EUROPA.- Este miércoles 11 de marzo del 2020, la OMS ha declarado oficialmente a la crisis por el coronavirus una pandemia, esto debido a su nivel de propagación fuera de China, que ha llegado a niveles alarmantes en los últimos días de febrero y la primera mitad de marzo.
Epidemiólogos han analizado a la cepa del COVID-19 casi desde su aparición, descubriendo varias cosas al respecto de este nuevo padecimiento; es por ello que a continuación te decimos lo que esta enfermedad le puede hacer al cuerpo.
Lo anterior con el fin de estar prevenidos e identificar mejor los síntomas, para que estos no sean confundidos con otras enfermedades similares. También hay que tener en cuenta que los estudios no son concluyentes, pues aún se analiza el virus para determinar su verdadera naturaleza.
Como ya sabrán, la manera de contagiarse de coronavirus es de humano a humano, esto a través de las gotas que viajan en el aire derivadas de tos o estornudos; estas se pueden alojar en los ojos, las fosas nasales y boca.
Ahí, el virus se engancha en las membranas celulares, donde afecta las funciones normales de las células, ordenando que cesen sus labores para esparcir el virus a en todo el cuerpo. Hay que mencionar que, dependiendo del organismo, esto puede tardar entre 2 a 14 días después de la exposición.
Si bien cualquier ser humano es susceptible de contraer la enfermedad, los grupos más vulnerables son aquellos conformados por personas de la tercera edad y con enfermedades crónicas.
Cuando el coronavirus entra al cuerpo, las primeras molestias son en la parte posterior de la garganta, con tos seca y dolor que puede ir de simple ardor, a una punzada aguda; a partir de ahí, el agente maligno se mueve a los bronquios y pulmones.
Una vez que llega a los pulmones, las membranas mucosas se inflaman, afectando los alvéolos, provocando que el sistema respiratorio tenga problemas para hacer su trabajo, que es llevar oxígeno a la sangre.
La inflamación y el poco flujo de oxígeno, provocan que partes del pulmón se llenen de líquido, pús y células muertas, lo que puede generar neumonía.
En el peor de los casos, los pulmones se llenan de tanto líquido que el proceso de recuperación es imposible, provocando la muerte del afectado.
Una de las razones por la que el COVID-19 no fue detectado al inicio, se debe a que no ataca la parte central de los pulmones en sus primeras etapas, ubicándose en las partes laterales y externas del órgano; las pruebas no estaban optimizadas para ese tipo de afectación.
Posterior a su llegada a los pulmones, el virus viaja al tracto respiratorio superior, la traquea y otras partes de Sistema Respiratorio; es ahí cuando se complica la enfermedad.
Fue debido a esta omisión que los primeros pacientes fueron mandados a casa, algunos incluso sin tratamiento, pues se pensó que era algo pasajero.
Aunque el primer y principal punto de ataque del COVID-19 son los pulmones y vías respiratorias; se ha encontrado que el virus puede dañar casi todos los órganos del cuerpo, pues viaja por todo el organismo hasta el recto.
El Sistema Gástrico también puede verse afectado, provocando casos de diarrea o indigestión. Si ingresa a la médula ósea o el hígado, estos se pueden inflamar; además que puede afectar el corazón y riñones provocando algo de daño.
Sin embargo, es el propio sistema inmune del cuerpo el que causaría mayores molestias, pues comienza a trabajar a marchas forzadas para combatir la enfermedad; lo que provoca inflamación en los órganos afectados.
No se sabe si afecta también el cerebro; pero los expertos no descartan la posibilidad, a sabiendas que el SARS sí llega a tener afectaciones en dicha parte del cuerpo.
Algo que han señalado médicos e investigadores es que alrededor del 80% de los pacientes de coronavirus no desarrollan síntomas graves; como se mencionó, son las personas de la tercera edad y con enfermedades crónicas las más afectadas.
Lo anterior debido a la fortaleza del sistema inmune, una persona joven o con un estilo de vida saludable, puede recuperarse al poco tiempo sin temor a recaer.
Se señalan los casos de dos personas en China, una mujer de 84 años con diabetes murió casi de inmediato al contraer la enfermedad; mientras que un hombre de 73 años, más saludable y sin un padecimiento fuerte, pudo recuperarse después de 20 días en cuidados intensivos.
Aún así, se desconoce el por qué algunas personas pueden mantenerse sanas por varios días y de repente ser atacadas por la neumonía; asimismo, tampoco se sabe por qué algunos pacientes recuperados vuelven a presentar la enfermedad a los pocos días.
CON INFORMACIÓN DEL SDPNOTICIAS