La visita exprés de Andrés Manuel López Obrador a Tamaulipas avivó el calor político al interior de Morena.
En primerísimo lugar porque a nadie le queda duda de que será él y nadie más, el que al final de cuentas decida quién será el candidato de ese partido a la gubernatura del estado en el 2022.
Como quien le encuentra formas a las nubes, todo lo que de ahora en adelante haga o deje de hacer el presidente en Tamaulipas, empezará a ser visto como señales de cara al proceso de selección.
Aunque el viaje que comenzó el sábado por la noche y terminó ayer tras su recorrido por la Refinería Francisco I. Madero, se ciñó a lo meramente institucional, la mera presencia del mandatario en Tamaulipas, y en la zona conurbada específicamente, envió varios mensajes.
El más evidente sería un espaldarazo para los candidatos tamaulipecos de Morena, que en el caso del sur avanzan con rendimientos dispares.
El más sólido de los tres, Adrián Oseguera, no enfrenta mayores problemas para vencer a Jaime Turrubiates, un candidato gris que por que más busca,
no encuentra un discurso coherente para explicarle a los votantes, por qué resultaría conveniente que regrese a la presidencia municipal.
En el otro extremo aparece Olga Sosa, la candidata morenista para la alcaldía de Tampico, que a pesar de tener todos los días la agenda llena, no ha podido hilvanar un mensaje convincente que haga mella a la ventaja que mantiene Jesús Nader en todas las encuestas disponibles hasta el momento.
Hasta el presidente, por cierto, intentaron llegar militantes de Morena que insisten en que el partido vendió las candidaturas en la zona conurbada, sobre todo en el puerto.
La de Altamira parece la competencia más cerrada. En la contienda entre Armando Martínez y Ciro Hernández cualquier cosa puede pasar.
En todo caso, la visita de López Obrador atrajo reflectores políticos porque a estas alturas para nadie es un secreto que el sur de Tamaulipas se ha convertido en un territorio clave para Morena, y para el proceso electoral del año entrante.
Si bien es cierto que las posibilidades del tampiqueño Rodolfo González Valderrama se han ido enfriando, es evidente que en la zona conurbada se ha forjado un grupo cimentado en la alianza (no tan tersa, pero alianza al fin) entre Adrián Oseguera y Erasmo González Robledo, dos personajes que por separado y a su modo, tienen peso e interlocución con la cúpula nacional del partido.
También se ha hecho cada vez más evidente que ese grupo apoya las aspiraciones de Américo Villarreal Anaya para ser el candidato a la gubernatura.
Y que en los últimos días se han planteado cerrar filas ante la posibilidad de que la irrupción de Maki Ortiz en el panorama morenista complique sus planes.
Desde luego que parte de su éxito estará basado en los resultados que obtengan en las elecciones del 6 de junio.
Para Oseguera y Erasmo González no será suficiente ganar su reelección.
Su obligación, si quieren salir fortalecidos, es ganar más espacios legislativos para Morena en el sur de Tamaulipas.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES




