Los recortes federales en el presupuesto para Tamaulipas orillan a creer que el 2019 será un año muy complicado en términos financieros, y como suele ocurrir en esos casos, la creación de infraestructura será uno de los sectores más golpeados.
En diferentes momentos y de diferentes maneras, pero tanto la Secretaria de Obras Públicas del Gobierno del estado, como el delegado de la SCT en Tamaulipas, dejaron entrever que el presupuesto apenas alcanzará para salir del paso, con la conservación de carreteras y otros trabajos rutinarios.
Pero los grandes proyectos que urgen a la entidad, desde infraestructura para seguridad hasta drenes para evitar inundaciones, parecen cada vez más lejanos por la falta de recursos.
El Presidente ha enviado suficientes mensajes, todos muy claros, de cómo va a orientar el gasto durante los próximos seis años. Lo que antes se destinaba para obras, irá a parar a otros conceptos relacionados más relacionados con la asistencia social.
Al final de cuentas, López Obrador está cumpliendo sus compromisos de campaña, que -ya se sabía- requieren muchos recursos.
La pregunta en todo caso es dónde estaban los diputados federales tamaulipecos cuando vieron pasar el presupuesto para Tamaulipas, con recortes tan considerables que también ponen en riesgo el desarrollo de otras actividades económicas como la agropecuaria.
Son muchos y muy buenos para tomarse fotografías en San Lázaro, pero les faltó oficio (¿o voluntad política?) para defender el dinero que necesita la entidad para encarar un 2019 que de por sí se antoja complicado en términos sociales.
La lucha contra la inseguridad por ejemplo, no puede frenarse ni un día porque los resultados saltan a la vista de inmediato.
También fallaron en su chamba muchos alcaldes que llegaron al Legislativo con cartas a Santa Claus, más que con peticiones serias.
No hubo proyectos ejecutivos profesionales, carpetas bien armadas con los detalles técnicos que requiere la Secretaría de Hacienda y Crédito Público para autorizar recursos a cualquier obra que pretenda llevarse a cabo en territorio nacional.
Para mala fortuna de Tamaulipas, se juntó la apatía de los legisladores con la falta de oficio de algunos ediles recién llegados al cargo, y que en muy poco tiempo ya andan deslumbrados por el poder.
Aún hoy, no tienen idea cómo van a hacer para atraer los recursos que necesitan para cumplir la larga lista de promesas que hicieron en las campañas.
Los que tengan más relaciones y habilidad para acceder a bolsas especiales, podrán librar este complejo 2019, pero habrá varios -la mayoría seguramente- que dentro de unos meses estarán exactamente igual que ahora: quejándose de lo que no les dejaron, e ideando más excusas para evadir las críticas.




