Aunque Armando Zertuche siempre contó con el apoyo de la gran mayoría de los diputados electos de Morena, tres o cuatro se dejaron convencer de que ellos podían aspirar a la Presidencia de la Junta de Coordinación Política, alargaron de más el proceso y lo convirtieron en un laberinto.
El nudo se desatoró el viernes en Madero cuando Mario Delgado preguntó quién apoyaba a los diputados que exigían para ellos la coordinación. Nadie levantó la mano, y quedó claro que Zertuche tenía el apoyo de más de 14 legisladores, suficientes para ungirlo como el coordinador, y futuro presidente de la Jucopo.
Todos los que participaron en la reunión, hasta los que presumían méritos para ganar la votación interna, al final aparecieron en la transmisión que hizo el dirigente nacional, y al grito de ¡Unidad!, respaldaron Zertuche, quien tendrá ahora la misión -nada sencilla- de llegar al 1 de octubre con el control real de la bancada.
Como era de esperarse, la reunión de los morenistas el fin de semana en el sur de Tamaulipas estuvo llena de mensajes políticos.
El primero, aunque suene reiterativo, es la confirmación de que más allá de los sólidos resultados electorales que obtuvo Morena en la frontera, Madero está convertido en el enclave más importante de ese partido.
Con lo poco o mucho que eso pueda implicar para las aspiraciones de Adrián Oseguera, no está de más consignarlo para tomarlo en cuenta.
La otra gran nota periodística la dio Maki Ortiz, quien debutó como morenista al acudir al informe del diputado federal, Erasmo González Robledo.
La presencia de la alcaldesa de Reynosa tensó el ambiente; hubo quienes festejaron que finalmente dio el paso del PAN a Morena, pero hubo muchos otros que levantaron la ceja y torcieron la boca.
Lo que quedó claro es que el arribo de Maki a la cuarta transformación se debe endosar a dos personajes, que para fines políticos en Tamaulipas son uno mismo: Mario Delgado y Erasmo González.
Con el paso del tiempo, ellos deberán asumir la responsabilidad de los resultados buenos o malos que genere esa “contratación”.
En el sur se dieron cita muchos de los cuadros políticos con trascendencia al interior de Morena, empezando por los alcaldes electos, y algunos de los aspirantes a la candidatura del 2022: el senador Américo Villarreal, el alcalde Adrián Oseguera, y el diputado anfitrión.
A ellos, y al resto de los participantes en la reunión posterior al informe, Delgado les avisó que falta muy poco tiempo para que salga humo blanco: será en noviembre y no en diciembre y enero como se especulaba originalmente, cuando se conozcan los resultados de las encuestas.
Es decir, en no más de tres meses, Morena tendrá a su candidato para la gubernatura.
¿MMC: CANDIDATO?
El Partido Verde Ecologista de México emitió ayer un boletín de prensa con harta jiribilla, que dejó flotando en el ambiente la posibilidad de que Manuel Muñoz Cano sea el candidato de ese partido a la gubernatura de Tamaulipas.
La dirigencia nacional, decía el boletín, reconoce la propuesta de trabajo que encabeza el líder estatal: “Sabemos que Manuel es garantía de triunfo y con él al frente, el Verde Tamaulipas hará historia, tiene todo nuestro respaldo”.
Lo que Muñoz Cano ha dicho es que, independientemente de las alianzas que pudieran pactar, ellos tendrán una propuesta para competir en el 2022.
Y claro, nadie debería descartarlo a él como posible candidato.
POR MIGUEL DOMÍNGUEZ FLORES