MATAMOROS, TAMAULIPAS.- Más de 50 cubanos y por lo menos 10 africanos permanecen en la Casa del Migrante en Matamoros donde se han tenido incluso que hacer adecuaciones para habilitar áreas como dormitorios, pues los existentes ya son insuficientes.
En el último mes se han atendido hasta 100 migrantes diariamente en este albergue donde ya esperan el arribo de otros grupos.
El mayor problema al que se enfrentan quienes atienden el albergue es que entre los migrantes existe discriminación.
“Se da entre los mismos pueblos y razas se da la discriminación entonces son nacionalidades fuertes, son maneras de ser fuertes, pero hace falta que se rompa esa barrera para que se conviva como una verdadera raza humana”, afirma Francisco Gallardo López, responsable de la Pastoral Social de la Diócesis de Matamoros.
ES UN LUGAR MÁS SEGURO
Según el responsable de la Casa del Migrante “San Juan Diego” desde hace un mes y medio se comenzó a recibir en un número mayor ciudadanos cubanos y de otras nacionalidades pero más de isleños.
“Ellos están llegando a Matamoros porque entre ellos se ha corrido la voz que es un lugar seguro para ellos para estar y cruzar a Estados Unidos, ya sea buscando el refugio o el asilo”, comentó.
Y efectivamente mientras se hacían las entrevistas los migrantes cubanos dialogaban con sus paisanos que esperaban en Tapachula, Chiapas para ingresar de manera legal a México vía telefónica y les aseguraban que la estancia en esta frontera era segura.
Más tarde al dialogar con los sacerdotes encargados de la Pastoral Social les comentaron que por lo menos un grupo de 40 migrantes estaban por iniciar el camino hacia Matamoros.
“Que bueno que se ve como un lugar seguro para estar ahorita en este momento pero también conlleva a una situación social que afecta nuestro entorno, en la Casa del Migrante les damos la asistencia básica pero ellos necesitan algo más”, destacó.
ADECUAN LOS MENÚS
En la cocina del albergue ubicado en la colonia Ampliación Solidaridad, los alimentos que se preparan no son los mismos que de manera regular se cocinaban.
Quienes prestan su servicio en este lugar han tenido que adecuar los menús a la diversidad de culturas que ahí convergen.
El arroz, los frijoles, las papas y el pan son algunos de los alimentos que todos consumen, contrario a los deportados que desean comer tortillas, cubanos y africanos tienen preferencia por el bolillo.