El columnista es Premio Nacional de Periodismo 2016, autor de las novelas “Erase un Periodista” y “Rinconada, la historia prohibida del maestro Ricardo” y del libro de cuentos, “Por acá dejó su alma”.
En el marco de la celebración del ochenta aniversario del PAN, un eufórico Vicente Fox llamó “a partirle la madre” a la Cuarta Transformación.
Para ello, su partido tendrá que lograr mayoría en la cámara de diputados en las elecciones del 2021. Cuestión harta difícil, porque la realidad tiene otros datos, pero bueno, cada quien sus fantasías que en este caso parecieran producto de la desesperación de alguien ávido de reflectores y protagonismo.
“Está en su derecho de pronunciarse como guste”, dirá AMLO, pero la verdad es que don Vicente no tiene suficiente calidad moral, como para encabezar un movimiento donde la honestidad política es fundamental.
Y este ex presidente no la tiene desde que avaló “el triunfo” de Felipe Calderón, ateniéndose a presunta ventaja de apenas 200 mil sufragios (0.1 % de la votación general), y obstaculizando cualquier recurso legal que aclarara las dudas de la oposición (PRD, PT y Convergencia), que tenía como candidato a López Obrador.
Recordéis que a Calderón hubieron de introducirlo de manera clandestina al congreso, para que en medio de escándalo y rodeado de guaruras, (entre los que destacaba Gustavo Cárdenas), rindiera la protesta presidencial.
Y ni como festinar el sexenio de Felipe cuando condujo al país a severa crisis política que culminó con la pérdida de la presidencia a manos del PRI, y de un Peña Nieto que terminó de hundir a la república.
La sociedad de los tiempos de don Vicente no es la misma, por lo que su llamado de “partirle la madre a la 4T”, seguro tendrá efectos contrarios, por la sencilla razón de que el régimen de AMLO se conduce por los cauces exigidos por las mayorías que con frecuencia le ratifican su confianza y apoyo.
Sea que a pesar de sus diferencias internas y propias de cualquier democracia partidista, habrá MORENA más allá del sexenio de AMLO. Y si no, pa’l baile vamos.
Por otra parte, tampoco el PAN es el mismo fundado por Manuel Gómez Morín y Efraín González Luna en 1939. Sigue siendo conservador desde luego, pero algunos de los principios que inspiraron su creación ya no le funcionan, o de plano se olvidaron, como el humanismo, la democracia cristiana y el nacionalismo católico.
Aunque tampoco deja de ser aliado del clero político el que, ahora mismo, se trae una campaña “¡bruta!”, contra AMLO.
Dicho partido nació como oposición al gobierno de Lázaro Cárdenas y al PRM (padre del PRI), sin embargo al apoyar a Juan Andreu Almazán en las elecciones presidenciales del 40, el PAN mostró su verdadero rostro cuando se comprobó que tal candidato, era patrocinado por trasnacionales petroleras ofendidas por la nacionalización.
Usted dirá que del PAN han surgido auténticos líderes sociales y no politiqueros ridículos y grotescos como Fox y algunos otros. Y está en lo cierto, ejemplos lo son: el potosino doctor Salvador Nava Martínez y el sinaloense Manuel Clouthier (Maquío), cuyos hijos de éste último, Manuel y Tatiana renunciaron al PAN, ella desde el senado, sigue siendo fiel al proyecto transformador de López Obrador.
De manera que Fox no cuenta con suficiente calidad moral para “partirle la madre” a la 4T. ¿Y cómo la va a tener si está claro que sirve a los intereses de empresas trasnacionales y poco le importa México?.
Este hijo de madre española y padre gringo, fue empleado de la coca-cola durante muchos años y ahora presume de promotor para el consumo de mariguana en América Latina, como parte de un consorcio norteamericano. ¿Le habrá afectado la hierba?.
DERECHA, LA DOBLE MORAL
Y hablando de reaccionarios. Los conservadores se indignan ante palabrejas inadecuadas de funcionarios menores y poco falta para exigir la pena de muerte por el mismo motivo. En este caso las pronunciadas por el doctor Juan Manuel Mireles, subdelegado del ISSSTE en Michoacán y conocido activista social.
Se indignan cuando sus castos oídos escuchan los términos “pirujas” y “nalguitas”, como si fueran importados de otros planetas, ¡ah!, pero ni se inmutan ante el saqueo y la corrupción de que fue víctima la república, por parte de ex funcionarios, empresarios y “honorables” familias acostumbradas a robarse el patrimonio social.
Es la doble moral de la ultraderecha que, cobijada por la religión, ha transcurrido por la impunidad durante muchos años y a la que pretextos no le faltan para atacar al régimen.
No les gusta que la democracia esté en el poder.
Por ello también se valieron de lo expresado por Pedro Salmerón, respecto de los hechos del 17 de septiembre de 1973 donde muriera el empresario Eugenio Garza Sada en brazos, dicen, del tamaulipeco, Elías Orozco Salazar.
Salmerón calificó de “valientes” al grupo de jóvenes integrantes de la “Liga 23 de septiembre” participantes del fallido secuestro, lo cual motivó un escándalo que obligó a la renuncia de quien fuera titular del Instituto Nacional de Estudios Históricos de Revoluciones de México.
Es la doble moral de los reaccionarios, muy semejante a la Peña Nieto y Angélica Rivera, o a la de muchos curas que por ahí andan sueltos haciendo daño a la sociedad.
Y ni modo que sea invento.
SUCEDE QUE
Se me había pasado comentarles el buen sentido del humor del neo delegado del PRI estatal, José Luis González Ochoa, respecto de que su partido inicia una “gran cruzada” de resistencia contra sus opositores, especialmente contra el PAN.
“¿Pos di’onde criatura, si en el tricolor son más cobardes que aquel que tira la piedra y esconde la mano?”, ¿será porque tienen muy larga la cola?.
Y hasta la próxima.