Está altamente comprobado por expertos en la materia, que el fútbol es un fenómeno social, un estallido de emociones que mueven masas, no importando el idioma, raza o país donde llegue este deporte, es, sin duda, un arte, porque quienes lo practican a niveles de excelencia, se vuelven artistas a nivel mundial.
Esta ocasión, el triunfo del seleccionado nacional ante su similar de Alemania, el actual campeón del mundo, dimensionó a otras esferas la cotidianeidad de millones de mexicanos y mexicanas, que observaron cómo once jugadores los envolvieron en un cúmulo de emociones a través de su juego.
Esos mismo hombres hicieron olvidar, al menos por unas cuantas horas, que el país vive para muchos, la más reñida de las elecciones, que no competitivas, porque hay en la justa electoral un partido político que acaba con este adjetivo.
Por unas horas, el país y millones de mexicanos salieron a vitorear en todos los rincones de la geografía nacional y mundial, el triunfo de México ante Alemania, hasta hace unas horas, la imbatible selección alemana.
Ciertamente que se tiene que festejar, gritar, llorar y elevar la figura de los jugadores al grado casi de dioses, sin duda, es parte del triunfo logrado y añorado por millones de mexicanos, como así lo demostraron apenas el árbitro pitó el final del partido.
Sin embargo, aterrizando los píes en la tierra, sólo se ganó un juego y es necesario no echar las campanas al vuelo, ¿que pasaría entonces, sí se ganara el mundial?, inimaginable.
Para los alemanes, sin duda, es la hecatombe mundial, pues para ellos, ser eliminados en semifinales o finales, es un fracaso, cosa que aún no ocurre, dado que aún falta mucho camino por recorrer en la justa mundialista y nadie duda, pese a la derrota, que el cuadro alemán pase lista de presentes en la fase final.
Asimismo, debemos aceptar, aunque nos duela hacerlo, que la mentalidad de los derrotados, es una de sus inmensas cualidades, es decir, están acostumbrados a ganar todo y en todo, algo que a los mexicanos aún les cuesta superar, ejemplos de ello, hay un montón.
Está de más, decir que la victoria de México logró la magia de olvidarnos, aunque haya sido por algunas horas, de los falsos discursos, de las falsas poses, pero sobre todo, de no ver a las decenas de candidatos que buscan algún cargo de elección popular en los próximos comicios del mes de julio y eso, realmente es algo que millones de connacionales debemos agradecerles a los jugadores de la selección nacional.
Por supuesto que muchos de los candidatos, aprovecharán el ruidoso triunfo para llevar agua a su molino, si no, al tiempo.
Por cierto, para corroborar que los candidatos a todo le sacan raja, fue el hecho que muchos de ellos no haya desaprovechado la oportunidad para reunirse con sus seguidores y, en algunos casos, hasta acudieron a lugares públicos para promover su proyecto político-partidista.
En otros casos, poco a poco se acumulan quejas en los escritorios de algunos institutos políticos, en contra del partido en el poder, en su gran mayoría, giran en torno a trabajadores de algunas dependencias estatales, quienes estarían “solicitando” ayuda de decenas de sus compañeros de trabajo, para que los apoyen en ciertas tareas de índole político.
La presunta maniobra será puesta del conocimiento de la autoridad electoral, para que, en caso de que exista alguna ilegalidad, actúe en consecuencia, así las cosas.
Por cierto, de acuerdo a la autoridad correspondiente, más de la mitad de los candidatos y candidatas siguen sin decir absolutamente nada respecto a la famosa declaración 3-3, lo que a querer o no, alienta la percepción de la existencia de alguna irregularidad.
En la misma andan muchos funcionarios de la actual administración estatal, que no comulgan con el ejemplo del gobernador del estado, FRANCISCO JAVIER GARCÍA CABEZA DE VACA, quien lo hiciera dentro de los tiempos establecidos por la ley.
En otras cosas, de pena ajena la postura del candidato a senador por el partido Nueva Alianza, ÓSCAR MARTÍN RAMOS SALINAS, a quien de pronto, le brotó la “brillantez” de mente.
El ex secretario gremial de la sección 30 de maestros, trae en mente, si gana, pugnar por que se revise la reforma educativa, la misma que no hace mucho tiempo, aplaudiera a rabiar.
Otra penosa actitud, es cuando asegura que no será comparsa de ningún instituto político, como si no se supiera que lo ha sido durante décadas del PRI y ahora lo hace en lo oscurito, pero con otro partido.
Por supuesto que todo ello, es exactamente lo mismo de siempre y que sucede cada que hay elecciones y, como se puede observar, esta vez no es la excepción.
Todo ello, ocurre sin tomar en cuenta que sus mejores “aliados”, los maestros, nomás no han recibido ninguna ayuda en el tema de la falta de pagos.
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