30 abril, 2025

30 abril, 2025

Choque de trenes por API de Altamira

El Kiosko

Tras la caída de Vicente Saint Martín Ochoa como propuesta para convertirse en el director general de la Administración Portuaria Integral (API) de Altamira, grupos del Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) apuntaron la mira en contra de Ricardo Correa Chairez, en un inicio perfilado para ocupar la API de Tampico y ahora con las maletas hechas para llegar a Altamira.

Además de ser una de las posiciones más importantes del organigrama de la Federación en el estado, la disputa por la API altamirense es interpretada como una de las batallas políticas que se escenifican de manera paralela al proceso electoral 2019 por el Congreso del Estado.

En teoría, la designación de la Administración Portuaria Integral de Altamira se encuentra en manos de la Cuarta Transformación enarbolada por el presidente Andrés Manuel López Obrador.

Bajo ese enfoque, el nuevo director del tercer puerto de mayor relevancia del país debería ser dirigido por un lopezobradorista consumado o por un técnico que simpatice con la izquierda.

La ‘Política Real’ indica otra cosa, muy distinta: La existencia de distintas fuerzas y diversas variables que modifican el resultado final. Eso es lo que puede suceder con la titularidad del puerto que registra el más alto movimiento de mercancías de Tamaulipas, puerta de conexión con dos de los mercados económicos más dinámicos del planeta: La costa este de Estados Unidos y Europa.

Ricardo Correa Chairez es, hasta el momento, el director general de la Administración Portuaria Integral de Tamaulipas, organismo estatal creado para el manejo del naciente puerto de Matamoros.

Por tanto, representa la bandera azul de los vientos del cambio.

Cuando algunos grupos de Morena se enteraron que tras la caída de Vicente Saint Martín Ochoa de la dirección general de la API de Altamira la nueva propuesta era Ricardo Correa Chairez, de inmediato pusieron el grito en el cielo (literal) lopezobradorista.

Como sucedió con Vicente Saínt Martín Ochoa, amigo cercano del ex gobernador Egidio Torre Cantú, el caso de Ricardo Correa Chairez también fue llevado al más alto nivel de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT). Es decir, Javier Jiménez Espriú ya conoce el tema y los motivos de la inconformidad.

No obstante, Ricardo Correa Chairez sostiene fuertes lazos con Héctor López, coordinador general de Puertos. Además, a favor de Correa Chairez juega su preparación académica: dos maestrías, una en Ingeniería Porturia y otra en Ingeniería Civil Marítima. Su formación técnica la pulió en las universidades de Manchester y Liverpool, en Inglaterra.

Ese, por supuesto, no es el problema en la óptica de los morenistas, sino que en el reparto de posiciones del organigrama de la Federación en Tamaulipas, ellos, los que se la jugaron con el proyecto lopezobradorista no están siendo tomados para ocupar puestos federales en la entidad.

Además, los morenistas señalan que si Ricardo Correa Chairez es designado finalmente como nuevo director general de la API de Altamira, su caso será la primera denuncia por conflicto de interés que se registre en el sexenio de la Cuarta Transformación.

De acuerdo con la Ley General de Responsabilidades Administrativas, en su artículo 58, se señala: ‘Incurre en actuación bajo conflicto de interés el servidor público que intervenga por motivo de su empleo, cargo o comisión en cualquier forma en la atención, tramitación o resolución de asuntos en los que tenga conflicto de interés’.

Para los morenistas, Correa Chairez incurre en conflicto de interés porque desde 1999 dirige, a la vez, una empresa que promueve inversiones y la comercialización de terrenos en puertos industriales, comerciales y turísticos.

Si la SCT y la coordinación general de puertos, a petición de los vientos azules tamaulipecos del cambio, lo designa como director de la API de Altamira, el Congreso de la Unión denunciará a Ricardo Correa Chairez por conflicto de interés.

Como se observa, la disputa por la API altamirense no sólo forma parte de la guerra política desatada por las posiciones federales más relevantes de la Cuarta Transformación en los estados, sino que corre en paralelo a la lucha electoral que se escenificará el 2 de junio en Tamaulipas. Es un auténtico choque de trenes.

LA PROMOCIÓN DE ALTAMIRA EN EL VALLE DE TEXAS
Positivos resultados alcanzó la visita que realizó la semana pasada la presidenta municipal de Altamira, Alma Laura Amparán Cruz, a la región del Valle de Texas, Estados Unidos.

En esa zona tejana observan con atención el crecimiento económico que registra el municipio altamirense en el sur de Tamaulipas. Ese dinamismo industrial, comercial y agrícola es visto con sumo interés por inversionistas norteamericanos.

Alma Laura Amparán conversó con mayors y comisionados de Weslaco, David Suárez; Donna, Rick Morales; Hidalgo, David Fuentes; Mission, Armando O’Cana; Harlingen, Chris Bowell; y Pharr, Ambrocio Hernández, Varios de ellos prometieron visitar tierra altamirense en los meses por venir.

Acompañaron a la alcaldesa de Altamira en su gira por el Valle de Texas, el secretario de Turismo del gobierno del estado, Fernando Olivera Rocha; el secretario de Desarrollo Económico del Ayuntamiento, Gonzalo Alemán Migliolo; y el jefe de la oficina del comisionado de Hidalgo, José Cabeza de Vaca.

Y PARA CERRAR…
Ver para creer: Joaquín Juárez Durán, quien apoyó la campaña blanquiazul tras el berriche que hizo por la designación de Rosa Muela como candidata de Morena a la alcaldía de Tampico en la elección de 2018, se apareció el pasado sábado en el evento de ‘la unidad’ morenista. ¡¡¡Caray!!! ¡¡¡No, bueno!!!

¿Acaso el doctor Juárez Durán ya está de regreso en Morena?

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