“Triste es lo sucedido, pero también es triste que en redes sociales satanicen al niño y culpen a los abuelos, cierto es que por lo general un pequeño a esa edad no distingue la delgada línea entre el bien y el mal”
Ayer cimbro al país lo sucedido en un colegio de Torreón Coahuila, las noticias dieron cuenta que un niño de escasos 10 años ataco con armas de fuego a varios de sus compañeros y una maestra.
El resultado, la maestra perdió la vida, varios pequeños heridos y el suicidio del niño que disparo contra ellos.
Aparte de los motivos que orillaron al muchachito a realizar esa acción, la pregunta aquí también es, ¿Cómo es posible que un niño de 10 añitos tuviera en su poder dos armas de fuego y además supiera cómo accionarlas?
Vecinos aseguran que el niño era buen estudiante, que vivía con sus abuelos maternos, personas de edad avanzada, pues su madre murió hace unos años y su padre le abandono.
Quién sabe si el muchachito guardaba un fuerte pesar, él se llevó a la tumba su sentir, lo cierto es que también los estudiantes de excelencia son víctimas de bullying, que muchos niños que no tienen padres son objeto de burla de sus compañeros y no faltan maliciosos, o cobardes, que los inciten a realizar acciones negativas para ser aceptados en determinados grupos, razón por la que familiares, maestros o amigos deben estar atentos y si es necesario brindarles ayuda a tiempo para luego no andar lamentando tragedias.
Triste es lo sucedido, pero también es triste que en redes sociales satanicen al niño y culpen a los abuelos, cierto es que por lo general un pequeño a esa edad no distingue la delgada línea entre el bien y el mal.
Igual es verdad que muchas veces los abuelos por amor, tratando de cubrir la falta de un padre optan por dar dinero a sus nietos sin saber en qué o con quien lo utilizan, pero eso no les hace del todo culpables, el muchachito quizá fue víctima de las circunstancias y los abuelos no necesitan que el mundo les marque su error ya bastante tienen con su dolor.
Muy lamentable es que estén sucediendo ese tipo de actos con niños, nos queda para la reflexión, supervisión continua a nuestros pequeños hijos, enseñarles a valorarse, mostrarles que más que ser buenos profesionistas o querer tengan resuelta su situación económica se quiere que sean buenos seres humanos, que deben tener tolerancia, saber distinguir entre el bien y el mal.
Sociedad, familias, gobierno, iglesias, todos debemos aplicarnos para tener sociedades más afables, mejores programas, más tiempo de calidad, humanismo y fomento a los valores para forjar mejores generaciones para que ya no se registren situaciones tan lamentables como la ocurrida Torreón protagonizada por un niño de tan solo diez añitos de edad.
También en los colegios particulares deben de admitir que la operación mochila puede salvar vidas, y debe hacerse de manera sistemática vigilada por padres de familia y autoridades escolares, esto ya es de humanidad no de leyes, conveniencias, rebeldía o extractos sociales, más vale un jalón de orejas a tiempo en lugar de una tragedia.
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