REYNOSA, Tamaulipas.- Pese a que la caravana migrante decidió no llegar a Tamaulipas, en la frontera se adelantó la crisis generada por miles de migrantes de diferentes regiones que buscan asilo político en Estados Unidos.
En las casas de asistencia instaladas en los municipios de Matamoros, Reynosa y Nuevo Laredo, en los últimos seis meses se atendieron a más de 3 mil personas provenientes de Cuba, África y Centro y Sudamérica.
De acuerdo a datos de la Casa del Migrante “San Juan Diego” en Matamoros, tan solo en esa frontera atendieron a un promedio de 1,180 personas que como los miles de hondureños buscaban el asilo en el vecino país del norte que desde el inicio de la Era Trump incrementó las medidas de seguridad para evitar el paso de los migrantes.
Las fronteras de Reynosa y Nuevo Laredo tampoco escaparon al nuevo fenómeno migratorio que no se da como en antaño atravesando el río Bravo o en el interior de tráileres con el consabido riesgo de perder la vida.
Aunque la solicitud de asilo no es algo nuevo para el gobierno norteamericano, lo que sí tomó por sorpresa a las autoridades mexicanas así como a las asociaciones civiles y religiosas, es la presencia de decenas de migrantes en estas condiciones.
En las inmediaciones de los puentes internacionales aún se pueden observar personas soportando las inclemencias del tiempo, en espera de una oportunidad para continuar sus vidas en el país que consideran les dará todo.
MÁS DE UN TERCIO SON NIÑOS
Juan Sierra Vargas, responsable de la Casa del Migrante en Matamoros recordó que el arribo del mayor número de migrantes en condiciones de solicitar asilo fue a finales de julio, siendo la primera de las áreas donde se ubicaron el cuerpo del Puente Viejo Internacional.
“Teníamos ya alguna experiencia de solicitud de asilo, pero podríamos decir que eran casos aislados, hasta que comenzamos a recibir a estas personas que llegaban en familias y grupos para acercarse a la frontera de Estados Unidos”, precisó.
En las casas del migrante se atendieron familias de cuatro países de África, de Cuba, de Perú, de Venezuela, de Brasil, de Haití, centroamericanos y por lo menos 200 personas de diversas entidades de México.
Sierra Vargas mencionó que por lo menos el 35 por ciento de las personas atendidas eran niños, ya que al viajar con permiso del gobierno mexicano y buscar ingresar de manera legal a los Estados Unidos favorece que las familias viajen juntas. Aceptó que este fenómeno no se presentaba en esta frontera, pues en este lugar se atienden a los migrantes que viajan hacia el norte pero de forma indocumentada e ilegal, así como a los connacionales que en miles llegan repatriados cada mes por esta frontera.
“Creo que se cumplió cabalmente con el apoyo a las personas que atendimos, aunque suponemos que la cantidad de quienes llegaron para solicitar asilo fue del doble, pues muchos de ellos no llegaron a la casa del migrante para quedarse cerca del puente para no perder el lugar en la lista de espera que hicieron las autoridades norteamericanas”, señaló.
Por ahora la atención que se presta en la Casa del Migrante “San Juan Diego” es para familias que llegan en busca de la atención de las autoridades norteamericanas.
El responsable de la casa explicó que el 24 de diciembre en este lugar había alrededor de siete familias, una de ellas que pensó en irse, pero decidieron quedarse para compartir las posadas, pues incluso los integrantes de la asociación que aporta recursos para atenderlos llevo unos regalos para los niños y que así tuvieran una mejor Navidad.
Se espera que una vez que pasen los festejos del fin de año podría registrarse nuevamente una oleada de migrantes solicitando asilo.
MEXICO TERCER PAIS SEGURO
Como parte de las negociaciones en materia migratoria entre México y Estados Unidos, está la propuesta del gobierno estadunidense de nombrar al nuestro como un “tercer país seguro” para los solicitantes de asilo provenientes de los países de Centroamérica,
Y aunque esta condición no ha sido aceptada por el gobierno mexicano, en la practica ya se está dando según refiere Juan Antonio Sierra Vargas, encargado de la Casa del Migrante.
Explica que muchas de las personas que acuden a pedir asilo traen un permiso que se les otorga por parte del gobierno mexicano para permanecer en el país de manera legal pero cuando se les niega el asilo en Estados Unidos son retornados a nuestro país por ese documento.
Menciona que por ejemplo los Cubanos solo tienen un permiso de estancia para 20 dias que una vez que se les niega el asilo son retornados a su país.
Señalo que México no estaría en condiciones de atender a los cientos de migrantes solicitantes de asilo en Estados Unidos pero si para dar alojamiento si llegan poco a poco.
El concepto del tercer país seguro parte del supuesto de que las personas que solicitan asilo en un país —en este caso Estados Unidos—, pueden recibir el mismo tipo de protección en otro país —en este caso México—, y por lo tanto, sería a quien tendrían que pedir el reconocimiento de su condición de refugiados. En teoría, los terceros países seguros alivian la carga —demográfica, económica y social— que pesa sobre los países que reciben más solicitudes y redistribuyen a los solicitantes de forma más equitativa en distintos países.
Se desprenden de caravanas
En octubre el temor de las autoridades y de la Iglesia Católica a través de la Pastoral Social era el arribo de los aproximadamente de 7 mil hondureños que iniciaron el éxodo hacia los Estados Unidos y que no definían porque frontera solicitarían el asilo.
Sin embargo, la elección de la mayoría de los integrantes de las caravanas fue Tijuana, descartando Tamaulipas ante los niveles de violencia que para los migrantes les dijeron se presentaban.
Aun así, a Tamaulipas han llegado algunos de los migrantes que se desprendieron de los grupos.
El problema al que se enfrentan estas personas es que al viajar con las caravanas salieron de sus lugares de origen sin documentos que los identifiquen lo que hace más difícil su ingreso a los Estados Unidos.
