Ya entrados en la carrera presidencial uno de los temas que se mantiene en la agenda proviene del sector energético; así como en la elección –particularmente- a gobernador por Tamaulipas, tanto los empresarios de éste rubro, como los trabajadores, tuvieron una activa participación, que ahora surge nuevamente la pregunta ¿Inclinará el voto nacional de los petroleros?
Considerando solo tres ejemplos –de los varios que tengo- de trabajadores petroleros de Madero, Tamaulipas; otro de Paraíso, Tabasco; y apenas la semana pasada cuando estuve en Salina Cruz, Oaxaca, en todos los casos, quienes dependen sus fuentes de empleo de las viejas formas de Petróleos Mexicanos (PEMEX), se quejaron agriamente de Enrique Peña Nieto por la reforma energética que –supuestamente- los dejó sin empleo. Sin excepción, todos votarían a favor de un candidato que en su entender, regresará al paternalismo del sector al que estuvo inmerso por ocho décadas.
Citando tan sólo un caso –también de varios- de los nuevos profesionistas petroleros, con carrera profesional del sector, algunos hasta con certificaciones internacionales y por lo menos bilingües, relato un viaje que realicé con un chófer Uber en Villahermosa, Tabasco. Él, un joven de 27 años con esas cartas que tiene, todavía no puede entrar a trabajar al sector; su tío que apenas sabe escribir, es intendente (limpieza general, nada especializado), gana 30 mil pesos mensuales, que gracias a su sindicato solo trabaja seis horas de lunes a jueves; desde luego muy molesto el sobrino, está a favor de la reforma porque aspira entrar con las petroleras internacionales, que para ello se ha preparado.
En la contienda de Estados Unidos el apoyo del sindicato de mineros fue determinante para el triunfo de Donald Trump, sin embargo su peso no fue en el ámbito electoral, sino en la narrativa que se utilizó contra Barack Obama – Hillary Clinton y las grandes aportaciones económicas que realizó este segmento energético.
En México, el viejo gremio de petroleros no sirvió para detener el avance de la reforma energética o por al menos reconducirla, muy probablemente no inclinará el voto de los petroleros al resultado final y menos por el dinero que ya no tienen por carretadas como en otros tiempos. Sin embargo, le han dado materia para la narrativa de Andrés Manuel López Obrador para conquistar ese segmento. Si bien, José Antonio Meade y Ricardo Anaya Cortés no se han metido a fondo, son los que pudieran capitalizar desde otro enfoque, que va hacia una economía abierta que se traduce en más empleos.
Meade conoce las entrañas fiscales del sector energético, incluso como secretario de Energía del gobierno federal emanado del Partido Acción Nacional (PAN) empezó el tinglado del sueño de más de dos décadas que hoy conocemos como la reforma de mayor calado que se haya realizado en toda América en la actualidad. Tiene una mayor ventaja por su conocimiento técnico, pero su mayor reto es cautivar al viejo petrolero y a los jóvenes que tienen la preparación necesaria para las exigencias del mercado global. ¿Usted qué opina?
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