CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La vida a veces puede ser muy injusta y complicada para muchos, pero como dice el dicho, “después de la tormenta, sale el sol”, y justo esa luz de esperanza y felicidad se le ha aparecido al victorense Julio César Hernandez Díaz, quien tras pasar por momentos difíciles en su vida, ahora el fútbol le ha devuelto la sonrisa pues fue aceptado para formar parte de Rayados de Monterrey.
Con apenas 14 años, ha comenzado a andar por el camino con rumbo a su sueño, que desde más pequeño, es ser jugador profesional, algo por lo que se ha esforzado y que ha tenido que pasar cosas amargas y dulces. Sin tener los más grandes lujos ni los tachones más nuevos, incluso a veces llegó a jugar con zapatos de fútbol prestados, pero eso no le quitaba la calidad a sus pies, por lo que ahora, la vida lo ha recompensado con un llamado a Rayados de Monterrey quien le ganó la partida a Chivas y Atlas, quienes también querían la calidad de Julio en su equipo.
Todo comenzó hace casi diez años, pues desde los seis años, no recuerda otra cosa más que querer patear la pelota de fútbol, pues era algo que le llamaba la atención desde ese entonces.
En esta parte de la vida, entró uno de los co-protagonistas de esta historia; su tío, Fabián Ruiz, quien fue parte fundamental para que Julio, se metiera de lleno a esta vida futbolera que tiene hoy en día.
“Me metí a un equipo que tenía mi tío, me fui con él, comencé en un equipo que se llamaba Olímpicos, ahí fui acoplándome al fútbol, de defensa, lateral y medio. Los primeros días fueron de cansancio, comenzaban los entrenamientos y me cansaba y no estaba acostumbrado, después me acoplé”, contó Julio.
Lo tomó en serio
Después de varios años de trabajo con su tío, Felix Gómez lo vio jugar, entrenador del equipo Atlético Victoria. Él lo invitó a formar parte de su cuadro y fue cuando Julio Hernández comenzó a tomar en serio el ‘quiero ser futbolista’. “Me dijo que me podía meter a su equipo, me lo tomé más en serio porque había mucha calidad en el equipo y ahí me motivé para seguir”.
“Al Profe le tengo mucho cariño y el equipo para mí es el mejor de Victoria, es un grupo muy bueno”, agregó.
Momentos complicados
Como a todos, siempre hay partes de la vida en donde hay bajas, donde pasa algo que a la larga nos ayudará a mejorar o motivarnos, siempre y cuando se sepa como manejarlo y eso ha hecho Julio Hernández, quien lejos de tirarlo en definitivamente, ha sabido levantarse y seguir más fuerte que nunca.
“Hay veces que mi familia no tenía la posibilidad económica para que a mi me dejaran ir a un juego fuera o un torneo, eso me dolía mucho, pero sabía que era parte de todo esto y pronto vendrían cosas buenas”, comentó.
“Tenía que aguantar, sabía que iba a llegar mi oportunidad, después mis tíos me apoyaban, en lo que podían y pues hubo más chance pero igual los tiempos estaban difíciles”, añadió.
A veces los tachones que utilizaba estaban muy desgastados, sabía él que necesitaba unos nuevos, pero no decía nada, “no tenía para eso, había cosas más importantes en la casa y sí me sentía un poco mal. El profe Felix me ayudaba mucho con eso, a veces me prestaba o daba tachones, es por eso que le tengo mucho cariño, igual a mi tíos y papás que
hacen sacrificios para ayudarme”, puntualizó.
Cuando voltea y mira todos esos momentos que pasó, a Julio lo motiva, pues es una enseñanza que le ha dejado este camino y sin duda siente que le servirá mucho en el presente y futuro de su vida.
“Me ayuda a entender las cosas, comprender que cuando hay, pues hay que aprovechar y cuando no, pues hay que esperar, no hay que volverse loco y seguir que pronto vienen tiempos mejores para uno”, declaró.
De no poder viajar, a campeón de Dallas
Los tiempos en los que no podía viajar en los que no podía disfrutar de un viaje, se le fue recompensando poco a poco a Julio, quien fue invitado por un equipo llamado Angeles Soccer de Monterrey para que jugara con ellos en diferentes torneos locales e internacionales.
“Me vieron en un amistoso con Atlético Victoria, el profe Felix me invitó a ese viaje y me dijo que le echara muchas ganas porque podían verme y quedarme en ese equipo, ah conocí al profe David Barbosa y me invitaba a los torneos, me llevaron dos veces a la Dallas Cup, en una como menores no ganamos pero la última vez, quedamos campeones”, explicó.
Para él todo eso fue muy nuevo, “son experiencias inolvidables, eran raras las veces que salía a jugar a un torneo y pues ahora fui a la Dallas Cup donde pude hacer muchos amigos de otros lugares que no esperaba conocer”.
El momento llegó
Tras buenas experiencias y muchos aprendizajes, algo que buscaba mucho, le llegó en este 2018, pues después de acudir a unas visorias a petición de Héctor de Ángel, fue elegido
para quedarse en las fuerzas básicas del equipo.
“En un juego de quinta división con Furia Azul-Atlético Victoria, me vio el profe Héctor del Ángel, me hizo la invitación para las visorias, fui y luego luego me dijeron que me querían”.
La emoción invadió mucho a Julio, quien aunque era algo por lo que trabajaba, no se la creía, “No me caía el ’20’, cuando empezaba no sabía que iba a lograr esto. Pensé en mis papás y mis tíos, que ya no los iba a poder ver, me imaginaba que iba a caer anímicamente, pero me dije, que si quería llegar a ser alguien en el fútbol y la vida, tenía que pasar por esto”, afirmó.
Ante este reto en su carrera, dijo que “me siento feliz, muy emocionado porque es una nueva etapa, voy a conocer a nuevos entrenadores, jugadores. Me siento muy bien, ha estado en momentos muy difíciles, he batallado mucho, le he echado muchas ganas al fútbol y me siento contento de dar este paso”.
No cambia nada
Ni cosas buenas, ni cosas malas, nada cambia Julio Hernández de lo que ha vivido, “todo ha sido muy bueno, de lo malo se aprende y de lo bueno, se disfruta, no cambio ninguna decisión o cosa que haya hecho, estoy muy feliz y motivado”, recalcó.
Dedicado a su padrino y familia
Con lágrimas en los ojos, pues seguramente los recuerdos llegaron a su mente, Julio dedicó con todo el cariño de mundo este paso que ha dado en la vida, a su padrino y abuelo, quienes ya no están fisicamente pero en sus pensamientos siempre lo estarán.
“Va dedicado a mi padrino que falleció -entre lágrimas-, a él le gustaba mucho el futbol y pues ahorita no está conmigo, hubiera querido que estuviera aquí, todo lo que hago se lo dedico a él, a mi abuelo, todo es para ellos y mi demás familia que siempre me han apoyado y espero regresarles algo de todo”, confesó.
Para sus tíos también tiene mención especial, pues junto a sus padres, ellos lo han sacado adelante, “estoy agradecido con él (tío) y con mi tía, hay veces que no se puede y pues ellos me echan la mano, mis papás son todo para mi y todos la verdad que no tengo palabras para agradecerles todo”.
Sus sueños
Sin dudar de que puede lograrlo si se lo propone, Julio Hernández Díaz, espera en unos años cumplir sus máximos sueños que son “llegar a primera división, ser profesional en el fútbol y la vida, jugar en la Selección Mexicana y sobre todo ayudando a mi familia que nunca me ha dejado”, finalizó.




