Las pruebas existen: unos mensajes de ‘whatsapp’ enviados por el ex alcalde de Tampico, Gustavo Torres Salinas, lo confirman, lo involucran.
Cuando le preguntaron -durante la pasada campaña electoral-, si estaba apoyando a los candidatos del Partido Acción Nacional (PAN), el ex presidente municipal porteño respondió: ‘Así es’.
Tras la confesión, el ex líder del Congreso del Estado en tiempos egidistas añadió: ‘Estoy trabajando con mi estructura, que son mis amigos’. De paso, como era normal por los resentimientos acumulados, arremetió en contra de la profesora Magdalena Peraza Guerra.
Esos mensajes vía celular serán utilizados por la dirigencia estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI) para abrir un proceso de expulsión en los días por venir en contra de Gustavo Torres Salinas y de más de una docena de priistas que prefirieron -era lógico- abandonar el barco tricolor antes de que naufragara, en la mayor catástrofe de su historia.
Efraín de León es otro caso. El secretario general de la Confederación Nacional de Organizaciones Populares (CNOP) puso la estructura del sector popular de la CNOP a disposición de María del Carmen Pérez Rosas, candidata del PAN a la diputación federal por el Tercer Distrito y, por consecuencia, en contra de Copitzi Yesenia Hernández García, candidata priista.
El caso del ex alcalde de Valle Hermoso también será planteado ante la Comisión de Justicia Partidaria del Revolucionario Institucional a nivel nacional. Ya no lo quieren en el priismo (lo más probable es que el dirigente cenopista tampoco desea quedarse en un partido hundido y prácticamente sin remedio).
Durante la reunión de evaluación del proceso electoral que se realizó la semana pasada en el comité estatal del PRI, Copitzi Hernández García exigió muy molesta la expulsión de Efraín de León. No lo puede ver ni en pintura. Se afirma que la ex candidata a diputada federal cuenta con pruebas contundentes de la traición del ex presidente municipal de Valle Hermoso.
A esa reunión de trabajo, encabezada por el todavía presidente estatal del tricolor, Sergio Guajardo Maldonado, asistieron los ex candidatos a los cargos legislativos. Más que un encuentro para evaluar lo sucedido en la elección, eso parecía un funeral.
Estuvieron casi todos los ex candidatos. Los únicos ausentes fueron Alejandro Guevara Cobos, quien aspiró al Senado, y la tampiqueña Elvia Holguera Altamirano (perdida como siempre), ex aspirante a la diputación federal por el Octavo Distrito.
Griselda Carrillo Reyes, ex candidata a diputada federal por el Séptimo Distrito, que comprende Altamira y la zona norte de Ciudad Madero, asistió con una cara de ‘luto’. La tristeza era evidente en su rostro. Ella nunca entendió que en política hay tiempos para jugar y épocas para quedarse en la tranquilidad hogareña.
Carlos González Toral, mejor conocido como ‘El Cacho’, fue de los pocos ex aspirantes a una presidencia municipal, que estuvo presente en la reunión. El desánimo era manifiesto.
Entre los factores que salieron a relucir como causas de la estrepitosa derrota electoral, estuvieron el pesado lastre negativo de la marca del partido y, lo tuvieron que admitir, el pésimo candidato presidencial que compitió en las urnas.
Pero el factor que desató las pasiones internas fue la traición interna. Ahí emergieron las molestias, las quejas, los enojos, los reclamos, las mentadas.
Lo que siguió fue la elaboración de una amplia lista, integrada por poco más de 20 personajes del priismo estatal, entre ellos, como ya se comentó, los casos de los ex alcaldes
de Tampico y Valle Hermoso, Gustavo Torres Salinas y Efraín de León.
Otros ex presidentes municipales del priismo que forman parte del listado que será enviado a la Comisión de Justicia Partidaria del PRI son Pepe Suárez, de Nuevo Laredo; Jaime Turrubiates Solís, de Ciudad Madero; y Roberto Benet, de Río Bravo.
Está claro que ellos tres tampoco quieren saber nada del PRI y menos del priismo tamaulipeco. Ellos ya definieron su camino y, ni por error, buscarían regresar.
Un caso más estará bajo análisis: Álvaro Garza Cantú. Aunque fue candidato del PRD y MC a gobernador de Tamaulipas en la elección de 2004… ¡nunca renunció al PRI! De hecho, todavía aparece como consejero estatal priista. Como se sabe, el ex alcalde jaibo jugó doble en la elección pasada: apoyó a Andrés Manuel López Obrador por un lado y por otro apostó por dos candidatos del PAN.
Estos procesos de expulsión saldrán a relucir en los días por venir, posiblemente después del periodo vacacional. Así que en agosto iniciará una purga en el PRI de Tamaulipas, una purga que será muy desgastante para un partido que parece ir en la ruta de la extinción.
Y PARA CERRAR…
El PRI está en Tamaulipas en la ruina política… y en la quiebra económica.