MÉXICO. El presidente Andrés Manuel López Obrador destacó en su mensaje desde el Zócalo capitalino que “no lucha para convertir a México en una dictadura, sino en una verdadera democracia”.
En su informe de actividades con motivo el primer aniversario de su triunfo electoral, resaltó que “su activismo, su loca pasión tiene un fundamento racional, aunque no lo piensen así sus adversarios”.
Aseguró que se han cumplido 78 de los 100 compromisos que hizo hace siete meses cuando asumió el cargo, y aseguró que a finales de este año el país estará blindado contra la corrupción.
El mandatario destacó que a más tardar este año se sacará de raíz al régimen corrupto y construidas las bases para la construcción política de México, además de que “posiblemente nunca al comienzo de un gobierno se haya hecho tanto en tan poco tiempo”.
Advirtió que en caso de un regreso del “conservadurismo faccioso y corrupto” dicho grupo no podría dar marcha atrás a lo establecido y logrado al servicio del pueblo, pues aseguró que este proceso no tiene retorno, no hay paso atrás.
Reconoció asimismo que la salud, la economía y el combate a la violencia, heredados del antiguo régimen, son los grandes pendientes de su gobierno.
Por otra parte, el presidente refrendó su confianza al fiscal general de la República, Alejandro Gertz Manero, y ofreció que en su gobierno “no descansaremos hasta saber el paradero de los jóvenes de Ayotzinapa”.
Expuso que para avanzar en la reconstrucción de la paz y recobrar la seguridad de los mexicanos da seguimiento diario al fenómeno delictivo, con énfasis en el respeto a los derechos humanos y el uso regulado de la fuerza.
“Se terminó la guerra de exterminio contra la llamada delincuencia organizada, ya no se permiten razias, masacres ni la desaparición de personas. El Estado mexicano ha dejado de ser el principal violador de los derechos humanos, en vez de ello se garantiza trabajo y bienestar a los jóvenes, se castiga el contubernio y la impunidad”, expresó.