Este fin de semana se cumplen los primera cien días del primer gobierno de izquierda en #México encabezado por Andrés Manuel López Obrador, es prudente hacer un corte de caja, las flores, las cuentas alegres vendrán de #MORENA y del propio presidente, a usted y a mi nos toca hacerlo de manera objetiva y desde nuestra trinchera.
Así es mis queridos boes, el simple hecho de calificar, bien o mal lo que va de la gestión de AMLO desata polémicas, si es para bien eres chairo, si lo criticas eres un vende patrias, chayotero, fifi y demás, sin embargo creo que cuestionar, exigir, avaluar objetivamente debería ser responsabilidad de ambos bandos.
Por lo pronto, desde aquí, he de decir que en mi muy particular evaluación del gobierno que se autodenomina de la Cuarta Transformación, he percibido más conflicto que avance, más campaña que gobierno, más caos que orden.
Y es que tendríamos que comenzar el análisis desde octubre, antes incluso de que López Obrador tomara posesión como presidente, cuando en una consulta organizada por él y los suyos, sin metodología, sin representatividad, completamente sesgada, decidió cancelar la constricción del Nuevo Aeropuerto de México, con lo que México perdió además de la confianza de los inversionistas extranjeros y no pocos nacionales alrededor de 40 mil millones de pesos, solo en lo invertido en el 32 por ciento que llevaba la obra.
En noviembre, uno de los integrantes de la Cuarta Transformación, el Senador Ricardo Monreal, quien difícilmente podría haber actuado sin el aval de AMLO hizo perder a los bancos en México ni más ni menos que 85 mil millones de pesos, tras aventar que una iniciativa de MORENA cancelaría las comisiones que estos cobran a sus usuarios.
El deploro me de la Bolsa de Valores no se hizo esperar y tuvo que salir el propio López Obrador a asegurar que no habría tal iniciativa, al menos en los primeros años de su gobierno, el daño estaba hecho.
Arrancó diciembre y AMLO ya era presidente constitucional, vino entonces una cascada de despidos masivos por todo el país, para enero la cifra iba en 7 mil y no han parado. En Tamaulipas se estima que será un total de 4 mil los burócratas a los que su gobierno dejó en la calle, sin sustento para sus familias.
Para enero, ya se tenía acumulado entonces: el escándalo del NAIM, las pérdidas de los bancos, los despidos masivos y entonces estalló el problema de desabasto de gasolinas que paralizó la economía de varios estados y enojó a buena parte del país.
Para enero llegaron también los bloqueos de la CNTE al sistema ferroviario del centro y occidente de México, los ‘maestros’ que no enseñan reclamaban miles de millones de pesos, como lo hacían con los gobiernos de PRI y PAN y lo obtuvieron gracias a que las pérdidas por más de 14 mil millones de pesos.
Al mismo tiempo, en ese fatídico enero, más de 120 personas murieron tras explotar un ducto afectado por una ordeña en Tlahuelilpan Hidalgo. Las causas a ciencia cierta no quedaron claras, pero el Ejército y Pemex y la administración de AMLO tuvieron más de cinco horas para detener el flujo de combustible antes de la tragedia y no se hizo.
No, no fue la única mala noticia que trajo la 4T en enero, porque se reveló que el primer mes de la gestión de AMLO hubo 2 mil 842 homicidios dolosos; un récord nada presumible.
Enero no se quedó atrás, superó incluso a diciembre y se convirtió también en un nuevo récord para ese mes con 2 mil 928 homicidios, colocando a la de López Obrador como la gestión con el peor arranque en esta materia de que se tenga registro.
Y si, acabamos de dejar febrero, tan polémico o más que los dos anteriores. En el mes más corto del año, el gobierno de la Cuarta Transformación decidió cancelar el programa de Estancias Infantiles, afectando a unos 330 mil menores y a miles de mujeres que los dejaban ahí para poder trabajar.
También en febrero, AMLO decidió cancelar todos los subsidios a refugios para mujeres víctimas de la violencia y otras organizaciones de la sociedad civil.
En estos tres meses, se ha recortado ya el pronóstico de crecimiento del país y expertos sugieren que hemos entrado en recesión, aunque el Presidente, que parece que no los lee y menos los entiende, insiste en que estamos creciendo.
Fitch Ratings, Citi y JP Morgan y Standard and Poo’s han mandado la señal de alerta, la primera de hecho dio el primer coscorrón a la economía nacional al bajar la calificación de Pemex, empresa en la que se recargan las finanzas nacionales, pero AMLO reaccionó muy a su estilo.
“Hay que esperar a otras calificadoras porque, como en todo, hay calificadoras serias, responsables. Y hay otras que no lo son tanto, hay también en esto charlatanería”, declaró sobre Fitch.
Hace tres días, Standard and Poor’s, que en enero había concedido el beneficio de la duda, fue más allá y bajó la perspectiva de la calificación de México de estable a negativa, argumentando menores previsiones de crecimiento económico, y la reacción del presidente lejos de ser sería, se lee preocupante.
“Vamos muy bien, vamos muy bien; si está creciendo el país, estamos bien y de buenas, como México no hay dos”.
¿Qué nos depara marzo?, no se, pero hasta hoy, el discurso de campaña sigue siendo perfecto: ataque a los opositores, promesas de regalar el dinero de los que producimos a los que no lo hacen, pero yo, insisto en mi particular punto de vista no veo estrategia, ni rumbo a la 4T.