CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.- Durante los seis años que ha estado el victorense José Pablo Saldivar en Pachuca, no había podido ganar un sólo titulo oficial, él no sabía lo que era levantar el trofeo y ser campeón, pero hace tres días lo consiguió y de qué forma, ya pudo celebrar como el mejor en el Torneo Sub-15 Internacional tras vencer al Atlético de Madrid en el Estadio Azteca.
“Fue algo muy bonito, algo que no había vivido, ganar como lo hicimos todo muy sufrido, los penales, el escenario, será algo que voy a recordar siempre”, dijo el jugador victorense que pertenece a la categoría Sub-17 de los Tuzos.
Con caídas y triunfos, así se forjan a los campeones, y justo eso es lo que ha vivido José Pablo durante los pocos más de seis años que ha estado en Hidalgo con Pachuca, ha tenido altas y bajas, han sido años donde han aparecido dudas, llanto, ha habido felicidad, pero sobre todo, un gran aprendizaje deportivo y mental.
El camino de Saldivar no ha sido nada fácil, ha sacrificado muchas cosas y también el no estar cerca con su familia; por momentos el fútbol para él, era más sufrir que disfrutar, la distancia, el estar lejos de su casa, amigos, papás, hermanos, todo le dificultó el proceso, pero a la larga, le ha ayudado ser la persona que es.
La maduración de Pablo, tuvo que acelerarse por cosas del destino, tras militar en equipos como Road Runners, Titanes, León Praderas, Furia Azul y Pachuca IPSSET, a la edad de 10 años, recibió el llamado que muchos buscan y que pocos lo logran: Los Tuzos lo invitaron a formar parte de sus fuerzas básicas.
“Yo iba a torneos estatales y nacionales, me tocó que me vieran, a mi mamá le pedían los datos, pero fue hasta con el profe Mario Coronado en un torneo en Acapulco hicieron un torneo de visorias y ahí la invitación ya fue formal, le llamaron y así se dio”, expresó el tamaulipeco.
“Con diez años muchos piensan en jugar sólo por jugar, ir con los uguetes, pelota, lo que sea, pero no en ser profesional, yo tenía esa meta y era una oportunidad que no podía desaprovechar”, agregó.
La etapa más difícil
José Pablo vivió la fase más complicada, la cual se alargó hasta tres años, momentos que para él, era los más complicados de vivir lejos: el no estar con sus padres, “uno de chico solo quiere estar con sus papás, cuando me fui sí los extrañaba bastante”.
Las lágrimas casi a diario aparecieron, sobre todo por las noches, “es cuando uno ya está tranquilo y pues se te viene a la mente todo, lloraba mucho, pero una vez sí me puse intenso, le dije a mi mamá que ya no quería, que fuera por mi. Llegó, fuimos por mis papeles, yo llorando, me encontraba a entrenadores y me decían que no me fuera o que me esperaban en unas semanas, en el club me dijeron que me daban vacaciones, pero regresara, extrañaba mi familia y me vine a Victoria, iba con la idea de ya no regresar”, pronunció.
Pero los papeles se revirtieron, ya en su casa, Pablo no sabía qué hacer, “me aburría y me ponía a jugar con la pelota extrañaba jugar en Pachuca, me acuerdo que había como que cuadrados en el piso, y me ponía según a hacer los ejercicios de coordinación que me ponían allá, mi mamá me vio una vez y me dijo ‘¿si quieres regresar?’, yo le dije que sí y volví”, manifestó.
El mes de adaptación fue lo más complicado, incluso le salió su rebeldía y rompió una de las reglas, “escondí un celular en un calcetín, no se podía tener en un cierto tiempo pero lo pude meter, yo era el único que tenía pero había que tener cuidado que no lo vieran los guardias ni los consejeros”, contó.
El victorense en ese momento se convirtió en un ‘héroe sin capa’ para sus compañeros, pues no sólo él era beneficiado con el celular que metió de contrabando, “yo se los prestaba, nos ayudábamos mucho y sabían que tenía -teléfono-, se los daba para que llamaran a sus casas, nos ayudábamos mucho”, señaló.
Justo eso, sus compañeros, fueron sus más grandes respaldos, “uno sí extraña y se pone triste, pero después te das cuenta que no eres el único, que hay más como tú y que son sacrificios que hay que hacer para trascender, eso me ayudó mucho”, dijo.
Hacía todo por volver
José Pablo Saldivar García cuenta que hacía de todo porque sus papás fueran por él, incluso llamaba a su mamá para decirle que se iba a ‘matar’, una medida desesperada que optó para llamar la atención.
“Lloraba mucho, gritaba, nada funcionaba -entre risas-, pues fue improvisado cuando salió eso, le decía cosas que ‘nunca la iba a perdonar si me dejaba ahí’, que me iba matar, cosas que la hicieran sentir mal, pero nombre, lo hacía por la desesperación, no tenía pensando hacer nada malo ni pensaba nada malo de ella”, declaró.
“Sí me arrepiento de eso, aunque lo decía sin pensarlo; después pensé que sí ellos también sufrían al estar lejos de mí, hacía eso y les iba a dar más preocupaciones, la hice llorar varias veces a mi mamá, ya ahora son anécdotas y nos reímos”, expresó.
Dejó las lágrimas
Tuvieron que pasar aproximadamente para que José Pablo se adaptara al 100 por ciento, pasó la etapa más complicada y ya con un poco más de libertad, comenzó a disfrutar todo y trabajar enfocado a trascender.
Los primeros tres años fueron los más complicados pero después ya nos daban un poco más de libertad y uno se da cuenta de todo lo que ha hecho tanto tú, como tu familia, no podía desaprovechar la oportunidad de estar allá”, recordó.
“A veces hablamos los compañeros y coincidimos que es cansado, imagina, seis años aquí, pero ya pensando bien todo, jamás me gustaría dejar el fútbol sin intentar llegar a donde quiero”, declaró.
La actualidad
Tras su paso por las categorías Sub-13 y Sub-15, actualmente José Saldivar está con los Tuzos Sub-17, es uno de los jugadores menores pero de los que tienen más confianza del cuerpo técnica, incluso, el victorense debutó en dicha división cuando tenía 15 años, aunque hasta ahora fue promovido ya como jugador base.
“He sentido mi paso muy bien por las divisiones de Pachuca, he aprendido mucho, cada división es un ritmo diferentes, me ha tocado jugar y agradezco la oportunidad, se siente bien porque agarras experiencias que te ayudarán”, expuso.
Tras su campeonato del torneo Internacional Sub-15, se motivó a seguir aún más fuerte que nunca, “quiero que sea el primero de muchos”.
Sus sueños
Ya maduro y con la mente firme en llegar a primera división, Pablo tiene la mira puesta en sus más grandes sueños, “pienso en debutar en Pachuca o sino se puede en otro equipo, pero quiero llegar a la Liga MX, después buscar estar en la Selección Mexicana y jugar en Europa”, expresó.
Por último, Saldivar agradeció a su familia, sobre todo a sus papás, a quienes les reconoce que siempre han estado con él y sino fuera por ellos, tal vez no viviría todos los momentos con los Tuzos.
“Siempre me han apoyado, desde chico saben que era mi sueño y nunca me pusieron trabas, trabas me ponían cuando me quería regresar, cuando hacía de todo por volver, me decían que sí estaba bien, pero que acá (Victoria) no iba a poder jugar fútbol, pura escuela, les agradezco por todo eso a ellos y toda mi familia”, finalizó.