En los días de esplendor de Elba Esther Gordillo, sus súbditos en Tamaulipas llegaban a extremos de una adoración enfermiza, muy al estilo de la que practican algunas sectas con predicadores farsantes, que se han enriquecido encabezando jornadas de falsa milagrería.
Los líderes locales que se movieron cerca de esta astuta chiapaneca, le soportaron y hasta aplaudieron sus desplantes de locura y de soberbia. Su estoica sumisión – de los líderes, claro-, siempre tuvo como premio y recompensa, el acceso al lucrativo negocio en que se convirtió la educación pública.
Desde Filemón Salazar hasta Arnulfo Rodríguez Treviño y Rafa Méndez, los líderes estatales del magisterio rindieron pleitesía a la maestra, cumplieron puntualmente sus órdenes y sus caprichos, en Tamaulipas o en donde fuese. Era una obediencia ciega e incondicional.
El tamaño de los pecados es distinto en cada uno de los líderes, pero entre todos sobresalen por su ambición sin límites, personajes como Noé Rodriguez, Lupe López Tijerina, Enrique Meléndez, Arnulfo Rodríguez y Rafael Méndez.
No hay todavía una evaluación precisa del enorme daño que ocasionaron a la educación de Tamaulipas, tal vez nunca se sabrá el alcance del saqueo y, es casi seguro, que jamás se les fincarán responsabilidades. Por eso mismo, ahora que se genera un clima de incertidumbre, una buena parte de ellos anda en busca de retornar a la vida pública.
No se sabe aún con quién jugarán, aunque personajes como Arnulfo, Noé y Rafa Méndez se han alineado con el actual dirigente nacional del SNTE y, a regañadientes, se le cuadran al líder estatal Rigoberto Guevara. Sin embargo, es seguro que a partir de diciembre, busquen colocarse a la sombra de Elba Esther.
Un periodista que intentó entrevistar a Arnulfo para averiguar por dónde andan sus preferencias, se topó con una respuesta suplicante: “aguántame hermano, esto todavía no se define y de pendejo saco la cabeza”.
Meléndez tiene fuertes deudas con la maestra. Todavía el día que la detuvieron en Toluca, formaba parte del séquito de favoritos de Gordillo y eso le dio acceso a privilegios, que a pesar de la tormenta, conserva hasta la fecha.
Por eso Meléndez desde lo oscurito, es el principal promotor del retorno de Elba al liderazgo nacional del magisterio y, a nivel local, presiona a los cabecillas de la Sección XXX para que se le arrodillen a la maestra. Todo indica que sus gestiones, han sido fallidas hasta ahora.
De todas maneras, en Tamaulipas hay un grupo de profesores que bajo cuerda, promueven el retorno de Elba Esther. No son pocos los que añoran los tiempos en que ella mandaba sin límites en el SNTE y en la Secretaría de Educación, a nivel nacional y en los estados.
Tal vez el movimiento en favor de Elba no ha prosperado, porque se le teme a la respuesta que se pueda recibir desde Palacio de Gobierno. Después de todo, no hay quien se atreva a desafiar la fuerza del régimen estatal.
Y mientras los líderes dudan sobre sus acciones futuras, porque sospechan que no irán muy lejos por la respuesta, los maestros que le sudan todos los día en el aula, prefieren ocuparse de exigir tranquilidad y seguridad, para cumplir con su apostolado.
Lo que piden y esperan les resuelvan, sí son cosas que valen la pena.