De los diez, no se hace uno bueno.
Todos los partidos políticos están apostando por la involución política electoral, hasta parece que se proponen desanimarnos a votar y que gane el abstencionismo para luego, todos al unísono, acusar al árbitro de parcial y buscar invalidar la jugada.
Elección tras elección hemos visto cómo se las ingenian para armar su fuego amigo y denostar a sus contrincantes, pero esta vez, están jugando con fuego y se están pasando de la raya, llevando a los votantes al extremo de la depresión y el enojo. Las campañas de desprestigio de todos, no nos auguran nada bueno.
Las primeras cartas propagandistas que los partidos han lanzado de las campañas federales nos hacen prever que toda esta temporada electoral, no será de propuestas ni de ideologías, con los primeros spots en tiempos oficiales, nos mandan decir que todos son iguales, todos son corruptos, mentirosos, interesados y necios, que tendremos que escoger al menos peor.
Cada partido está mal aprovechando sus segundos al aire, para comunicarnos que su contrincante es peor que ellos, que los de antes nos han mantenido en la pobreza extrema y los de ahora están lucrando con los pobres, que todo está así de peor, por nuestra culpa, porque confiamos en los equivocados, aunque ya hayamos elegido de cualquier color, nunca le atinamos al bueno.
A Lorenzo Córdova, lo tienen contra las cuerdas, le han pedido incluso que se baje de la cancha mediática a lo que él ha respondido que no será sumiso, ni les dejará pasar una sola arbitrariedad.
Se mantiene estoico para advierte que la polarización y la desinformación junto con la falta de resultados “de los gobiernos (anteriores y actuales) democráticamente electos ponen en riesgo la democracia”.
El árbitro más golpeado, nos dice que la democracia no goza de un buen momento y que no es tema de la pandemia, sino de ver que tantas promesas políticas jamás se cumplen.
Y esto se pone peor con “altas dosis de intolerancia, que es un antivalor democrático”.
En esta lucha de poderes, al árbitro electoral, el INE, lo están confrontando con el poder ejecutivo y esto no resultará bueno para nadie, ni para el presidente ni para su partido o candidatos impresentables, menos para la autoridad electoral que nos representa a todos, sin embargo, no debemos olvidar que los responsables de todo este tinglado son los propios partidos políticos, los mismos organismos que a través de sus legisladores en ambas cámaras, fabrican las leyes a su conveniencia. El órgano rector electoral, solo las ejecuta.
Si hoy vemos y escuchamos en la radio y la televisión solo campañas de odio entre políticos, en vez de propuestas, no es porque INE se los permita o no, es porque las bases propagandistas que están sustentadas en las leyes que a cada rato deforman para su conveniencia, les dan el libertinaje para decir cualquier ocurrencia.
Si hoy un Félix Salgado pude incitar a violentar a la autoridad electoral, llamándolo “cabroncito” y amenazándolo con: “vamos a ver dónde vives”, donde viven los siete consejeros, lo hace porque se sabe impune y con un manto protector presidencial.
Ya no buscan enamorarnos, ni vendernos una imagen proba. ¿Será que no son probos? Tampoco nos hablan de un futuro mejor, lo único que quieren es que odiemos más a sus contrincantes, y como todos son opositores de uno y otro bando, es una verborrea insalubre de todos contra todos.
A nivel local, apenas candidatas y candidatos a las alcaldías y legislatura local, están diseñando sus estrategias electorales, pero viendo cómo se llevan todos los partidos políticos, no esperemos algo espectacular o propositivo, será la misma alharaca solo que región cuatro.
POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE