CIUDAD VICTORIA, Tamaulipas.- La prohibición del fracking o la fractura hidráulica en México, recientemente anunciada por Andrés Manuel López Obrador, dejaría a Tamaulipas sin la inversión de hasta 2 mil 300 millones de dólares y la creación de 23 mil nuevos empleos, que sería los alcances máximos de la Ronda 3.3.
En la entidad hay nueve campos de yacimientos no convencionales terrestres, ricos en gas seco y húmedo que están en oferta, desde marzo del 2018. En Burgos se localizan cinco, en Méndez hay dos y en San Fernando y Cruillas, uno por localidad.
La Comisión Nacional de Hidrocarburos (CNH), con el respaldo de la Secretaría de Energía (Sener) y la Comisión Estatal de Energía (CEE), anunciaron la primera subasta de bloques que requieren la aplicación de la fractura hidráulica. Las bases estipulan concesiones por 30 años. La resolución de las licitaciones, se pospuso hasta febrero de
2019.
Sin embargo, el viernes 5 de octubre, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador, anticipó que su administración cancelará el uso del fracking o fractura hidráulica para la extracción de hidrocarburos, en el país.
“No se va aplicar aquí, en San Luis Potosí y en todo el país. No vamos a utilizar ese método para extraer petróleo y para extraer gas”, dijo de gira por San Luis Potosí, uno de los estados donde ciudadanos protestan contra el método de extradición.
Actualmente hay cinco pozos de gas seco y aceite que producen mediante el fracking: Nuncio 1, Mosquete 1 y Céfito 1 están Burgos y Anhélido 1 y Serbal 1 en Cruillas.
Además, hay trece pozos más, ubicados 7 en Coahuila y 6 en Nuevo León, de acuerdo con un informe de la CNH, publicado en noviembre de 2016.
Las principales zonas petroleras con yacimientos no convencionales, son la Cuenca de Burgos, ubicada en Tamaulipas y Nuevo León; Sabinas y Burro-Picachos, extendida entre Nuevo León y Coahuila; Tampico-Misantla, ubicada en Tamaulipas y Veracruz.
La Alianza Mexicana contra el Fracking, señala que esta técnica de extracción provoca carencia de agua, ya que cada pozo requiere entre 9 y 29 millones de litros de agua; contaminación de mantos acuíferos, por los químicos que utilizan para la fractura; emisiones de gases, calentamiento global y genera nuevas zonas sísmicas. Además,
enfatizó, el impacto en la salud es severo, ya que los pobladores cercanos a los pozos pueden enfermar de cáncer y mutaciones.
El impulso del fracking alertó a las comunidades indígenas de la región Huasteca en San Luis Potosí y a habitantes de Nuevo León, que protestaron contra dicha práctica extractiva, que es considerada como un peligro al medio ambiente y la salud.
La protesta contra el fracking en Tamaulipas, ha venido desde Nuevo León. El grupo de activistas No Fracking Nuevo León, conformado por siete sacerdotes católicos, exigieron a los gobiernos municipales, estatal y federal detener la entrega de recursos naturales a los intereses empresariales. “Detengamos el desastre socioambiental. No
al uso del fracking, ni en Nuevo León, ni en México, porque su uso desvía recursos que deberían dirigirse a las energías renovables”.
Los párrocos José Manuel Guerrero Noyola, Luis Eduardo Villarreal Ríos, Cosme Carlos Ríos, Guillermo Flores García, Rodolfo García, y el diácono permanente, Francisco Marroquín, advirtieron que además del daño al medio ambiente y escasez de agua, habrá afectaciones ecológicas en la región noreste, principalmente en Tamaulipas y Nuevo León.
los datos
9 campos no convencionales donde aplicarían fracking, en Tamaulipas
5 en Burgos
2 en Méndez
1 en San Fernando
1 en Cruillas