Con la rúbrica de tres mujeres Olga Sánchez, Irma Sandoval y Nadine Gasman se publicó en el Diario Oficial de la Federación (DOF), este 3 de enero, el Protocolo para la prevención, atención y sanción del hostigamiento y acoso sexual en la administración pública federal, entra en vigor a 30 días de su publicación, esto es el 3 de febrero.
Listo, en el papel y a la letra, la instrucción para que los varones servidores públicos, corrijan su conducta, respeten a sus compañeras y subalternas, y se pongan a trabajar sin acosar.
Que entiendan los señores que las mujeres podemos desarrollarnos en cualquier ámbito profesional. Que no somos muñequitas en aparador, ni precisamos de sus halagos para trabajar y menos requerimos de su complacencia, ni de su exagerada atención, simulada protección, excesivo cariño, paternalismo o amiguismo, nos damos cuenta de sus intenciones, son acosadores.
Es ofensiva la mano que nos ponen en el hombro, el rose de sus mejillas, sus miradas galantes, por favor, estamos en una oficina pública y atrás de la raya que solo somos mujeres trabajando.
¿Por qué no tratan con cariñitos a sus pares? ¿Por qué solo con ciertas mujeres actúan como cuates? ¿Por qué la discriminación? ¿Por qué les llama tanto la atención la forma de vestir, caminar o actuar de algunas? ¿Por qué intimar en el terreno laboral? No nos interesa su vida personal. Es hostigamiento.
Ahora por decreto, el gobierno de la 4 T busca promover una cultura institucional de igualdad de género y un clima laboral libre de violencia, una mejor atención a las víctimas de hostigamiento y acoso en las dependencias federales y garantizarles la no re victimización y el acceso a la justicia.
El protocolo que se puede leer integro en el DOF, contiene cinco capítulos en que se detallan algunas acciones de prevención de estas conductas lascivas, capacitación, formación y certificación en materia de igualdad entre hombres y mujeres y se especifica cómo se hará la valoración de las pruebas y la substanciación y la sanción. En este último apartado se indica que se desarrollaran investigación con perspectiva de género y “dada la naturaleza de los asuntos de hostigamiento sexual y acoso sexual, no opera la conciliación entre las partes, sin excepción”.
La Secretaria de Gobernación, la Secretaria de la Función Pública y el Instituto Nacional de la Mujeres son los entes encargados de dar seguimiento al Protocolo.
Sin embargo, de aquí, a su entera aplicación, entendimiento y aceptación falta un buen camino.
El documento publicado define el Hostigamiento Sexual como el ejercicio de poder, en una relación de subordinación de la víctima frente al agresor en los ámbitos laboral y/o escolar. Se expresa en conductas verbales, físicas o ambas, relacionadas con la sexualidad de connotación lasciva; el Acoso Sexual es una forma de violencia con connotación lasciva en la que, aunque no exista la subordinación, hay un ejercicio abusivo de poder que conlleva a un estado de indefensión y riesgo para la víctima. Y la Violencia contra las Mujeres, marca este protocolo, es cualquier acción u omisión, basada en su género, que les cause daño o sufrimiento psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte tanto en el ámbito privado como en el público.
Si encuentras un acosador en tu camino, denúncialo. Si somos capaces de romper el techo de cristal y de zafar los pies del suelo pegajoso, asumamos un rol responsable para transitar en entornos laborales libres de violencia, hostigamiento y acoso.