En la gira de la Consulta ciudadana sobre la igualdad en México, que encabeza la titular del INMUJERES Nadine Gasman, se desarrollan los foros que buscan escuchar las problemáticas de las mexicanas para enderezar la políticas públicas que atienden este segmento poblacional, que representa más del 51 por ciento según el último censo poblacional. Los diálogos y tallares de esta consulta se han realizado ya en Nuevo León, Oaxaca, León, Chihuahua, San Luis Potosí, Querétaro, Tijuana y La Paz. En general para las mismas preguntas tenemos las mismas respuestas.
El ejercicio de esta escucha se basa en la práctica “vivencial”, se colocan mesas y pizarrones de trabajo para las participantes, que por lo general son funcionarias de los institutos de las mujeres, algunas más de colectivos y otras con historias mediáticas para contar. Suman grupos de 120 mujeres reunidas en una sala acondicionada para la dinámica que incluye papel y lápiz para escribir y desahogar penurias. La intención es buena, nadie se las quita, pero es un método ya gastado para estas juntas de mujeres.
En el portal del INMUJERES está colocado el test “Mujeres juntas trabajando por la transformación de México” (desde ahí politizado el esquema), que es el cuestionario base de los foros nacionales, lo he contestado ya en línea y me encuentro con los mismos cuestionamientos de décadas pasadas, ahora englobados en los temas de: Mujeres viviendo en comunidades seguras y en paz; Mujeres tomando decisiones; Mujeres libres de violencia; Mujeres con salud y bienestar; Compartir las laborees de cuidados y Mujeres con independencia económica. Todos los segmentos desbordan optimismo e ilusión óptica para la “superación personal” “empoderamiento” “inteligencia emocional” o “desarrollo profesional”, nada más que alejado de la realidad.
Institucionalizado todo este método de consulta que invita a la ciudadana para elaborar el Programa Nacional para la Igualdad entre Mujeres y Hombres PROIGUALDAD 2019-2024, y otra vez llegando tarde, se elabora en el segundo semestre del año, donde las conclusiones, que serán las mismas, se tendrán para el próximo año, con un claro objetivo, dice su publicidad, “no dejar a nadie atrás y a nadie y a nadie afuera en materia de igualdad”.
De las graves problemáticas del feminicidio, violencia, pobreza, acceso a la justicia, a servicios de salud, a la educación, personas desaparecidas, desempleo, desigualdad salarial, acoso sexual y laboral, ya se han presentado estadísticas, unas incluso sustentadas por colectivos reconocidos por la ONU, por lo que ahora no se pueden planificar nuevas políticas públicas sin los datos ya censados; es extraño que una mujer como Gasman, que ha trabajado muy de cerca con estas realidades a nivel global, se preste para esta simulación política.
En Boca Cerrada
Aquí en Tamaulipas, este mes de agosto la oficina de atención a las mujeres coloca en sus redes la campaña de alto al acoso laboral, detalla las consecuencias físicas y mentales del hostigamiento y el acoso sexual en el trabajo, que no se ha logrado erradicar, invita a la sociedad informarse más sobre el tema y visibilizar la problemática, que muchas veces se disfraza de cortesía.
Por cierto María Elena Figueroa, de regreso al IMT, sostuvo reunión de trabajo con el personal para plantear la agenda del segundo semestre
