A pesar de que 2020 fue un año difícil para los tres niveles de gobierno por culpa de la crisis económica generada por la pandemia, la empresa de consultoría Fitch Ratings ratificó la calificación de las finanzas del municipio de Altamira con una perspectiva estable.
En términos de especialistas financieros la calificación es ‘A+(mex), otorgada a finales del pasado mes de septiembre tras considerar distintas variables y factores.
‘La ratificación de la calificación refleja la expectativa de Fitch de que el municipio continuará con un desempeño presupuestario estable y una deuda baja’, señala el reporte de la empresa consultora con sede en Monterrey, Nuevo León.
Fitch Ratings, por supuesto, considera el contexto de riesgo que existe ante el escenario de que ‘las restricciones gubernamentales se mantengan o se amplíen’. Eso dependerá, en buena medida, de cómo le vaya a la economía nacional en 2021. Es un factor externo.
En lo que respecta a los ingresos propios, la empresa consultora indica una tendencia positiva durante los últimos cuatro años: ‘El municipio de Altamira tiene un ingreso de los ingresos operativos por encima del crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) nacional.
El informe financiero señala: ‘Destaca una fuente de ingresos estable basada principalmente en tarifas, impuestos y otras, las cuales representaron 18 por ciento de los ingresos operativos en 2019’.
Hasta no hace mucho tiempo, Altamira apenas rebasaba el 10 por ciento en el rubro de captación de ingresos propios. En la administración municipal que preside Alma Laura Amparán se logró alcanzar un 18 por ciento en ingresos locales.
Se debe recordar que el año pasado, Altamira alcanzó una recaudación récord de ingresos por impuesto predial debido a la aplicación del nuevo sistema catastral con cartografía digital y por el otorgamiento de un mayor número de permisos de construcción, el cual se considera un reflejo directo del crecimiento económico del municipio.
Sin embargo, en 2020, año difícil para los sectores público y privado por la contingencia sanitaria, modificó el escenario en materia de recaudación de impuestos. Eso lo resintió la Federación, el gobierno estatal y, por supuesto, las administraciones municipales. La economía mundial se contrajo. Nadie se salvó.
‘Para el tercer trimestre de 2020 se tiene un registro de recaudación de impuestos 30 por ciento menor (en Altamira) que en 2019 debido a la contingencia, a pesar de las medidas de recaudación que continúan para estimular el pago de impuestos’, comenta en su reporte Fitch Ratings.
Una interesante variable financiera que cataloga la empresa consultora en materia de ingresos es la ‘adaptabilidad’. En un escenario complejo como el que todavía vivirá la economía nacional en 2021, el cómo se adapte cada municipio a las circunstancias será determinante para que sus finanzas se mantengan estables.
A su favor, Altamira cuenta, en ese contexto, con una ventaja: No tiene créditos de largo o corto plazo. Es decir, no tiene deudas.
Subraya Fitch Ratings: ‘La liquidez de Altamira ha sido suficiente para cubrir contingencias moderadas’. Por decirlo con otras palabras, cuenta con flexibilidad y margen de maniobra.
La empresa consultora añade una buena noticia para los trabajadores sindicalizados y de confianza del Ayuntamiento: ‘Destaca que Altamira realiza provisiones para el pago de aguinaldo, a la fecha (finales de septiembre) ya se cuenta con el monto suficiente para el pago de diciembre de 2020’.
Esto habla de una responsabilidad financiera y administrativa por parte del gobierno que preside Alma Laura Amparán, así como de su equipo de trabajo a cargo de la Tesorería.
No obstante, Fitch Ratings emite una señal de alerta que, en realidad, es para todos los municipios, tanto del estado como de todo el país:
‘Un impacto prolongado de la pandemia y una recuperación económica mucho más lenta que duraría hasta 2025 presionaría los ingresos locales. Si el emisor no puede reducir de manera proactiva el gasto o complementar los ingresos más débiles por el aumento de las transferencias del gobierno central, esto puede conducir a una baja’.
Esa es la luz amarilla (casi naranja) que enciende la empresa consultora, una recomendación válida para todos los municipios ante el escenario que perdurará, por lo menos, el próximo año, mientras regresa la normalidad sanitaria y económica con la llegada de la anhelada vacuna: reducir el gasto, controlar los egresos.
Cierto, habrá menos obra de infraestructura, pero las finanzas no se pondrán en riesgo. La atención se centrará en los servicios públicos y en los programas de bienestar social. Así pinta el escenario para los municipios de todo el país.
Altamira, se reitera, cuenta con una ventaja financiera: no tiene deuda. Gracias a ese factor, su margen de maniobra presupuestal es más amplio y se recuperará en la medida en que la economía regional se reactive.
Y PARA CERRAR…
La que apareció en la jornada realizada por el PRI de Tampico en la colonia Tamaulipas el lunes pasado fue la senadora suplente Paloma Guillén Vicente, que está puesta y dispuesta para ser la candidata tricolor a la presidencia municipal.
Esa jornada fue programada y organizada para la gira de trabajo de Lorena Piñón, secretaria de gestión social del CEN tricolor, por el sur de Tamaulipas. Paloma fue invitada por el dirigente del priismo jaibo, Roberto Brondo.
Al acto, como se sabe, asistieron también Mayra Ojeda, (en representación de Edgar Melhem), Gina Barrios y Monserrat Arcos, lideresa nacional del ONMPRI, quien, por lo visto, ya resolvió algunas diferencias con el comité estatal priista… ¿o será que Melhem no quiso venir a la tierra jaiba porque iba a estar Monse?…