CIUDAD VICTORIA, TAMAULIPAS.-La mañana es fresca pero todos saben que el calor no perdonará este dia a la capital tamaulipeca.
Generalmente a esta hora el bullicio se ha apoderado de las aceras de este pedacito del primer cuadro de la urbe cueruda.
Contrario a épocas pasadas un silencio casi preocupante reina en las calles y banquetas de la plancha de colores de este sitio: La plaza Hidalgo.
La presente pandemia y por consiguiente la actual cuarentena le han robado el alma al corazón de la ciudad.
La soledad que experimenta el lugar no se sentía desde que Victoria tenía una población de algunas decenas de miles de habitantes.
La fachada del hotel Sierra Gorda, que antes era el punto de reunión para muchas personas que deseaban encontrarse ‘en el centro’ esta ahora sin gente esperando, ni taxis hay, ni se puede observar la silueta de Don Toño Nava, el famoso elevadorista que de vez en vez se asomaba a la calle a echar un vistazo.
Los puestos en la acera están vacíos: ni la parlanchina vendedora de aretes y cadenitas de fantasía no acudió a trabajar. Tampoco el negocito de venta de ropa típica, ni los que comercian con accesorios para celular.
Tampoco se puede observar (al menos en la misma frecuencia) a Don Paco Lupercio, administrador del Hotel Los Monteros dando la bienvenida a los huéspedes que se aproximaban.
Sobre la calle ocho, desapareció la silueta de Don Ricardo, el músico urbano que desde su penumbra y armado con guitarra y armónica deleitaba con temas como ‘La Adelita” y “La Valentina” a los transeúntes y clientes de las tiendas siamesas ‘Parisina’ que hoy lucen con sus cortinas abajo.
Frente a este ángulo, solo algunos cuantos fara fara y mariachis se resisten a caer en la desgracia económica y alimentan la esperanza de que algún valiente organice alguna fiestecita clandestina y les contrate de perdido una hora de música y poder así sacar para ‘el chivo’ por este dia.
Los que si la estan pasando muy mal son los boleros. Uno de ellos le comenta al caminante que prácticamente se vienen a ‘mosquear’ pues en su experiencia propia acumuló tres dias consecutivos ‘en blanco’, es decir sin un solo cliente y la preocupación por el sustento empieza a castigarlos.
Sobre la calle Hidalgo, del batallón de lavacoches solo quedan dos elementos, ‘El Pecoso’ e Iván ‘el Catache’ la larga fila de coches estacionados en batería solo estan ahí por escasos diez o veinte minutos, pues los automovilistas suelen ir rapidito a hacer sus mandados y ‘con la misma, vuelta pa’ tras’.
“Antes pa’ esta hora llevaba al menos tres carros lavados… ayer y hoy solo me eché uno… imagínese” cuenta uno de ellos al Caminante.
En la calle nueve el panorama esta igual de enmudecido: los taxistas del sitio han visto como la hilera de vehículos de alquiler se extiende cada vez mas pues la clientela ha bajado en casi un 90%, es decir, si antes se echaban diez corridas al dia, hoy solo hacen una.
Bueno, ni siquiera la conocida botarga bailarina del Dr Simi sale a alegrar la mañana.
Por la calle Matamoros ahora si hay mucho espacio para estacionarse, pero pocos son los vehículos a la vista.
En el Oxxo hacia la calle nueve, donde antes se podía observar a un montón de trabajadores de rectoría que iban por un ‘cocón’ o alguna golosina hoy no hay ni uno.
El único cúmulo de almas que se escuchan alegar de vez en cuando es al ‘Escuadrón de la Muerte’ bajo los enormes arboles de la plaza frente al Palacio Federal. Ellos siguen ahí, ajenos al peligro que les acecha. Comparten una lata de atún entre tres personas, así como el mismo vaso con Tonayán y refresco de toronja.
Las misas se han suspendido y con ello los pedigueños han quedado desamparados de las almas caritativas que de vez en cuando se tentaban el corazón para obsequiarles una moneda.
Puestos de dulces tradicionales, hot dogs, rusas, fruta picada, esquites y elotes están un dia si… y seis días no.
El callado paisaje a veces toma tintes de tristeza, en un paraje en el que solo el viento susurrante rescata a veces la atención de los pocos presentes. Vendrán tiempos mejores, es verdad, aunque por ahora la plaza continuará su letargo de contingencia, la plaza seguirá dormida.




