25 diciembre, 2025

25 diciembre, 2025

Violencia sexista

CATALEJOS / MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

En todo el estado hay mujeres compitiendo por posiciones relevantes, como las alcaldías de los principales municipios del estado.
Con mayores o menores posibilidades, están en la contienda y si se combinan algunos factores y se dan ciertos resultados, a partir de octubre podríamos tener la mayor cantidad de alcaldesas en funciones en Tamaulipas.
Una posibilidad que confirma la valía de las medidas afirmativas que en los últimos años han aprobado las autoridades electorales del país. Ahora, los partidos no solo están obligados a nominar a mujeres en al menos el 50% de las candidaturas, sino que éstas deben estar correctamente representadas en todo el territorio estatal, y no solo en los municipios sin probabilidad alguna de victoria.
Pero la amplia presencia de mujeres en las campañas también ha evidenciado el lado más oscuro de la guerra sucia electoral: la violencia de género, anclada en concepciones misóginas que muestran de cuerpo entero a candidatos y estrategas, que desde el anonimato de las redes sociales, lanzan ataques machistas que a estas alturas ninguna sociedad democrática debería tolerar.
De norte a sur, candidatas como Yahleel Abdala, Carmen Lilia Canturosas, Iveth Bermea, Pilar Gómez, Paloma Guillén y Olga Sosa han sufrido, en mayor o menor medida, violencia política de género.
Golpes muy bajos que no existirían si no fueran mujeres… ese es el problema.
Tanto el INE como el IETAM se han mostrado interesados en combatir estas prácticas; de hecho ya hay un antecedente de una sanción contra un periodista en Matamoros, por ataques contra la candidata del PAN, Iveth Bermea. Si ambos árbitros electorales se conducen conforme a lo que dicta la norma, este tipo de medidas deberían servir para enviar el mensaje de que los ataques sexistas, igual que la homofobia, la discriminación o el racismo, no pueden tolerarse bajo el amparo de la libertad de expresión.
Periodistas, políticos, estrategas, y usuarios de redes sociales deberían tenerlo más claro que nunca: ya no se vale todo, como dictan los viejos manuales de la competencia electoral.

¿DÓNDE ESTÁ JOAQUÍN?
A la campaña local le queda poco más
de un mes para que concluya; lo que
para los votantes pudiera parecer eterno, hay candidatos a los que les parecerá un segundo. Son a los que por más ideas geniales que proponen en sus búnkers, por más fotografías espectaculares que suben a sus redes sociales, las cuentas no les salen, la diferencia en las encuestas no se acorta.
En Victoria le pasa por ejemplo a los candidatos de Movimiento Ciudadano, que han desplegado una importante campaña mediática, que por lo menos ha conseguido que los volteen a ver.
Salvo Gustavo Cárdenas que podría hacer ruido en la disputa por el Distrito 15, si se considera que ahí Morena postuló al que parece su candidato más débil, los demás no pintan, ni figuran en las encuestas.
En el sur está el caso del empresario Jaime Turrubiates, y casi toda la fórmula que lo acompaña.
Un equipo que aparece en todos lados, con un importante aparato de mercadotecnia política de por medio, pero que no ha logrado conectar con los votantes, por varias razones, la principal desde luego, el gris paso de su candidato por la administración municipal.
Por cierto, ¿alguien ha visto a Joaquín Hernández Correa?.

POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES

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