23 diciembre, 2025

23 diciembre, 2025

Crónica urbana

Tampico, Puerto de Pitos y otras Barbaridades

Crónica Urbana

1– Para mi inolvidable amigo, el padre Carlos González Salas, “Tampico es lo Azul”. La adorable ciudad circula en mi memoria como Daguerrotipo en ocre con la ventura del Puerto de Tampico, que viví de niño.

Sus calles, sus tiendas, el aroma del mercado y el tufo de los autos que se mezclaban con el silbato de los buques y los trenes y tranvías que despertaban a las noches de nostalgia de los viejos amores y los besos en mi alma adolescente, refugiada en la Plaza de Armas al toque de las campanas de su hermosa Catedral.

Hoy la ciudad, de potentes empresas, de alta medicina y centros universitarios es de un sólo pulmón, como la Avenida Hidalgo, se ha convertido en la Ciudad de los Pitos. Porque como pitan los autos y los coches de alquiler que relampaguean y nos empinan su ocarina por toda la avenida, que ciertamente es la Avenida Hidalgo las más grande del mundo porque sale de Tampico y llega hasta Matamoros.

Es que los automóviles de sitio fastidian con sus pitos que se descuelgan por toda la ciudad amenazante, dispuestos a seducir nuestros tímpanos. Coreando al unísono dos mil árbitros dando de silbatazos. Nos revientan el yunque y el martillito, con sus claxon todo el santo día.

Apenas sale uno de un hotel, y trepa a un autobús, o nos boleamos, o nos paramos a comprar un periódico se dan sueltan el pitadero a quemarropa.

Tampico ya no es tan azul, hoy es La Ciudad de los Pitos.

2-Y hablando de pitos, y estos son de guardar. Porque famoso era el pito que zumbaba en los juegos de fútbol del antiguo y gloriosos equipo Cuerudos, cuando saltaba el cuadro de la ciudad a la cancha del Marte R. Gómez. Escuchábamos la voz inigualable de don Carlos Adrián Avilés Bertoluzi, “El equipo de casa, Los Cuerudos de Victoria…salta a la cancha”.

Mientras la víbora iba de un lado a otro en la tribuna de sol. Era una serpiente de cascabel vivita y coleando con el hocico amarrado, y la gente reía y coreaba con miedo al grito “allí va la víbora”.

Y cuando el partido estaba en la parte inicial y el árbitro empezaba con sus pifias, la gente gritaba “qué marcas Cacique”.

Las cantaletas del fútbol eran de antología. Las he consignado en mi libro “Personajes de Mi Ciudad, Locos, Cuerdos y Sabios, el famoso, el grito de “Que se la meta Durham”. Con referencia a la famosa reata del negro Durham, la más famosa de Victoria. “Pinche árbitro, te vas a chingar con Durham”, con referencia a nuestro inolvidable Campeón Nacional y Centroamericano de Jabalina, maestro de Educación Física.

Él mismo, el querido Profe Durham, decía “que tuvo que comerse a un blanco para poder comer…”

En fin hablando de reatas y traiciones se rompen géneros…

Facebook
Twitter
WhatsApp

DESTACADAS