Afirmar que el gobierno de Morena debería revertir los márgenes históricos de pobreza en dos años es imposible, así como es falso afirmar que dar dinero directo a las personas es una política pública viable. En el mejor de los casos, es desperdiciar recursos y aplicar acciones regresivas, incluso clientelares, que han generado más retroceso que avance.
La gran encrucijada a la que se enfrenta este gobierno son los jóvenes. ¿Qué hacemos con los jóvenes? De acuerdo con datos estadísticos, Morena no tiene una solución, sino un conjunto de programas desarticulados y fraccionados que afectarán la calidad de vida de éstos en su vida adulta.
El problema es que Morena no tiene políticas públicas con reglas de operación, al menos en este caso. Es decir, es un gobierno que no sabe administrar, que no planea y que todo depende de la orientación que quiera darle quien es titular del gobierno.
El problema, que no es tan simple, puede reducirse así: el gobierno entrega dinero directo a los jóvenes, pero no les garantiza educación ni instrucción, por lo que los hace inviables para una vida laboral futura. Y recuérdese que los jóvenes fueron quienes determinaron la llegada de Morena a la Presidencia.
Gobernar no es repartir dinero en efectivo. Eso es un clientelismo que siempre hizo el PRI y que continúa con el expriismo, ahora en el gobierno.
De hecho, la política de desaparecer las guarderías, clasificadas como intermediarias y señaladas de ser un esquema corruptor y entregar el dinero a las madres, lo que ha provocado es un retroceso en la presencia de las mujeres en el mercado laboral —porque ahora tienen que cuidar a sus hijos— y las pone en la ruta de la pobreza.
La falta de planeación entre los programas Jóvenes Construyendo el Futuro (que entrega 4,310 pesos a jóvenes sin empleo ni opción escolar) y el relativo
a Escribiendo el Futuro (becas de 2,400 pesos mensuales a quienes están en la educación superior) tuvieron un efecto negativo.
Explico. Los cierres de empresas y comercios, debido a la pandemia y la negativa del gobierno federal a generar apoyos fiscales, entre otros probables, provocó que el desempleo de jóvenes aumentara.
Aquellos que están bajo el programa Construyendo el Futuro no tuvieron problema porque continuaron recibiendo el apoyo económico, pero los que estaban estudiando se vieron atrapados en el cambio de modalidad presencial a digital de las clases.
Al no contar con computadoras, optaron por abandonar las aulas y cambiarse al primero. Ello estimulado por el hecho de que otros miembros de su familia perdieron sus empleos, ante lo que no tuvieron opción.
Al dar a conocer su informe de evaluación de la Política de Desarrollo Social 2020, el Coneval arroja información útil para analizar la política social del actual gobierno, y visualizar la falta de coordinación entre programas.
En el caso de las mujeres, el Coneval recomienda poner énfasis en la implementación de programas de guarderías, asistencia social y prestaciones por maternidad, que compensen la carencia de acceso a seguridad social para las mujeres en situación de pobreza y madres jefas de familia.
Esto “permitiría reducir la carga de trabajo de cuidados no remunerados sobre las mujeres, incrementando sus posibilidades de acceder a un empleo e ingreso y reducir la probabilidad de caer en situación de pobreza”.
Al respecto, vale la pena recordar que, pese a que diversas organizaciones civiles demostraron que las guarderías no eran un mecanismo para la corrupción y sí mucho se afectaría a las mujeres trabajadoras con su cierre,
López Obrador canceló la entrega de recursos a las estancias para entregarlo directamente a las madres, lo que generó una doble carga laboral y que muchas de ellas debieran dejar sus trabajos, agravándose con la pandemia.
POR JORGE CAMARGO