En Tamaulipas hemos prácticamente rebasado el escenario más favorecedor que se tenía ante la pandemia del COVID-19 y parece que corremos en busca de alcanzar el peor de los saldos, lo que obligó ayer a que la autoridad estatal decretara regresar a medidas restrictivas que se supone habíamos superado.
Así es mis queridos boes, Tampico, Madero, Altamira, Victoria, Matamoros, Río Bravo y Reynosa el crecimiento de casos ha puesto en riesgo la atención en los hospitales y su multiplicación indica que buena parte de los ciudadanos se han ‘burlado’ de las medidas de prevención y esto nos perfila hacia noticias peores de las que esperábamos.
Y es que allá por los primeros días de abril, la Secretaria de Salud, Gloria Molina advirtió que solo si atendíamos a las medidas que se dictaban para detener al virus, podríamos aspirar a tener un saldo no tan mortal durante la presencia del virus en Tamaulipas.
“En el mejor de los escenarios tendríamos 10 mil 312 casos; tendríamos 394 defunciones; se hospitalizarían mil 500 y necesitaríamos 157 ventiladores”, pronóstico aquella vez la secretaria.
Los números hoy nos revelan la irresponsabilidad que como sociedad estamos teniendo ante el virus: hay 6 mil 175 casos positivos registrados, pero al mismo tiempo los sospechosos; es decir en proceso de que sean sumados a la lista de contagios supera los 3 mil.
Donde si se confirma que rebasamos el mejor escenario posible para Tamaulipas es en el conteo de los muertos, porque de los 394 que esperaba Molina, ayer ya se contaban 411 defunciones.
Lo grave, gravísimo, es que no hemos ni siquiera llegado al pico de
la pandemia, no sabemos cuándo la curva en Tamaulipas va a comenzar a bajar, pero aún cuando eso empiece, los contagios y los muertos seguirán
y es entonces cuando el escenario del peor de los pronósticos puede hacerse realidad.
“En el peor de los casos con estos 37 mil 517 casos necesitaríamos hospitalizar a 5 mil personas y en el caso de más defunciones serían mil 543 en el peor de los escenarios”, advirtió en abril Molina.
Hoy, cuando no llevamos ni la mitad de la pandemia, ya hay hospitales saturados, en Reynosa ayer hubo una protesta porque el Hospital General se le designó exclusivo para Covid ante la multiplicación de los contagios, en el IMSS del municipio que usted quiera en Tamaulipas no hay abasto para atender a sospechosos, no tienen para hacer pruebas, agoniza pues.
Por eso los municipios que ya señalaba, Reynosa unos días antes, comenzarán esta semana a aplicar las medidas como al principio de la tercera fase: restaurantes solo para llevar, transporte público al 50%, comercios no esenciales cerrados y se restringirá otra vez el paso en los centros de las ciudades como a ocurría en el sur.
Vamos para atrás, ayer fueron reportados 340 contagios y 27 muertos; las dos son cifras récord, las dos nos advierten que esto sigue hacia arriba y hacia el peor escenario.
Reynosa tiene casi 1 mil 500 casos y 138 muertos; es el municipio con los peores números, seguro por su vecindad con Texas y el movimiento en maquiladoras.
Matamoros le sigue con poco más de 1 mil 150 y 83 muertos, mientras que la zona sur supera ya los 1 mil 700, distribuidos en Tampico, Madero y Altamira, con 68 muertos.
En Victoria hay 570 contagios y 27 muertes, siendo que es una ciudad eminentemente burocrática y de estudios y ambas actividades están suspendidas en lo presencial; lo que quiere decir que no hemos respetado la cuarentena.
La gran pregunta que tendremos que hacer no ya, ahora y muy enserio es: ¿en realidad queremos contagiarnos y llegar a un hospital Covid?, ¿y si no alcanzamos ventilador si lo necesitamos?, ¿y si contagiamos a nuestros padres, hijos o hermanos y todos mueren?.
No descarto que en Tamaulipas el gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca un día no muy lejano vaya a tener que tomar medidas como las del vecino en Texas, donde ya se ha decretado toque de queda en algunos condados.
AMLO, BATALLA PERDIDA…
Aunque este fin de semana el presidente Andrés Manuel López Obrador insistió en que no pactará con los narcos, sus palabras no parecen coincidir con sus actos públicos.
La semana pasada confirmó que fue él y no su gabinete de seguridad el que tomó la decisión de dejar en libertad a Ovidio Guzmán en el peor de los ridículos al que se ha orillado a nuestras fuerzas armadas.
Luego todos lo vimos acercarse muy mancito a la mamá del Chapo Guzmán y casi ser jaloneado por el abogado del capo y luego echarse el taco con la banda que manda en Sinaloa.
Al mismo tiempo, otro Cártel, el Jalisco Nueva Generación va a la CDMX y a solo unos kilómetros de donde duerme AMLO en el Palacio Nacional atentan contra el secretario de seguridad local.
El 2019 fue el año más violento de
la historia, lo que va del 2020 es más violento que el al pasado, el narco se le metió hasta la ‘casa’ al presidente en lo que ya parece una batalla que los malos han ganado.