* El columnista es autor de las novelas “Erase un periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y Premio Nacional de Periodismo 2016.
El supremo gobierno decidió abrir los archivos secretos de la nación. No en su totalidad porque el poder todavía tiene escrúpulos y sus “asegunes”, sobre todo en el ambiente político que de alguna forma modeló la república que hoy observamos.
¿A quién importa la presunta verdad respecto de lo sucedido?. Quizá a los especialistas que encontrarán temas para seguir construyendo conjeturas y lanzando tesis destruidas por las antítesis de sus contradicciones.
Tal vez apaciguará el morbo de “analistas” comprometidos con su conciencia (si es que tienen, si no psss no), que evitarán tocar aspectos que mancillen su honor, de sus familias, mafias a las que pertenecen y amigos que los acompañan.
Aunque ya le digo, los tales archivos se abrirán “de a poquito”.
Serán cien años de información “reservada” partir de 1920, en la transición de los regímenes de Obregón y Calles, en vida de una generación desaparecida de la que ahora se podrá decir todo o nada,-depende-, ya sin detractores, testigos o protagonistas reales.
Incluyamos el crimen de “El manco de Celaya”, en el restaurant “La Bombilla” en san Ángel, el 17 de julio del 28.
Será una primera etapa que llegará hasta el 48 en pleno gobierno de Miguel Alemán. Que se entiende como la consolidación de la Revolución en el poder por efectos del mandato civil. Y el imperio inequívoco del partido oficial que en el 46 arrasó con todo lo posible: 141 de las 147 diputaciones en disputa y el total de 58 en el senado de la república.
Y por supuesto el triunfo de Alemán, “el cachorro de la Revolución” (llamado así por Vicente Lombardo Toledano), que obtuvo casi 1 millón 800 mil votos (27.9 por ciento), frente a los 443 mil 357, (19.3 por ciento), de Ezequiel Padilla Peñaloza.
Era el inicio del “desarrollo estabilizador” cuyo significado no es otro que la adopción civil de los negocios de todo tipo, propiciados por el régimen, y fortalecidos por el convencimiento oficial de que para hacer crecer al país se requería, antes de cualquier cosa, crear una generación de ricos…muy ricos. ¡Y vaya que lo lograron!.
El asunto es que de 1920 al 48 los archivos se abrirán en su totalidad. Lo atractivo de esta etapa será sin duda la persecución del Partido Comunista y algunos distinguidos integrantes como el escritor José Revueltas, (“Los Muros del Agua”, “El Apando”, “Luto Humano”), entre otras novelas de su valiosa creación.
Revueltas, huésped forzado de las Islas Marías en dos ocasiones, debido a sus ideas y activismo político.
O Diego Rivera algunas veces hostigado, aunque en lo general favorecido en la contratación para realizar obras que pasaron a la inmortalidad. (Frescos sobre temas revolucionarios y grandeza de la raza original, de Palacio Nacional, SEP o Chapingo).
Ya sabéis que siendo director de esta última ex hacienda convertida en Universidad Nacional de Agricultura, don Marte R. Gómez, convenció al pintor de dejar su huella artística en tan gloriosa institución. Obra admirada, ahora sí que por propios y extraños…y hasta por neófitos.
ENTRE ALEMÁN Y ECHEVERRÍA
Volvamos al tema de la apertura de los archivos “reservados” de la nación.
Entre 1949 y el 88 la información podrá ser vista y consultada, pero nomás “tantito”, toda vez que se guardarán datos personales “para no afectar derechos privados”.
En este tiempo (entre el 49 y el 88), ¿contra quién hubo procesos judiciales?.
A saber, el más escandaloso fue contra Luis Echeverría Álvarez, acusado de genocidio por su participación en la matanza de Tlatelolco en 68. Hechos de los que fue exonerado para gracia de sus amigos y protegidos, no así de quienes consideramos que fue promotor y operador de aquel crimen colectivo de triste memoria y lesa humanidad.
Echeverría ha cumplido 98 años de virtual encierro en su casa de san Jerónimo. Olvidado incluso por su familia y dicese que empobrecido casi, toda vez que sus propiedades pasaron a manos de sus hijos por lo que ahora sobrevive solo con una pensión de 23 mil pesos del ISSSTE, tras ser desposeído de la pensión presidencial por varios cientos de miles de pesos mensuales.
Echeverría es un cadáver que sobrevive para ser testigo de lo que nunca imaginó. Tal vez como castigo divino a tanta infamia cometida. ¿Acaso nuestra generación olvidó “el halconazo” del 10 de junio del 71?. Jueves de Corpus, por cierto.
Habrá otras reservas en tiempo actual. Sea de cinco y doce años pa´ atrás del 2018, en razón de probables procesos judiciales. Falta saber procesos contra quién.
Ya veremos hasta podremos conocer el espionaje oficial y sus consecuencias. AMLO puede tener las mejores intenciones y sin embargo…
SUCEDE QUE
Este domingo cumplí cinco días sin televisión y creo que recobré buena parte de silencio y paz interior. Nunca he sido fanático de dicho medio de comunicación donde abunda la basura, pero acepto el interés por algunos temas.
Cuando faltó la señal debido a fallas técnicas, (estoy al corriente con los pagos), creí que me desconectaba del mundo pero fue feliz mentira. Tres o cuatro llamadas a la empresa respectiva, respuestas de cortesía y disculpas al por mayor pero nada de quien debía reparar el problema. Es más, si acaso llegara el técnico ni siquiera lo recibiré.
Al paso de las horas y los días, descubrí que sin tele rescataba tiempo y eliminaba distractores de mi tarea entre líneas, libros y computadora.
Ahora soy feliz con mi silencio y exijo cancelen la suscripción…es la paz y la soledad que siempre anhelé. Y fue tan fácil lograrlo que ni me la creo.
Y hasta la próxima.