CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Son cientos o hasta miles los que intentan, pocos los que llegan. En el fútbol mexicano es muy difícil debutar en la primera división, sólo uno de cada cientos o miles de jóvenes, consigue ese sueño que todos tienen desde pequeños, el de ser futbolista profesional en la elite, el resto, más de 8 millones de personas, según datos de FIFA (2015), se conforman con practicarlo en el barrio.
Dentro de ese grupo selecto de aproximadamente 500 jugadores que figuran su nombre registrado en la primera división -incluido extranjeros-, está un victorense: Raúl Iram Castillo González, que se estrenó con apenas 17 años en el máximo circuito del balompié nacional y vio cristalizado su sueño que tenía desde pequeño.
Fue el 7 de abril de este 2019, cuando Raúl vivió la recompensa de 15 años de trabajo. Fue con los Tuzos del Pachuca, que más allá de ser su equipo, es prácticamente su familia, pues vivió en sus instalaciones desde los 10 años, en Hidalgo creció, aprendió, maduró y hasta ahora, vive un sueño.
El camino como el de la mayoría, no fue nada fácil para Castillo. Tuvo que alejarse de su familia, sacrificar su infancia para enfocarse en cumplir su sueño de llegar a la máxima categoría del fútbol mexicano.
La larga travesía por ser profesional, comenzó a los 3 años: Raúl desde que comenzó a caminar buscaba una pelota que patear según contó su padre, “a veces tiraba hasta los trastes y cosas de por ahí, porque pateaba una pelotita que le habíamos comprado, así decidimos llevarlo a jugar”, contó.
Después de todo, fue llevado a Praderas en donde entrenó desde los tres años. En ese equipo estuvo al mando de Gabriel Vargas, quien lo llevó desde que entró hasta el final de su etapa en la capital.
Castillo González destacó desde pequeño y mostraba que podía ser todo un ‘crack’, “nombre, él a donde se paraba era campeón de goleo, tiene fácil unos quince trofeos guardados. Desde que empezó a hacer muchos goles y luego jugaba con mayores y también jugaba bien, nos dimos cuenta que tenía ese don natural que Dios le dio”, detalló su papá.
Por su parte, Gabriel Vargas recordó que desde el primer día, Raúl mostró mucha disciplina y calidad natural, pero fue hasta los siete años cuando se atrevió a pensar en que podía llegar lejos, “desde pequeño se le veían cosas, pero fue a los siete años cuando de plano si dijimos ‘este chavo sí puede llegar’, era un diamante en bruto y tratamos de pulirlo”, manifestó.
¿Cómo se fue a Pachuca?
Tal vez el destino y Dios ya le tenía preparado todo, pues fue obra de la ‘casualidad’ todo lo que vivió para llegar a Pachuca. Su equipo no pudo ser campeón de un estatal, pero fue invitado por Miguel Mendoza a la Selección de Tampico, la cual había quedado campeona, él sabía de sus cualidades y lo ‘coló’ al Nacional que se realizó en Veracruz.
“Él tenía una tremedal calidad, mucha potencia en las piernas a pesar de la edad, pero algo que lo hacía notarse ante todos era que nunca se daba por vencido, muy aguerrido, en ese torneo se le dio que lo vieran y pues él ha sabido aprovechar todas las oportunidades”, respondió Miguel Mendoza, experimentado visor tamaulipeco.
Hora de partir
Después de triunfar en Victoria y ser invitado a Pachuca, Raúl a los 10 años tomó la decisión más importante de su vida -hasta ahora-, con apenas un lustro de vida, no lo dudó y se aventuró a salir de su ciudad, dejar a sus amados padres, toda su familia, cambiar su vida para tratar de ser futbolista.
“Sí fue difícil, sí extrañas todo al principio hasta lloras pero era normal. Tomamos la decisión con mi familia y ellos no dudaron en dejarme ir y yo sabía que era un sacrificio que tenía que hacer”, declaró el ahora jugador de los Tuzos.
Muchas veces era mucha la responsabilidad y el dolor de no estar con sus papás, pero el fútbol pudo más. Raúl detalló que una ocasión había tomado la decisión de no volver a Pachuca, una semana después de tomar la decisión se arrepintió, “ya estaba ya acá quería quedarme al principio, pero después no estaba feliz, me quise regresar a Pachuca una semana después y me llevaron, volví para quedarme”, expresó.
Su padre también recuerda esos momentos que fueron muy difíciles para todos, “fue una etapa muy, muy complicada para él y nosotros, él era el más pegado a la mamá o el papá, para todos lados andaba. Cuando lo llevamos las dos veces se nos partía el corazón, pero era parte de todo lo que tenía que hacer”.
En Pachuca creció y debutó
El victorense poco a poco escaló divisiones, pasó por todas las categorías posibles en donde se ganó la titularidad, en algunas hasta como menor.
Fue campeón y subcampeón en diferentes torneos como el Sub-13, Sub-15, Sub-17, torneos internacionales y ya ha sido llamado a la Selección Mexicana en sus divisiones inferiores, todo para él ha sido una aprendizaje.
“Ha sido buena la evolución, creo que desde que he estado en las categorías pequeñas he tratado de aprender mucho de los entrenadores y he sabido como sobreponerme a la circunstancias”, consideró el enganche tamaulipeco.
Su debut
Los número hablaban por sí solos. Castillo tenía 21 goles en fase regular durante cuatro torneos en la Sub-17, en dos de ellos como menor y sin ser un delantero, ya que el se desempeña como mediocampista ofensivo.
Por ello, a la llegada de Martín Palermo a Pachuca, comenzó a llamar a los mejores: él estaba dentro de esa lista selecta, “cuando él llegó me mandaron a entrenador, éramos como cinco jugadores de las básicas, estuve una semana con ellos -primer equipo- y al viernes de esa misma semana me dijo Palermo que iba a ir a la fecha FIFA, a Dallas”, comentó.
Esas eran sus primeras señales de que iba a tener su estreno en la Primera División, incluso en los amistosos hizo su debut no formal, “Tuve minutos en Dallas, contra Pumas. Creo que lo hice bien, hablaron conmigo para felicitarme, después ya me tomaron en cuenta para el juego contra Toluca”.
Una semana antes de su debut salió a la banca contra los Diablos, la noticia corrió rápido, sus papás ya sabían, doña Marlen y don Raúl, decidieron viajar, pero el estreno tuvo que esperar, aún así fue una emoción grande para su familia verlo en la banca.
Fue hasta la siguiente semana el ya mencionado 7 de abril cuando llegó el día esperado, “yo seguía con trabajos en el primer equipo, me avisaron que iba a viajar, sabía que iba a poder darse el debut, estaba feliz”.
Fue a los 72 minutos cuando Martin Palermo decidió llamar al cuerudo, “Se te viene a la mente todo el sacrificio que haz hecho en par de segundos, todo lo que hiciste por conseguir tu sueño, es cuando quieres que valga la pena todo”, dijo Raúl al preguntarle sobre su sentimiento al ser llamado para entrar.
Dos minutos más tarde tras recibir las indicaciones entró por Víctor Sosa, oficialmente cumplía una de sus metas, “la verdad no creía que iba a llegar el debut tan rápido, lo quería así y trabajaba por él. Fueron momentos muy felices, es el primer juego oficial con el equipo de primera división, tuve nervios al principio, pero después tranquilo”, expuso.
Raúl Castillo rememoró una anterior entrevista que había concedido a Expreso, cuando recién comenzaba a darse a conocer, “creo que te dije que iba a debutar en unos años ¿no? -entre risas-, cumplí mi sueño gracias a Dios”.
Tras el juego, fiel a su costumbre, un chavo fuerte de sentimientos, aseguró que no llegó a llorar, pero sí reflexionó todo lo que ha vivido desde que empezó en Praderas hasta su actualidad, “sentí mucho orgullo, una felicidades que no se puede explicar”.
También sabe que lo más complicado será mantenerse, “creo que lo difícil es mantenerse, ya debuté pero sólo es eso, ahora tengo que trabajar por mantenerme. Estoy en la pretemporada con primer equipo y quiero ganarme un lugar”, expresó.
De ídolo a compañero
En sus redes sociales, Raúl años atrás compartía vídeos y publicaciones sobre Edwin Cardona, uno de los jugadores que ha admirado por ser la posición en la que él se desempeña y gracias al fútbol, pasó de ser un admirado a compañero, ya que milita con los Tuzos e incluso le toco compartir cuarto con él.
“Es un fuera de serie, es un jugador distinto. El juego amistoso el primer que jugué entré por él, es algo que voy a recordar siempre”.
También agradeció a todos sus compañeros, quienes para su opinión lo han sabido ‘cobijar’, “El Burrito (Jorge Hernández) es de los que más apoya a los jóvenes, el ‘Manny’ García, Cardona, en general todos se han portado muy bien conmigo”, señaló.
Ahora Raúl como ya mencionó espera pelear por un puesto, que no quede como un simple debut y sea el inicio de una larga carrera en primera, aunque no se adelanta, “como ya dije, quiero ganarme un lugar en el plantel, después no me gusta ver mucho más allá, pero lo que se vaya dando está bien, yo sólo trabajo en busca de conseguir buenas cosas”.
Finalmente mandó un importante mensaje a su familia, “No me queda más que agradecer a los que siempre estuvieron, a mis papás, mi familia, algunos amigos que estuvieron al pendiente”, sentenció.
Raúl Iram Castillo González entrena actualmente con el primer equipo, hace su gira por Estados Unidos y seguramente será considerado para jugar más duelos de Liga MX y Copa MX para que a sus 18 años recién cumplidos, poco a poco se consolide.
‘Vemos cristalizado
todo el esfuerzo’: Papá
Para don Raúl Castillo es emocionante recordar como ha vivido todo, tanto él como su familia, sabe que todo el sacrificio valió la pena, “con mucho gusto lo llevábamos a entrenar, no faltábamos a ningún juego ni práctica. Recuerdo todo eso, los títulos de goleo, hubo una temporada que metió hasta 70 goles”.
Eso le hizo ver que Raúl tenía una alta posibilidades de triunfar, “teníamos la esperanza que llegara a ser profesional, no sabíamos cuando, pero sí creíamos que podía lograrlo”.
Asimismo contó que a pesar de no estar físicamente, por la televisión vivieron apasionadamente el encuentro entre Tuzos y Santos donde se dio el debut, “nombre, que te digo, fue un momento muy feliz, hasta saltamos de emoción todos, vimos cristalizado todo el esfuerzo de Raúl, fue algo inexplicable.
Por último, mandó un mensaje al orgullo de Victoria, “le diría que no afloje y no deje de trabajar, que disfrute todo, siempre le he dicho que es aprender y mejorar. Qué aquí lo esperamos siempre, lo apoyamos, cuando viene hasta lo ‘mimamos’, pero que siga con paso firme, es fútbol es muy difícil, pero siempre de la mano de Dios podrá lograr muchas buenas cosas”, cerró.