Tiempos históricos e inéditos: El triunfo de Andrés Manuel López Obrador representa el primer viraje hacia la izquierda en una contienda por la presidencia de la república.
La victoria de AMLO es, sin lugar a dudas, un cambio de rumbo en el escenario político y, por supuesto, económico. Es, además, una nueva etapa en la historia de la transición
democrática, un nuevo capítulo en la era de las alternancias.
A su tiempo, veremos, si el viraje hacia la izquierda representa una transformación de fondo, una transformación equiparada -por el virtual presidente electo- con los movimientos de Independencia, de la Reforma y de la Revolución (etapas decisivas en la historia de México).
También representa algo que va más allá de una ideología o de un popular personaje: Es el funcionamiento de las instituciones, las organizaciones construidas, de forma paciente, a veces lenta y tediosa, a lo largo de 30 años (la caída del sistema en 1988 es el punto de partida) para sustentar el sistema democrático del país.
Las instituciones, pese a todo, funcionan con la participación ciudadana. Está bastante claro que faltan muchos aspectos por corregir en un proceso electoral -sobre todo en el periodo de campañas-, pero los avances son significativos, esperanzadores.
Uno de esos avances tienen que ver con la madurez de los protagonistas de la escena política nacional. El discurso de José Antonio Meade, candidato del PRI a la presidencia de la república, al aceptar su derrota y reconocer el triunfo de Andrés Manuel López Obrador es uno de los sellos distintivos de una elección que inaugura una nueva etapa en el mapa político del país.
La aceptación de su caída en las urnas por parte de Ricardo Anaya, hasta ayer aspirante panista en pos de Los Pinos, también fue una valiosa y madura contribución a la vida democrática y que avaló los resultados de una intensa jornada electoral dominical.
En ese contexto, se pronostica una transición de terciopelo, algo muy diferente a lo que diversos grupos políticos temían con la llegada de ‘El Peje’ a la presidencia de la república.
De hecho, el discurso de Andrés Manuel López Obrador, con subrayadas referencias históricas, fue conciliatorio en todo momento: ‘La Patria es Primero’ (Vicente Guerrero).
Desmintió, de paso, la instalación de una Dictadura y afirmó que se va a respetar la autonomía del Banco de México, además de respetar dos principios básicos de una democracia: la libertad de empresa y la libertad de expresión.
Como eje de su narrativa, AMLO señaló que combatirá y erradicará la corrupción y la impunidad. ‘Sea quien sea, será castigado’, aseguró. Incluso, dijo, ‘el buen juez por su casa empieza’. Insistió en que no habrá ‘gasolinazos’, ni incremento de impuestos.
Y ojo: Fortalecerá el mercado interno. Un tema que refrenda la visión nacionalista que caracteriza el proyecto del nuevo presidente de México. Un tema que, sin duda, causará controversias y debates, sobre todo con quienes abanderan la visión de apertura económica, tal como dicta la tendencia de la globalización, una tendencia establecida por el avance tecnológico.
La contundente victoria de Andrés Manuel López Obrador -con el 53 por ciento de la votación total- representa el inicio de una nueva etapa del país, un capítulo histórico que sacudirá el sistema de partidos -algunos en vías de extinción y otros que adquieren fuerza de manera sorprendente en el Congreso-.
AMLO hizo historia. Ahora, viene lo más importante: que ejerza una presidencia con resultados positivos para un país que arrastra múltiples problemas.
Tamaulipas: voto diferenciado
Si bien Andrés Manuel López Obrador ganó la Presidencia de la República con la candidatura de la coalición ‘Juntos Haremos Historia’, en Tamaulipas se registró un notorio voto diferenciado, un voto que respaldo el proyecto de los vientos del cambio que llegaron hace dos años.
De acuerdo con los datos reportados por el Instituto Electoral de Tamaulipas (IETAM), el PAN, aliado con el PRD y MC, ganó la mayoría de las alcaldías, entre ellas, Tampico,
Altamira, Ciudad Victoria, Reynosa y Nuevo Laredo. Ciudad Madero y Matamoros eran disputadas palmo a palmo, con ligera ventaja para los candidatos de Morena, PES y PT.
En la contienda por las diputaciones federales, la alianza ‘Por Tamaulipas al Frente’ llevaba más votos en cinco distritos: Victoria, Nuevo Laredo, Mante y Río Bravo. Para la coalición ‘Juntos Haremos Historia’ estaban los distritos de Reynosa (dos), Matamoros y Madero. Por su parte, el conteo en Tampico pintaba cardíaco, con mínima ventaja para el panismo. Esos eran los datos antes de la medianoche.
Los resultados los veremos, con calma para el análisis, hoy (eso incluye la contienda por las senadurías).
Por cierto, Chucho Nader festejó casi a la medianoche en la sede de Acción Nacional en tierras jaibas. Y Alma Laura Amparán, siempre marcada como favorita, también celebró, en la plaza principal de Altamira.
Las gubernaturas…
Morena se lleva Ciudad de México, Veracruz, Morelos, Tabasco, Chiapas y Puebla. Seis gubernaturas para el Movimiento de Regeneración Nacional, el partido de Andrés Manuel López Obrador. MC triunfa en Jalisco. El PAN gana Guanajuato. Y Yucatán peleada por PRI y PAN.
Y para cerrar…
¡¡¡Andrés Manuel López Obrador reconoció el hecho de que Enrique Peña Nieto no interviniera en el proceso electoral!!! ¡¡¡Zas!!!
¡¡¡También reconoció a la prensa!!!
¡¡¡Orale!!! ¿Qué tal?.