Se lleva el tren su auto… vive para contarlo

CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- “Yo sé que todos piensan que traté de ganarle al tren, pero lo que pasó es que se me apagó justo cuando pasaba por la vía”.

Dijo el mecánico de maquinaria pesada, Agustín Ávila, quien logró escapar de una muerte segura, cuando su auto averiado fue embestido y arrastrado por el ferrocarril que llevaba la fuerza de 116 vagones.

A las 4 de la tarde de ayer, se alertó a cuerpos de emergencia sobre un vehículo que fue arrollado por el tren, a la altura del libramiento Naciones Unidas y el Eje Vial, donde posiblemente había varias personas lesionadas.

Los paramédicos de Protección Civil del estado, fueron los primeros en responder al llamado, llegando a esa zona donde por fortuna, no hubo personas heridas.

Para la retirada de los socorristas, llegaron los peritos de Tránsito en turno, para elaborar el informe correspondiente.

De inmediato entrevistaron a Agustín Ávila, originario del ejido San Francisco del municipio de Villa de Casas, quien les narró su amarga experiencia, de la cual dijo sentirse afortunado.

Explicó que después de culminar su jornada laboral como mecánico de motores diesel, se dirigió a su domicilio a bordo de se Nissan rojo de modelo antiguo.

Antes de llegar al cruce ferroviario, su unidad ya se le había apagado una vez, de forma repentina.

Tras encenderlo nuevamente, siguió conduciendo sobre el Libramiento con punta al oriente, rumbo a la Torre Bicentenario, que es donde tiene su domicilio actual.

Para su mala suerte, justo cuando brincaba las vías, el carro volvió a apagarse, pero en esta ocasión ya no tuvo tiempo de reiniciar la marcha, pues a escasa distancia venía la mole de acero que accionaba sus cornetas, buscando que se moviera de su imparable paso.

Ávila, al sentirse acorralado, decidió bajar de su unidad para ponerse a salvo y observar desde lo lejos, cómo era arrastrado por más de 50 metros.

Trascendió que el ferrocarril, conformado por una locomotora y 116 vagones, provenía del municipio de Altamira, con destino a Monterrey Nuevo León.

Al ser cuestionado sobre si se sentía una persona con mala suerte, el mecánico respondió.

“Al contrario, me siento afortunado, porque sé que pude morir en este accidente.”