La defensa que ha hecho Andrés Manuel López Obrador del nombramiento que hará de Manuel Bartlett en la CFE debe dejar bien claro que el ex señor de ‘la caída del sistema’ en 1988 será uno de los hombres más poderosos del sexenio que inicia el 1 de diciembre.
Así es mis queridos boes, pero no sólo eso, sino que tiene que dejarnos bien claro también que el peso del ex gobernador de Puebla, ex Secretario de Educación y demás en los tiempos del priismo más recalcitrante, está por encima de figuras tan importantes para la izquierda mexicana como Cuauhtémoc Cárdenas o familias del abolengo democrático nacional como los Clouthier.
AMLO no ha tenido empacho en defender a Bartlett de las andanadas críticas de periodistas de todos los tamaños, de Tatiana y su hermano Manuel, la iniciativa privada y demás quienes se niegan a olvidar el pasado, negro pasado del próximo titular de la CFE.
Al había mejores perfiles de Tatiana Clouthier, se sumaron las exigencias de la IP para que López Obrador reconsiderara su nombramiento, pero fue el hijo del Maquío el que sin matices señaló, lo que la opinión pública ha dicho desde hace décadas del ‘hombre de AMLO’
“Estos son los que mataron a mi padre Maquío, Salinas y Gutiérrez Barrios! No fue Bartlett; Bartlett lo reprimió, lo difamó, le invadió las tierras agrícolas, se robó la elección del 88, todo esto en sexenio del mediocre de Miguel de la Madrid!”, publicó en su cuenta de Twitter.
Pero además en entrevistas le ha dicho: mapache, roba votos, represor, lo ha señalado de mandar invadir los ranchos de la familia y otras diabluras de esas que se hacen en Gobernación.
“Pinche viejo decrépito tanto chingó a mi padre, a la democracia y al país, que ahora no puedo chingarlo yo señalando sus verdades y atrocidades porque se enojan los chairos! Como llegamos a esto???”, escribió en otro twit.
Pero López Obrador lo defendió el primer día de las críticas, el segundo y el resto de los días, ha preferido a Bartlett sobre los Clouthier al decir que no coincide con Tatiana, la mujer que le coordinó la campaña, tal vez pieza clave para su histórica victoria.
Con su defensa a Bartlett, el Peje da la espalda también a Cuauhtémoc Cárdenas, la víctima principal del poblano, al que su caída del sistema le dejó sin presidencia de la República para entregársela a Carlos Salinas de Gortari.
Claro que la defensa es muy particular, muy personal, hasta sospechosa que nos obliga a preguntar ¿qué le debe AMLO a Bartlett?, ¿qué le sabe Bartlett al Peje?, ¿cuál será ese acuerdo entre ambos, como para asumir el costo político de una eventual ruptura con Cárdenas y con los Clouthier e incluso con la IP?.
Y es que hay cosas que el cambio de siglas, de colores ideológicos, de grupos no borran. Esta vez AMLO no ha podido santificar a un personaje que en su nombre lleva el sello de la reprensión, de la tenebra, del fraude electoral.
Insisto ¿por qué pagar el costo político y de imagen por un tipo como Bartlett del que este país no va a cambiar de opinión?.
Claro están también los fans del presidente electo a los que les harta que se le señalen errores y que curiosamente hoy piden que le den el beneficio de la duda a Bartlett, que porque sus pecados ocurrieron hace 30 años.
Habrá que decirle a los seguidores a ultranza de AMLO que eran precisamente ellos los que en campaña pedían, exigían, apelaban a no olvidar los 80 nefastos años del PRI gobierno, insistían en que no había que olvidar las debacles económicas, las crisis de inseguridad, la insultante corrupción.
Hoy son esos mismos simpatizantes de López Obrador los que piden que olvidemos las atrocidades de Bartlett ¿dónde está señores la congruencia?, ¿dónde quedó su exigencia a mantener viva la memoria?.
No son primos…
Esta semana trascendió la liberación de Eduardo Monge Castillo, quien había sido reportado privado de su libertad dese días antes de la elección; es decir más de un mes en cautiverio.
Pertinente sería aclarar las notas ‘informativas’ en algunas páginas de Facebook que señalan a Monge Castillo como primo del gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca.
Está bien claro que Monge Castillo no tiene ningún parentesco, ni sanguíneo, ni político con el gerente administrativo de la Comapa zona conurbada.
Basta con checar los apellidos de ambos como para entender que no hay parentesco; pero además hurgando en las líneas familiares de los padres de ambos, tampoco hay relación como se ha cabeceado en algunos medios.
Lo cierto es que cuando un personaje accede al poder, como una gubernatura, le salen amigos y ‘parientes’ por todos lados y no falta, como parece ser este caso, que algunos aprovechen cercanías de amistad para vender la idea de parentescos que en realidad no existen y obvio sacar raja de la situación. En síntesis: Monge no es primo del gobernador.
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