Aunque tiene muchos años en la lucha política, hoy está en boca de todos. Y aunque la mayoría piensa y cree que es una extensión o un portavoz del senador Ricardo Monreal, Alejandro Rojas Díaz Durán, es un tipo que testarudo, que dice lo que siente y no se calle nada; por eso su movimiento sube y crece en seguidores todos los días.
Su activismo en las redes sociales es impresionante y su talacha en Morena, está fuera de toda duda. En Tamaulipas saltó a la fama cuando empezó a cuestionar y criticar todo, y luego, sdenunció el cochinero que hizo la dirigencia de Morena en Tamaulipas con las candidaturas a las diputaciones.
Pero así como hace señalamientos en Tamaulipas, lo hace en Puebla y en todos las entidades donde se han registrado abusos y atropellos de los derechos políticos de muchos militantes morenistas; Rojas está convertido en una piedra gigante en el zapato de Yeidckol Polevnsky, actual dirigente nacional de Morena, a quien no baja de estalinista, chavista, maduriste y cabeza de una camarilla que pretende descarrilar la cuarta transformación de Andrés Manuel López Obrador.
El domingo llegó a Nuevo León y prendió la mecha entre los morenistas que también andan del chongo, peleándose entre sí. Este lunes tuvo una reunión con el ex candidato a la alcaldía de Monterrey, el panista Felipe de Jesús Cantú, en donde acordaron hace causa común contra las fraudes electorales.
El movimiento de Alejandro Rojas, hasta donde se ve, parece ser verdadero y justo, pues busca que Morena no se quede sólo en una marabunta de masas que arrastró y llevó al poder a López Obrador. Su mensaje está calando hondo entre la militancia que siente los colores morenos y que en estos cuatro meses de gobierno de la Cuarta Transformación denuncia que se les han pisoteados sus derechos.
Rojas Díaz-Durán, trae una bandera que hacia mucho tiempo no se veía. Y aunque muchos aun lo ven con recelo y de reojo, su discurso y sus argumentos le están llegando a la gente, incluso a la que no están en Morena. El domingo, algunos empresarios, abogados y líderes sociales apartidistas que lo escucharon, se gancharon y vaticinaron que este hombre va a crecer con su lucha, y si no logra alcanzar el liderazgo de Morena, como es su pretensión, va a contribuir a que el movimiento que se echó a los hombros a Andrés Manuel, se convierta en una fuerza electoral de dimensiones inimaginables, porque no solamente suma a la izquierda, si no a las derechas y hombres y mujeres que buscan un partido fuerte, que rechaza las simulaciones y las ambiciones de los partidos tradicionales, que hoy no saben como recuperarse ni sacudirse las manchas de las corrupción cometidos durante su estancia en el poder. Alejandro Rojas, anda en otra frecuencia, distinta a la que hemos visto antes y su lucha, al menos hasta ahorita, se ve seria y comprometida. Es pragmático, y eso le ha valido sumar a propios y extraños.
Su bandera adentro de Morena, y su discurso están a punto de tumbar a Yeidckol y su camarilla que ya no sienten duro si no lo tupido. El Movimiento de Alejandro la ha dejado sin argumentos para seguir al frente del partido y por lo que se ve, no tarda en caer del liderazgo morenista.