Este viernes, se cumplen 9 años del asesinato de Rodolfo Torre Cantú, candidato del PRI a la gubernatura de Tamaulipas que fue privado de la vida por un grupo de sicarios (unos afirman que vestidos de Marinos) en las afueras de ciudad Victoria, cuando iba camino al aeropuerto, de donde volaría a su cierre de campaña en Valle Hermoso y Matamoros respectivamente.
Porque el tema, lo vale periodísticamente, vale tratarlo con amplitud y urgar qué fue lo que pasó
y qué pudo haber motivado su muerte. Rodolfo estaba a una semana de ir a las urnas, y era virtualmente el ganador de la elección. De las ocho gubernaturas que estaban en juego entonces, era el candidato priista de Tamaulipas el que tenía una ventaja amplia por encima de sus colegas en las otras entidades; tenía el 63 por ciento de las preferencias electorales una semana antes de las elecciones que hacia imposible que alguien le arrebataría el triunfo.
Pero, la pregunta que todos se siguen haciendo es ¿quién lo mató?, ¿por qué lo mataron?, ¿quién se beneficiaba con su muerte? ¿y por qué él, y no otros?.
Su crimen es el más raro de la historia de este país, y quizás del mundo, porque a nueve años del crimen, no existe un detenido, nunca se procesó a nadie, y su expediente (11 tomos de más de mil fojas cada uno), está olvidado, incluso ha sido manipulado por la misma fiscalía federal (antes PGR) quien atrajo el caso y nadie sabe nada; las investigaciones no apuntan hacia nadie, ni tampoco existe alguno sospechoso.
De los últimos dos crímenes más sonados en la historia reciente del país: Luis Donaldo Colosio y José Francisco Ruiz Massieu, hay dos autores materiales detenidos, procesados y pagan con cárcel por lo que hicieron: Mario Aburto en el primer caso, y Daniel Aguilar Treviño en el segundo caso. Pero en el asunto de Rodolfo Torre Cantú, nadie sabe, nadie supo.
Existen videos de címo un grupo de personas extrañas siguieron los vehículos donde viajaba el candidato, su primer círculo de colaboradores y los escoltas. Están las imágenes de la ejecución de Rodolfo y hacia donde se enfilaron los asesinos. ¡Y no se sabe nada!.
La PGR a través de los diferentes peritos que llevaron la investigación hicieron comparecer a más de 300 personas, entre ellas a los ex gobernadores Eugenio Hernández, Egido Torre, Beba de la Garza, esposa de Rodolfo, además de todos los dirigentes priistas que operaban la campaña. También fueron citados a declarar todos los candidatos a la gubernatura de los otros partidos, incluso un líder de una banda criminal que operaba y tenía mucho poder en Tamaulipas en el 2010, y nadie pudo dar una pista o una señal que llevara a dar con el o los asesinos.
En la PGR, quienes llevaron la investigación confiesan aLa Talacha, situaciones muy extrañas, “desde arriba hubo indicaciones de que el caso de Rodolfo se tratara como un asunto más; una vez nos pedían el expediente, luego nos lo regresaban con observaciones y hasta con alteraciones”. El expediente de Rodolfo pasó de mano en mano en la PGR con una intención clara: confundir y enredar el caso.
Felipe Calderón llegó a decir a Egidio Torre que buscara entre los priistas de Tamaulipas a los asesinos de su hermano, aunque se siempre se supo que el más interesado en que no ganará el PRI las gubernaturas que estaban en juego en julio del 2010, fue Felipe Calderón, quien a toda costa quería frenar el regreso del PRI a Los Pinos en el 2012. El mismo presidente Calderón lo primero que le pidió a Eugenio Hernández luego de darle el pésame por la muerte de Rodolfo, fue que no se celebraran las elecciones en Tamaulipas.
Algunas afirmaciones, dicen que un grupo criminal intentó someter y negociar la llegada al poder de Rodolfo, y cómo esté se negó, procedieron a ejecutarlo. Sin embargo nada está confirmado, incluso la PGR descarta esa hipótesis, como también desecha la versión de que hayan sido los priistas los autores del crimen.
Lo único cierto es que han pasado 9 años de este evento que conmocionó a Tamaulipas y al país, y no existe un inculpado. El PRI ya no es poder y su clase política está “virtualmente muerta”.