TAMAULIPAS.- Además de los reventones musicales de los fines de semana, hubo uno de relevancia histórica que fue como el clímax que marcó a toda una generación y puso de manifiesto el repudio generalizado de la juventud mexicana al gobierno del PRI: el Festival de Rock y Ruedas de Avándaro de 1971, organizado por Armado Molina y Luis de Llano, la versión mexicana del celebrado en 1969 en Woodstook, una granja de Nueva York, en los Estados Unidos de América.
Sin embargo, a diferencia de las tocadas de la actualidad, la de Valle de Bravo no solo fue un evento de diversión, desenfreno o destrampe de los jóvenes de la época, sino también una expresión de inconformidad y malestar contra el orden establecido, que se plasmaba no únicamente en la música sino en todas las actividades del quehacer de la sociedad.
Eran los días de hippies, los jóvenes vestían con ropa de colores extravagantes, llevaban el pelo largo y calzaban chanclas al estilo de Jesucristo, y que, como parte de su rechazo a las reglas sociales y morales de la época, gustaban de mostrar el cuerpo desnudo en actos públicos, pero que también admiraban a Ernesto “El Ché” Guevara, a Fidel Castro Ruz y a la Revolución Cubana.
Cuando Estados Unidos invadieron Vietnam, los jóvenes salieron a las calles del mundo para condenar la agresión estadounidense. Al grito de “Amor y Paz” condenaron la invasión de Checoeslovaquia perpetrada por las tropas del llamado “Pacto de Varsovia” de la Unión Soviética y expresaron su solidaridad con la lucha independentista librada por el pueblo de Argelia para sacudirse el coloniaje político y militar de Francia.
En América Latina repudiaron dictaduras militares impuestas por Washington para oprimir a pueblos y explotar riuezas de las naciones de la región. Como señala el pensador rumano Mircea Eliade, los hipitecas descubrieron la dimensión religiosa de la vida cósmica, de la desnudez y de la sexualidad, pero de la desnudez paradisiaca y de la unión sexual como rito. Descubrieron el sentido profundo, religioso y aprendieron a ser libres.
El marxismo leninismo, Herbert Marcuse, Wilhelem Reich, Regis Debray, Bertrand Russell, Simonne de Beauboir y Jean Paul Sartrè, y otros pensadores, daban el soporte ideológico y filosófico a reclamos y al mismo tiempo la bandera de lucha de la juventud contra el modelo impuesto al mundo por los poderosos al que trataban de cambiar.
En la música los dueños del mundo eran los Carpenters, Janice Joplin, Carol King, The Doors y el líder rocanrolero Jim Morrison, entre muchos otros conjuntos y grupos juveniles que, además de que constituían un grito de protesta contra el establismenth, hacían menos difícil la vida con sus canciones, canciones que convocaban a los miembros de las generaciones de 1940 y siguientes de todos los países del planeta, a luchar por la justicia y la libertad.
En ese contexto tuvo lugar el festival de música de Avándaro. No obstante la cerrazón del gobierno del PRI, reacio por sistema a toda manifestación no alineada o con visos de independencia, las autoridades permitieron el concierto de rock en Valle de Bravo, pensando, quizá, que sería como una catarsis o válvula de escape que ayudaría a bajar las presiones sociales, especialmente de los jóvenes, que se sentían cada vez con mayor fuerza contra el autoritarismo gubernamental que resultaba asfixiante e insoportable.
El festival rebasó las expectativas, empezando por supuesto, a las del gobierno. Los días 10, 11 y 12 de septiembre, en los que se desarrolló el suceso, más de 200 mil jóvenes, según la versión oficial y más de 250 mil, de acuerdo con organizadores, de todos los rincones del país se concentraron en el poblado y al calor de la música, mariguana, alcohol, gritos de no violencia y amor y paz, haz el amor y no la guerra y prohibido prohibir, dieron rienda suelta al repudio contra el régimen priista.
Amenizaron el reventón varios conjuntos, entre ellos Los Yaqui, División del Norte, Revolución de Emiliano Zapata, Tinta Blanca, El Ritual, Epílogo, Bandido, Banda Tequila y el Tri de Alex Lora que entonces se llamaba “Tree Souls in My Mind”, que enloquecieron a la multitud a pesar de la lluvia y el frío que se sintieron a lo largo del evento.
El saldo de la tocada fue lamentable. Según la información gubernamental, perecieron 4 personas, hubo 224 intoxicados, se registraron decenas de heridos, atropellados, algunas casas y autos fueron destruidos, lo mismo que árboles y líneas telefónicas, pero el sentimiento unánime de rechazo al gobierno y a las limitaciones impuestas por las rígidas normas sociales alarmó de tal modo a las autoridades que, a través de una campaña mediática, satanizaron el megaconcierto y le echaron encima a la opinión pública.
El Gobernador del Estado de México, Carlos Hank, y el dirigente de CTM, Fidel Velásquez, lincharon al festival. En el correr de los días se comprobó que la parte negativa del acontecimiento se exageró ya que algunos de los fallecidos habían muerto por causas ajenas al evento. Incluso salió a relucir que sufrieron accidentes fuera del sitio en el que había tenido lugar, al que por todos los medios se distorsionó con el objeto de desacreditarlo.
Con encabezados como “Una Juerga Increíble” y “Pretexto para el nudismo y la mariguana”, el gobierno desacreditó la fiesta en los medios. Se había dicho que Radio Juventud difundiría en vivo el festival pero cuando empezaron a escucharse gritos como “¡Queremos el poder!” y otros parecidos, los gobernantes se pusieron tan nerviosos que suspendieron la transmisión.
En lugar de analizar y estudiar a fondo las causas por las que tanta gente no estaba de acuerdo con el sistema de gobierno impuesto al país por régimen del PRI, recurrieron al descrédito y la represión con los que los priistas que gobernaban el país acostumbraban tratar a los adversarios.
El rencor y la impotencia provocados por las maniobras gubernamentales maquinadas para contener todo brote de libertad, al que le tenían pavor, se fue acumulando y creció y creció hasta que casi tres décadas después, el 2 de julio del año 2000, explotó, afortunadamente en forma pacífica a través del voto, y echó al PRI del gobierno, suceso histórico que, ni los Presidentes Vicente Fox y Felipe Calderón, los dos emanados del PAN, como los del PRI, tampoco entendieron ni comprendieron a la hora de gobernar.
ENROQUE / JOSÉ LUIS HERNÁNDEZ CHÁVEZ
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— Expreso (@ExpresoPress) January 5, 2021




