Culpar de todo al pasado para no asumir sus responsabilidades ha sido la constante del gobierno que se autodenomina el de la Cuarta Transformación, ocurrió de nueva cuenta con la tragedia del viernes la que hasta ayer ya sumaba 85 muertos, hay 58 heridos graves y 66 desaparecidos.
Así es mis queridos boes, un ducto, una ordeña, rapiña, omisión y negligencia fueron el viernes el cóctel trágico que, para no variar desde la campaña electoral que dejó como saldo la victoria de Andrés Manuel López Obrador, dejó al país todavía más dividido, enfrentado.
Todo el fin de semana oímos y leímos las versiones de todos, las excusas de todos, las exigencias de todos y hasta los juicios de todos.
Los hechos los conocemos igual tras horas de transmisiones, ruedas de prensa y notas periodísticas, más miles y miles de post en las redes sociales: cientos de habitantes de Tlahuelilpan, en el Estado de Hidalgo, se arremolinaron a eso de las 17:00 horas del viernes ante una enorme fuga de gasolina que escapaba de un ducto de PEMEX.
Unos 25 soldados (dato dado por titular de la SEDENA) llegaron al lugar e intentaron persuadir a los ladrones de gasolina a retirarse ante el peligro inminente.
Los rapiñeros se negaron y hasta amenazaron a los soldados, que mejor optaron por limitarse a retirase y ser testigos a lo lejos del ilícito y de la tragedia que ya se cocinaba ahí.
Dos horas después, léanlo bien, dos horas después, vino la explosión, decenas de mexicanos corrían en llamas, otros quedaron calcinados al instante y fue hasta entonces que al lugar llegaron helicópteros, policías federales, rescatistas, los secretarios de la Defensa Nacional y Marina, el de Seguridad Pública, el gobernador de Hidalgo y hasta el Presidente López Obrador.
Igual que en el régimen que según el tabasqueño ya quedó en el pasado, el saldo de la tragedia se ‘administró’, esa noche nos fuimos a dormir con 20 muertos y 71 heridos, pese a que las imágenes previas al estallido permitían advertir que el número de víctimas era mucho, pero mucho mayor.
Al día siguiente, por la mañana López Obrador y Omar Fayad, gobernador de Hidalgo, salieron a dar la cara y a reconocer que el saldo había saltado a 65 muertos y de ahí hasta anoche que ya llegaba a 85, sin contar los 66 desaparecidos, de los que muchos podrían estar también muertos.
La culpa es de los gobiernos pasados, los del PRI y PAN, atajó el Presidente emanado de MORENA, López Obrador, que porque no le dieron opciones, oportunidades a los que el viernes estaban robándose la gasolina que brotaba como una fuente mortal en aquellas tierras de labor en Hidalgo.
Seguro la vista le falla al presidente, porque lo que ahí se vería eran personas comunes y corrientes robando gasolina que se llevaban en bidones y que transportaban en carros y camionetas; no eran pues muertos de hambre.
Para esa mañana, la del sábado, ya el PAN y el PRI y el resto de los críticos del gobierno exigían explicaciones y hasta señalaban la responsabilidad oficial por la falta de acción de los soldados.
También para entonces había versiones de complot, estrategia macabra para señalar al gobierno de AMLO y descarrilar la estrategia contra el robo de combustibles.
Pero tras ver, oír y leer todas las voces, en ml opinión hay una clara negligencia de parte del Estado Mexicano, si del gobierno de López Obrador y enumeró mis argumentos.
1.- Vaciar los ductos, sin una estrategia de abastecimiento efectiva, que generó falta de gasolina en buena parte del país, ahí mismo en Tlahuelilpan, generó que el combustible se apreciara más y que todo mundo buscara en el mercado negro.
2.- Los 25 soldados, cuyo Comandante en Jefe es Andrés Manuel López Obrador debieron tomar acciones y no solo someterse a la turba. ¿Cómo?, bloqueando las entradas a las carreteras que daban a la toma clandestina, al final los que ya estaban dentro salían con la gasolina robada y no se les permitía volver y no entrarían más, al menos hubiera habido menos muertos.
3.- Si eran rebasados en número, los soldados debieron ir por refuerzos, es más debieron pedirlos vía radio, pero todo indica que no fue así. La explosión no estaba a más de 20 minutos de Tula en el mismo estado y a menos de una hora con la capital Pachuca.
4.- Se pudo incluso desde el aire, aún de día, dispersar a la gente del lugar ante la explosividad que advertía la tragedia.
5.- y por último, se pudo usar la fuerza pública pues, hoy este país estaría discutiendo el uso excesivo de fuerza y anexas y no en la mira del mundo por una tragedia estúpida como lo fue.
Ojo, por ningún lado dije que las pobrecitas víctimas, porque estaban cometiendo un delito por el que deberían perseguirlos, lo que insisto es que la tragedia pudo haberse evitado de varias maneras.
Lamento mucho leer en las redes a mexicanos festejando la muerte de mexicanos, lamentó mucho la indiferencia del pasado régimen y la negligencia del actual, ambas crimínales.
Twitter: @melitong