El que hoy termina, ha sido un año en el que las cuentas colectivas no nos han salido bien a los mexicanos, de hecho le echamos el cerrojazo en un clima de enfrentamiento peor que el que tuvimos en la campaña por la presidencia y le damos la bienvenida al 2019 entre la incertidumbre y la fe.
Así es mis queridos boes, como país, como sociedad, este 2018 que fenece, no fuimos capaces de madurar, pese a que la elección de julio le dio a México su segunda alternancia.
El triunfo del entonces candidato Andrés Manuel López Obrador, identificado a sí mismo como antisistema, como el capitán de la ‘Cuarta Transformación’, lejos de generar sosiego y unidad parece haber causado mayor convulsión entre quienes le apoyaron para la victoria y quienes se decantaban por otros candidatos.
Posturas de unos y otros convirtieron a México en un país de malos perdedores y de peores ganadores, en el que el insulto, la diatriba y las acusaciones hechas desde la visera son la constante, son tal vez el único lenguaje que se lee por todos los canales de comunicación.
Viejo loco, senil, sin palabra, incumplido, asesinos, chairos, mafia del poder, corruptos, mezquinos, canallas, rapaces, son los calificativos más usados cuando de política se habla en los últimos meses, de lado a lado.
Quien capitanea el barco no ha entendido que buena parte de la tripulación no acepta el lenguaje violento y la respuesta que obtiene es más violencia verbal y un país que navega dando vueltas en un mar picado, muy pero muy lejos de un buen puerto.
Así, casi a la deriva por la sublevación a bordo y la falta de sensatez del capitán dejamos el 2018, sin entender que ahí viene el 2019 con amenaza de tormenta que amenaza con hacernos zozobrar.
La responsabilidad es de todos, si bien la de quién está a cargo del timón es mayor, todos estamos obligados a hacer un alto en el enfrentamiento que hemos sostenido casi todo el año y aportar nuestra parte para retomar el rumbo.
El capitán tabasqueño por su cuenta tendría que entender ya, que encabeza un gobierno en el que debemos caber todos, no solo los morenistas, no solo los más pobres, porque en el barco vamos todos, librerales y conservadores, chairos y fifis.
Tendría que reconocer que la solución del país no es aniquilando a los ricos, tachando de canallas a los conservadores, porque no hay país en el mundo en el que reine la uniformidad ideológica, menos monetaria; ni siquiera en los regímenes más totalitarios como Corea del Norte o China o Rusia, allá hay ricos y pobres y rojos y blancos.
Pero también, los no pejistas, tendrían que entender que el fracaso del presidente sería el fracaso de todos. Desear que le vaya mal a él, solo porque no se votó por su propuesta, es como dispararse un balazo en el pie o pedir para sí mismo que le caiga un rayo.
Y no, no estoy diciendo que de un lado y otro hay que aceptar lo que venga sin criticar, sin cuestionar, sin dar mejores opciones.
De hecho tengo bien claro que ante un presidente con tanto poder obtenido en las urnas, lo más sano es que el pueblo se mantenga siempre expectante, siempre crítico, exigente y actuante, como contrapeso pues.
Y creo también, que quienes apoyaron el proyecto del capitán de este barco llamado México, tienen mayormente la obligación de exigir el cumplimiento de promesas, porque su voto ayudó a implantar el nuevo régimen.
Justificar pues, una mala decisión del que capitanea el barco solo porque fue su candidato, lejos de ayudar al éxito de este, al éxito de todos, solo nos nos acerca a la derrota colectiva.
Por eso, mi deseo para este 2019 en lo colectivo es que nos volvamos más ciudadanos, mas críticos y más tolerantes, pero al mismo tiempo participativos.
Deseo que Andrés Manuel López Obrador sea iluminado para que tome las decisiones correctas para sacar al país del mar picado en el que hoy se encuentra.
Deseo que el resto de los protagonistas de la política nacional estén igual a la altura de las necesidades de este país y remen en el sentido correcto, más allá de los intereses de grupos, de partidos, de intereses personales.
Ojalá pues, que este 2019 seamos un mejor país, porque el país somos todos, morenos, panistas, priistas, liberales, conservadores, chairos y fifis, ricos y pobres, nunca seremos una mejor nación, si pensamos que el que es distinto a nosotros es el enemigo y hay que combatirlo, aplastarlo ñ, denostarlo.
Empecemos por nosotros, opinemos, critiquemos sin adjetivos, con la serenidad suficiente para tolerar el pensamiento del que piensa diferente, respetemos la ley, defendamos la familia que es como nuestro país en chiquito y repartamos bendiciones, al igual y al contrario, seguro será el comienzo de la ruta para desembarcar con éxito este 2019. Feliz Año Nuevo. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong




