Estamos a poco más de una semana para las elecciones en los Estados Unidos de Norteamérica, según los sondeos, el ganador será Joe Biden, a quién le dan alrededor de 8 puntos por encima del actual presidente Donald Trump.
Sin embargo, confiarse para cualquiera de los dos equipos sería el peor error a estas alturas. Sobre todo si tomamos en cuenta lo que pasó en 2016, cuando todo parecía indicar que la ganadora era Hilary Clinton.
En ese entonces, la diferencia la hicieron los llamados “Estados Péndulo”, los cuales son impredecibles políticamente hablando, pues no están definidos como demócratas o republicanos, esos estados, principalmente son: Florida, Pensilvania, Michigan, Wisconsin, Carolina del Norte y Arizona. Pero dicen los expertos, que dicho escenario no se repetirá, pues la mayor parte de los electores ya definieron por quien votarán en esta elección.
Eso se debe, en buena parte, a la extrema polarización que se vive actualmente en los Estados Unidos, esa división, desde luego no debe atribuirse a Donald Trump, pero sin duda, un personaje polémico como él, es para muchos el causante de que la sociedad norteamericana esté confrontada.
Aunado a eso, parece que la contingencia sanitaria y la crisis económica que se vive, son factores que han incidido para que las elecciones estadounidenses se desarrollen de forma muy plana, sin el entusiasmo de otras, lo que genera un camino cuesta arriba para Trump, ya que no termina por conectar con algunos sectores de la población como son los adultos mayores.
Contrario a ello, su principal arma discursiva parece ser la lucha contra la corrupción, por eso en su campaña ha tratado de manchar la imagen de Joe Biden, acusando al exvicepresidente de negocios familiares turbios; sin embargo, hasta ahora son solo dichos, pues nada ha podido comprobar. Así las cosas, muy pronto sabremos si el abono a la polarización de un país y el discurso sobre la lucha contra la corrupción son buenas pócimas para conservar a un país y seguir gobernándolo, o bien, veremos si esa fórmula termina por desencantar a los electores.