No hay convocatoria aún, pero la renovación de la dirigencia estatal del PRI en Tamaulipas se comienza a poner interesante, y aunque hay cinco suspirantes que ya alzaron la mano, solo tres de ellos tienen peso (¿o pesos?) estatal como para pelear en serio por los despojos del tricolor cuerudo.
Así es mis queridos boes, curiosamente Enrique Cárdenas del Avellano, Alejandro Guevara Cobos y Edgar Melhem Salinas tienen por lo menos dos similitudes, mismas que les podrían en igualdad de circunstancias para la batalla por la dirigencia.
Los tres fueron diputados federales, los tres fueron y creo que son, aspirantes a la gubernatura de Tamaulipas.
Las dos coincidencias sobre las que convierten a este trío en figuras del PRI con el mayor peso entre los que quieren o quedan en el tricolor estatal como para pelear la presidencia. Aunque siendo estrictos ninguno de ellos es un figurón en todo Tamaulipas, la clase política les conoce si, los periodistas les conocen también, los militantes priistas sin duda, pero los de a pie, los ciudadanos comunes en su mayoría, como decimos coloquialmente: “ni en cuenta”.
Es cierto que los tres han recorrido el Estado en busca de simpatías cuando aspiraban a ser candidatos del PRI a la gubernatura, Guevara lo hizo luego siendo candidato a senador, pero eran en todo caso otros tiempos.
La marca que buscan representar vive sus peores momentos, en el 2016 sufrió su más penosa derrota a manos de Francisco Javier García Cabeza de Vaca, en el 2018 MORENA les dio otra desconocida de antología y este 2019 el PAN del gobernador azul los dejó para el entierro, no ganaron nada.
¿Entonces por qué Cárdenas del Avellano, Guevara Cobos y Melhem Salinas quieren ser presidentes del PRI estatal?, pues porque el membrete, aunque ahora casi sin dinero, sigue y seguirá siendo una moneda de cambio para la negociación política.
Solo volteen a ver el resultado de la elección de junio: el PRI no ganó una sola diputación por mayoría y ahí estarán 3 diputados plurinominales.
Es decir; para el 2021, el que sea presidente del PRI estatal podría (seguro que lo hará) enlistarse como el número uno en la lista de plurinominales, como lo hizo la presidenta que deja el cargo Yahleel Abdala.
Además, podría incluso colarse en la lista de plurinominales para una diputación federal, porque también estarán en juego.
Y claro, desde luego, sin dudarlo, sin jefe político estatal y federal tricolor, el presidente del PRI Tamaulipas será quien decida los candidatos a las alcaldías, con todo lo que eso significa (hasta la venta de las mismas).
Recuerden, ya no hay ex gobernadores que manden en el PRI de Tamaulipas, dos están presos, uno en Texas y otro en un penal nacional de máxima seguridad, los otros muertos y Egidio cada vez influye menos, porque cada que metió la mano fue para perder o para adelantar su derrota ante el mando azul.
No, no es cosa menor ser presidente del PRI estatal, porque además de la vendimia de candidaturas, de posiciones en las pluris y de la negociación con el grupo en el poder estatal, también están las posiciones de regidurías y sindicaturas, que también valen, aunque sea más poquito, pero son muchas más.
Todo eso sin mencionar que a nivel nacional no se puede dar por muerte al PRI, porque ya se le dio por finado en el 2000 y 12 años después estaba de regreso.
De los otros dos que quieren ser dirigentes del PRI estatal poco que decir: Arturo Nuñez y Tomas Gloria; el primero ex dirigente del Frente Juvenil y el otro ex alcalde de San Fernando, los dos sin presencia estatal, los dos casi alejados de la política, al menos en la primera línea, nadie les puede negar que aspiren, es su derecho, pero siendo honestos no tienen ahora forma de disputarle a los tres que ya señalaba arriba. Más bien creo que levantaron la mano para que el que quede los tome en cuanta para el 2021.
¡Qué boquita…!
Pedro Salmerón, director del Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México fue echado del barco de la 4T por los mismos jóvenes asesinos a los que llamó valientes.
El, dicen intratable y soberbio, historiador, como el pes, por su boca murió, luego de que calificara de valientes a los asesinos de Don Eugenio Garza Sada, levantando una lluvia de protestas en su contra que terminaron con su ‘renuncia’.
“Sólo que el recio empresario, de 81 años de edad, no estaba dispuesto a dejarse secuestrar para alimentar la espiral de violencia, y anunció que haría frente a quienes lo intentaran. Sus dos escoltas aceptaron el riesgo, de modo que cuando un comando de valientes jóvenes de la Liga Comunista 23 de Septiembre intentó raptarlo, se desató una balacera en la que perdieron la vida Don Eugenio y sus escoltas, Bernardo Chapa y Modesto Hernández, y dos de los guerrilleros”, dijo Salmerón.
La IP y en general la opinión pública exigió su despido y todo parece indicar que la 4T no está más dispuesta a que se haga apología del delito y lo echaron.
Son otros tiempos, la luna de miel está por terminar y ahora creo se tomarán medidas como la que se le aplicó a Salmeron, se salvaron Paco Ignacio Taibo II con: “¡Sea como sea se las metimos doblada, camaradas!” y Jesusa Rodriguez con: “Soy una senadora marihuana de tiempo completo”. Casi pierde la chamba José Manuel Míreles con sus “pirujas” y “nalguitas”, mientras que Porfirio Muñoz Ledo fue bajado del macho con su: “Chinguen a su madre”. Comentarios: meliton-garcia@hotmail.com Twitter: @melitong