejando esta valiosa obra inconclusa.

Han pasado los años y ninguna autoridad cultural se ha preocupado en lo más mínimo en restaurar y cuidar de esta obra del patrimonio artístico.

En 1998,  Héctor Cata, artista cubano realizó una pequeña obra mural en los pasillos de recepción del Hospital General Dr. Norberto Treviño Zapata. Es un sentido homenaje a Ciudad Victoria. Esta obra increíblemente permanece cubierta con un cubículo de atención a derechohabientes del citado hospital.

Héctor Cata hoy por hoy reside en España y Dinamarca, donde su obra adquiere mayor valor. Y sin embargo, los “Atilas” también se visten de blanco.

En 1996, realicé una obra mural para el instituto Tecnológico de Ciudad Victoria, ésta fue colocada en la Dirección de dicha Institución en ocasión de celebrase 20 años de su fundación.

Hasta ahora la obra “Tablero de Memorias” no aparece. Se presume que fue destruida por los “Atilas Técnicos” o se encuentra en alguna casa  de algún listillo Atilano. No he tenido respuesta en mi búsqueda pero insistiré con mayor gravedad.

Somos un pueblo ingrato, que olvida a sus hijos. Los ricos construyen para lavar sus pecados, los políticos para esconderlos, y los que presumen de educar se hacen de la vista gorda. Aunque también no curten mal las baquetas…

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