La nueva reforma educativa que abrió a la CNTE el camino para introducirse en la estructura de organización de la educación, incluyendo los contenidos antineoliberales, ha formado parte de una vieja lucha de la izquierda comunista y socialista para copar desde dentro los medios de producción física e intelectual.
El itinerario ha sido largo:
–A partir de la experiencia de los soviets rusos en la revolución de 1917, los obreros crearon comités de fábrica para incorporar a los trabajadores en la dirección de las empresas.
–El Partido Comunista Italiano centró su política obrera en comités de fábrica en empresas privadas para tener acceso no sólo a las decisiones productivas, sino a las cuentas contables y por tanto a las tasas de utilidad.
–A partir de un enfoque prospectivo sobre la situación del obrero hacia mediados del siglo XXI, el presidente del PRD en 1997, Andrés Manuel López Obrador, diseñó el Programa para el desarrollo económico con justicia social 1998-2000 del PRD y propuso un punto concreto: “Promover la venta de acciones a los trabajadores, mediante créditos de largo plazo con dividendos, y/o a cambio de salarios y prestaciones”. Este esquema ya había sido probado por el presidente Salinas de Gortari al incluir en la venta de paraestatales un 5% de acciones para los sindicatos, con acceso a toma de decisiones y utilidades. Este modelo era una variante de los comités de fábrica.
–En su último artículo, el militante histórico de la izquierda socialista-comunista Pedro Echeverría delineó el contexto de la participación de la CNTE en estructuras de administración de la educación: “si en cada fábrica, en cada centro de producción, en cada institución, las asambleas de trabajadores, después de analizar y discutir, determinaran las políticas de trabajo, los empresarios serían unos simples empleados que se encargarían de hacer lo que los trabajadores determinen”. Así será con la educación con las nuevas leyes: la CNTE como sección sindical decidirá la educación y los funcionarios de la SEP serán “simples empleados” de las asambleas de los trabajadores.
El problema radica en que el Estado es la garantía de la pluralidad social e ideológica, en tanto que los comités de fábrica representarían sólo a los trabajadores y sus intereses. Si los maestros de la CNTE quieren definir la educación, sería más fácil que pusieran escuelas privadas de su propiedad y no se apoderaran del diseño, enfoque y contenido de la educación pública del Estado.
Lo grave de la aprobación de las nuevas leyes educativas radica en el hecho de que la CNTE utilizó la fuerza social callejera y la violencia correlativa para someter la autoridad del Estado, a menos que las autoridades políticas sexenales del Estado actual coincidan con sus planteamientos ideológicos. De ser así, entonces la SEP será sólo el brazo institucional de la CNTE y sus planteamientos ideológicos y los titulares de esa dependencia, comenzando por el secretario Esteban Moctezuma Barragán podría disminuirse a meros intendentes de los intereses educativos, ideológicos y sociales de la CNTE.
El punto culminante de la lucha de la CNTE no será la victoria sobre las leyes educativas, sino su exigencia de poner las siglas de la CNTE en letras de oro en el muro de la Cámara de Diputados.
Lo que queda por esclarecer y hasta ahora no parece preocupar a los desmantelados servicios de inteligencia y seguridad nacional es el tamaño de la puerta abierta por las nuevas leyes para uno de los principales asociados de la CNTE en su lucha contra el Estado neoliberal: la guerrilla del EPR. En la lucha magisterial del 2006 en Oaxaca, la Sección 22 del SNTE y eje de fuerza de la CNTE, incorporó a comandantes del EPR en movilizaciones; existen videos, por ejemplo, de dos comandantes del EPR en la toma violenta y destructiva del Canal 9 de TV del gobierno estatal. Los comandantes Edmundo Reyes Amaya y Gabriel Alberto Cruz Sánchez fueron declarados secuestrados y desaparecidos en el 2007, luego de presencia activa en el conflicto del 2006 que puso como pliego de la 22 el derrocamiento del gobernador constitucional e instaurar un gobierno popular del pueblo.
El problema de fondo no radica en la participación de maestros en el diseño de políticas educativas, sino en el enfoque ideológico exclusivista de los profesores de la CNTE en el concepto de la educación. Todos los países de desarrollo medio que han dado el salto productivo debieron de reformar antes su modelo educativo para articularlo al sistema productivo, de la mano de políticas presupuestales y de capacitación en el ramo tecnológico.
La política educativa de la CNTE está diseñada para la lucha contra el Leviatán del Estado neoliberal, en tanto que la política educativa de la SEP hasta antes de las nuevas leyes estaba orientada para la formación de ciudadanos productivos y dejando en cada conciencia del estudiante su militancia ideológica. Se olvida que todos los Estados socialistas fracasaron por su carencia de cuadros educativos y tecnológicos para la producción.
Política para dummies: La política es el arte de ganar batallas sin disparar balas.
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