25 diciembre, 2025

25 diciembre, 2025

Ser feminista no está mal

EN BOCA DE TODOS / GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

Le he preguntado a una candidata y a un candidato si son feministas y obtuve la misma respuesta: mi compromiso es con toda la ciudadanía, yo entiendo a las mujeres, tengo madre, hermanas, hijas, esposa, como no las voy a querer.
Insisto, ¿Eres feminista? De nuevo evasivas y por respuesta no obtengo un sí o un no. Les da miedo o vergüenza. No entienden el concepto y no les interesa conocerlo, se quedan con lo que ven en la tele, lo que les llega en las redes o los mitos que se dicen de las brujas, sufragistas, libertadoras, activistas, o las morras que toman las calles, rayan y queman monumentos.
En México, el feminismo está estigmatizado, ahora más que nunca, con un presidente que batalla mucho para nombrar a las mujeres, que le incomoda la palabra y se jacta de humanitaria, pero no acepta que su machismo le impide entender las demandas sociales de la población femenina. Desde su estrado repite cada vez que puede, que las colectivas, cual sea, están siendo manipuladas por políticos, de oposición claro, solo para fastidiarle los días.
No las escucha, no las ve. Y lo más lamentable es que no es el único, en su mayoría los hombres que ostentan el poder, eluden las noticias de género, al día de hoy ninguno ha mostrado preocupación y ocupación por las cifras de marzo, donde el feminicidio, violación y agresiones domésticas se fueron al alza. No es tema ni para los que están en campaña.
Recientemente la feminista mexicana Marcela Lagarde, recordó que la misoginia en el país no se ira de un día para otro, que se necesita mucho esfuerzo y la participación de todos, de hombres y mujeres, de distintos frentes como la academia, investigación, política, gobernanza, sociedad, a fin de entender el fenómeno que no permite avanzar a la igualdad entre hombres y mujeres.
Y es precisamente ese contexto machista y misógino que prevalece en nuestra sociedad lo que ha creado estereotipos que estigmatizan a quienes nos aceptamos como feministas o a quienes participan activamente en marchas de protesta por los derechos de las humanas.
En México, desde hace poco más de tres años viene creciendo la ola y cada vez existen más grupos o asociaciones civiles, que, pese a que el gobierno ya no otorga apoyos a la labor social, siguen en marcha con proyectos que ayudan a las más vulnerables, pero al mismo tiempo, el movimiento que se ha visibilizado tanto, les da miedo a algunos, que lo ven como una moda reaccionaria, golpista con el sistema político, no entienden del dolor que llevan a cuestas las que han decido salir a romper todo, por todas.
He visto como a algunos comunicadores de pantalla nacional, les da vergüenza el feminismo, evaden las noticias de género, y batallan para sacar los malos hábitos misóginos de colocar en pantalla a las mujeres como ornato, sin concederles la palabra como hacía “Brozo”; veo como a algunas mujeres se resisten al feminismo porque confunden el término feminista con transgresora, y es que así lo ha marcado el sistema patriarcal, les conviene seguir creando “mala” fama sobre un movimiento que sólo busca la justicia, equidad y libertad de las mujeres.
No a todas las mujeres les tiene que pasar algo malo para hacer alianzas con las víctimas o sus familias, no todos los hombres tienen que sufrir por una mujer cercana agredida para entender el valor de la lucha. Desde luego que cada persona tendrá diferentes motivos para inclinarse o no al feminismo, pero esta práctica humanitaria, no es politiquería como algunos pretenden hacer creer, tampoco es cuestión de religión, ni ideologías partidistas, es simple y llanamente creer en la igualdad y luchar por eso.

POR GUADALUPE ESCOBEDO CONDE

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