¿Cuánto cuesta el tiempo del Presidente de México?
La pregunta me asalta cada vez que lo veo –por casualidad– lanzando sus acostumbrados discursos en el virtual monólogo que es la conferencia de prensa que Andrés Manuel López Obrador concede de lunes a viernes. La llamada “mañanera”.
Bueno, ahora decidí tratar de averiguarlo o por lo menos acercarme a una cifra recurriendo no a las sofisticadas matemáticas, sino a la modesta aritmética, con sus más que posibles y muy humanos márgenes de error.
Tomaré como base en aras de ese objetivo, el monto del presupuesto federal correspondiente al 2021, el año que transcurre, el cual pesos más o pesos menos, es de 6 billones 295 mil 736 millones.
La cantidad señalada significa un gasto de 17 mil 488 millones aproximadamente cada 24 horas. Cada día, lo que a su vez se traduce en el manejo de 728.6 millones de pesos cada hora y en consecuencia, cada minuto se aplican repartidos en los rubros incluidos en el gasto federal, 12 millones 144.5 pesos. Todo, en forma aproximada.
Es obvio que no todo ese dinero lo maneja en forma directa el presidente, pero es indiscutible que él es el primer protagonista en el destino de esos recursos, de cómo se canalizan y de sus resultados, lo cual en esta administración federal es muy evidente por el centralismo que aplica el mandatario para decidir cómo se distribuye el dinero público, por lo cual a querer o no, se convierte en el primer responsable de su buen o mal uso.
Y es precisamente este escenario el que inquieta en sus “mañaneras”.
En lo personal, me da grima que el Jefe del Ejecutivo federal desperdicie 20, 30 minutos o más, en señalar con su dedo a columnistas o medios “que se portan mal” por el hecho de señalarle sus errores o los de sus colaboradores.
En media hora que ocupe el presidente para tratar de deslegitimar las críticas o actuaciones de sus detractores, en el país ya se aplicaron en el país por lo menos 364 millones 335 mil pesos, los cuales si se multiplican por las numerosas ocasiones que ha llevado a cabo ese absurdo ritual suman miles de millones.
¿No sería mejor, muchísimo mejor, mucho más útil, que el señor López Obrador, a quien tanto le gusta decidir cómo se utiliza cada peso del erario, dedicara
ese tiempo a revisar, comprobar y en caso necesario reorientar ese gasto para alcanzar mayores beneficios sociales y económicos?
Parece sencillo responder a ese cuestionamiento, pero por favor, no me digan que sólo se debería cuantificar el valor del salario que él percibe en nómina. Es un argumento indefendible, porque no es el tiempo de un simple ciudadano lo que está en el aire, sino los tiempos de la República, que él como nunca antes representa porque en el gobierno federal no se mueve ni la hoja de un árbol sin su consentimiento.
Señor Presidente, hágale un favor a la nación, a quienes votaron por usted y también a quienes no entendemos su forma de gobernar.
Dedique su tiempo a los temas que preocupan a todos sus compatriotas, dedique su tiempo a obtener medicamentos, a encontrar caminos para reducir la
salvaje violencia que impera en casi todo el territorio nacional y a impulsar la generación de empleos; dedique su tiempo, entre otras urgencias, a buscar alternativas productivas para frenar el desplome de PEMEX y la CFE. Me formaría en primera fila para aplaudirle.
Deje en paz a los periodistas. Déjelos hacer su trabajo. Vamos, por favor y con todo respeto, dedique su tiempo a cuidar a México.
UNA ‘CALADITA’ PARA UN ALCALDE
En los días bisoños del nuevo alcalde de Reynosa, Carlos Peña Ortiz, empezaron a surgir los primeros escarceos de lo que en lenguaje coloquial llaman “cáliz” a esa autoridad. O “caladita”, le llaman otros.
Enmarcados en un tema en apariencia trivial, como es el levantamiento de una barda en un área pública en una de tantas colonias de esa ciudad se esconde una posible escalada a corto plazo de reclamos sociales, representada por vecinos inconformes sobre el uso de plazas con objetivos particulares o políticos.
Quienes se dicen enterados, aseguran que este caso es el primero de una serie de manifestaciones populares que surgirán de “casuales” afectaciones a plazas y parques, lo cual parece una cuestión baladí pero que en su conjunto lleva la intención de probar la reaccion del edil. Apenas es el primer round
POR JOSÉ AZPEITIA
@LABERINTOS_HOY




