El grito salía desde los dominios de MORENA en San Lázaro, pero esta vez no era el mismo, no era el ya clásico vende patrias, ni mucho menos el “es un honor estar con Obrador”, era un grito arrancado del corazón de una madre, con fuero, pero madre al fin, que acababa de recibir la terrible noticia: ¡asesinaron a mi hija, asesinaron a mi hija!
Así es mis queridos boes, es la muerte que en México no distingue, no discrimina, no respeta y que ayer cobró la vida de Valeria Cruz Medel, hija de la legisladora Carmen Medel, de Veracruz, a la que un ejecutor le dio al menos 9 balazos al interior de un gimnasio.
Fue un golpazo anímico para la bancada del presidente electo, que desde el 1 de septiembre que tomaron posesión, había tenido sólo triunfos en ese espacio al que dominan con histórica aplanadora.
Vivían en carne propia el dolor que todos los días en promedio sufren casi 89 familias al final en este México ensangrentado, porque al menos hasta julio era el promedio de asesinatos cada día en el país que ellos, los de MORENA y López Obrador se han echado a cuestas pacificar.
Las escenas de la diputada Carmen Medel eran desgarradoras, no era para menos, debe ser la peor noticia que una madre pueda recibir. Estoy seguro que hubiera cambiado todo el poder que tiene como legisladora y como cercana a la Cuarta Transformación por ver sonreír a su hija, una joven estudiante de Medicina, que ya por la noche se supo fue confundida con otra mujer que presuntamente estaba involucrada con grupos delicuenciales.
Ayer, luego de la noticia tuve horas de reflexión sobre el tema, llegué a la conclusión de que hechos trágicos e indeseables para cualquier ciudadano, tendría que recordarle a los políticos empoderados, de hecho creo que así fue ayer, que para la muerte no hay fuero que valga, no hay grupo político que la detenga, no hay palanca que la evite.
Los rostros de Porfirio Muñoz Ledo, líder de la cámara, Pablo Gómez, decano de la misma, del siempre arrogante Ricardo Monreal, del suficiente y muchas veces burlón Mario Delgado eran de derrota, de impotencia, porque en esos momentos eran como cualquier común al que el crimen organizado les mata un hijo, un padre, un conocido, un amigo.
Vamos todos, dijeron los de la bancada de MORENA en un pronunciamiento desde la tribuna de la Cámara de Diputados a pacificar México.
Es el deseo no sólo de ellos a los que la trágica muerte les regresó los pies a la tierra, a la realidad que se vive por muchos puntos del país, es el de todos, azules, rojos, verdes, naranjas y de quienes no tenemos nada que ver con la política partidista.
Pero si es a ellos y al presidente electo a los que les toca hacer la mayor parte, porque ellos y él, serán los que diseñen, decidan, implementen, evalúen y si es necesario cambien la estrategia para vencer a los malos y salvaguardar a los buenos.
El propio López Obrador en su cuenta de Twitter volvió ayer tras la noticia a reiterar el compromiso que antes habían hecho Felipe Calderón y Vicente Fox, mismo con el que convenció Enrique Peña Nieto a esta nación que a veces parece resignada a la muerte a balazos, porque quienes en ella cohabitamos hemos adquirido la capacidad para coexistir con el olor a sangre y pólvora, a impunidad e indiferencia.
Ojalá que lo ocurrido ayer en Veracruz y que resonó en los gritos de la diputada Carmen en San Lázaro, sirva para que de una vez por todas, se haga frente con responsabilidad al tema de temas nacional y que el llanto de esa madre no vaya a quedar sólo como una anécdota más de las que está lleno México, porque el grito de: ¡asesinaron a mi hija! o hijo, ha sido lanzado por miles de madres a lo largo y ancho de la República, mamás sin fuero, mamás sin las prerrogativas que el poder político otorga y que ahoga el alarido en cifras que ni siquiera son reales.
Nuestras condolencias a la diputada Carmen, que en paz descanse su hija, una víctima inocente más y que su muerte sirva para acelerar la tan citada pacificación del país.
La caravana dice no a Tamaulipas…
Una buena noticia para Tamaulipas se dio ayer ya por la noche, los cerca de 7 mil hondureños que se encuentran en la CDMX votaron para reiniciar a partir de hoy su marcha hacia la frontera con Estados Unidos.
La buena para nuestro estado fue que a mano alzada decidieron que la ruta que seguirán es a Querétaro y de ahí a Tijuana.
Acá en Tamaulipas había habido ya muchas reuniones en Palacio de Gobierno, porque había que hacerle frente al problema que llegaría al Estado junto con los
marchantes. Muchos ahí en el 15 Hidalgo y Juárez anoche durmieron a pierna suelta.
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